de la misa la media
Si no os hacéis como niños en Gerena…
iglesia en sevilla
La chavalería se lo pasó de lo lindo: cantó, rezó, se arrodilló cuando tocaba, levantaba el dedo para responder, prorrumpió en amenes que hicieron temblar el misterio y coreó el eslogan que les lanzaba el párroco
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Misa en la parroquia de la Purísima Concepción de Gerena
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Fecha: 17 de noviembre
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Hora: 12:00 horas
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Asistencia: unas 150 personas
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Presidencia: Ángel Luis Bayo Vázquez
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Exorno: ninguno
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Música: de la asamblea, con acompañamiento de guitarra
El párroco de Gerena saltó a la palestra informativa hace unos meses a cuenta de un pasquín que había colgado en la puerta de entrada del templo donde invitaba a los feligreses a acudir a misa sin esperar a que los trajeran… con ... los pies por delante. El cartel, que tanto dio que hablar, ya ha desaparecido, pero lo que este cronista encontró era mucho más interesante: un centenar de críos pasándoselo pipa en misa para sellar el 'misaporte' que tienen que completar como preparación a la primera comunión.
Con decir que la misa de niños (categoría aparte de las celebraciones eucarísticas, para qué vamos a engañarnos) fue escrupulosa desde el punto de vista litúrgico a la vez que entretenida para los pequeños ya está todo dicho. Lo cual es muchísimo porque la chavalería se lo pasó de lo lindo: cantó, rezó, se arrodilló cuando tocaba, levantaba el dedo para responder, prorrumpió en amenes que hicieron temblar el misterio y coreó el eslogan -con reminiscencias de San Pío X- que les lanzaba el párroco: «¿Con Cristo?» y se desgañitaban gritando «todo». «¿Sin Cristo?» y volvían a la carga: «Nada».
La misa estaba adaptada. Esto es, no hubo kyrie, se suprimió la segunda lectura, se rezó el padrenuestro con las manos entrelazadas, la oración de los fieles y la acción de gracias fueron espontáneas y se cantó mucho. Pero todo con sentido: prefacio cantado, por ejemplo. Y la homilía la hicieron entre el cura y los niños Jesús, Ana, África y Daniela, que se atrevieron con el sentido escatológico profundo del Evangelio del penúltimo domingo del tiempo ordinario. Y sin desatinar en las respuestas, lo que evidencia un nivel doctrinal superior a la media del que pueden sentirse bien orgullosas sus catequistas.
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Que un mocoso de ocho o nueve años responda que espera encontrarse con Dios «cuando me muera» desata lógicamente la risa en los mayores, pero es puro concentrado paulino y así le aprovecha al párroco para ilustrar sin apabullar. Como el encuentro fortuito con un pequeñajo que citó y que le respondió con el argumento de la Creación en respuesta a la pregunta sobre la existencia de Dios: el niño había salido tomista sin pretenderlo. Para rematar la homilía, otra canción, esta inspirada en el cántico de Moisés: 'Cantaré al Señor por siempre'.
El celebrante evidenció que no le falta sentido del humor, como pedía el otro Santo Tomás, el mártir inglés. Un crío pide «por el agua» y el cura le replica «¿para que llueva o para que deje de llover?», otro pide «por la vida eterna» (sic) y se le escapa un «¡bieeen'» de aclamación y un tercero pide «por la Santa Iglesia Católica» y le responde: «Tú vas para obispo».
Luego, hubo momentos en los que hay que disculparlos como niños que son. En la procesión de las ofrendas, parecía que los oferentes iban a apagar fuego (de hecho, se apagó una vela después) o en el recreo de la paz que llevó al oficiante a comentar con ironía: «Tanto beso, que parece que os vais a ir a Alemania».
La ceremonia acabó con la canción 'Si en verdad Dios te ama' en la que se invita a la asamblea a gritar consecutivamente «Jesús», «María», dar palmas y taconear en respuesta al estribillo que cantaba el cura. Allí todo el mundo acabó palmeando y zapateando en respuesta a la exhortación evangélica: «Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos». En correspondencia, parecía que era San Felipe Neri quien estaba despidiendo a los fieles: «Portaos bien y rezad mucho».
Y nos fuimos en paz como proclama el salmo 130: «Acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre».
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