entrevista
El Bigotes: «Se ha puesto de moda que los niños le peguen a sus padres y una hostia a tiempo hace milagros, como siempre digo»
El mítico boxeador y entrenador sevillano conversa con uno de sus discípulos más aventajados, el Kaka, excampeón de Andalucía que acaba de ampliar su club de boxeo -del que han salido 24 campeones de España- con una gran nave en San Jerónimo
El Bigotes y el Kaka: «El boxeo es el deporte más noble que existe y provoca cero peleas, a diferencia del fútbol»
«A las víctimas de violencia de género les decimos lo que no pueden decirles los psicólogos. Y no falla»
El Bigotes y el Kaka en la sede de ABC de Sevilla
Antonio Fernández, más conocido como «el Bigotes», fue campeón amateur, aunque es mucho más conocido -y reconocido- por su mítico club de boxeo, del que han salido muchos campeones de ese deporte. Es Medalla de Sevilla y ha logrado sacar a ... muchos chavales de la calle, de las adicciones y de los problemas con la Justicia. Uno de ellos fue José Manuel Pacheco «el Kaka», que recaló en el gimnasio del Bigotes« con 15 años y llegó a ser algunos años después campeón de Andalucía y medalla de bronce en unos campeonatos nacionales de boxeo. José Manuel participó con sólo 13 años en la película »Siete vírgenes«, de Alberto Rodríguez (su apodo en la cinta era «el Kaka») y ahora acaba de ampliar su club de boxeo con una gran nave en San Jerónimo, del que han salido 24 campeones de España de distintas categorías. Al Bigotes y al Kaka les separan 43 años (77 frente a 34) pero les une su amor por el boxeo, un deporte que aman y defienden con uñas y dientes como «el más noble que existe».
-Bigotes se ha puesto muchas veces en su gimnasio una camiseta que dice «Una hostia a tiempo hace milagros».
-Bigotes: Sí. La tenemos allí. Es que es verdad. Ahora parece que está la modita de que los niños le peguen a sus padres. Y los padres vienen al gimnasio a decirnos que a ver si podemos meterlos en vereda.
-Kaka: Hacemos de psicólogos y de todo.
-Bigotes: Recuerdo un caso hace tiempo de unos padres que nos trajeron a su hijo, que les pegaba. El niño se comía todo el mundo y el primer día le advertí de que yo no era su padre y su madre y que de un golpe lo dejaba seco. Lo cogí así y acabó llorando y le dije que eso es lo que tenía que hacer, cuando le riñera su padre. Estuvo ocho meses con nosotros y luego desapareció y al mes vinieron los padres a darme las gracias. El niño había empezado a trabajar y todo. Los padres vinieron a pagarme. Y para mí estaba pagado con que el tío cambie de vida.
-Usted ha perdonado muchas veces las cuotas de sus alumnos, a los que no podían pagarlas. Y siempre ha gastado muchas bromas a sus alumnos.
Bigotes: Siempre he sido muy bromista y recuerdo a uno que me vino un día al gimnasio diciéndome que estaba desesperado porque no encontraba naday estaba muy achuchado de dinero. Y le dije que eso tenía fácil arreglo: que cogiera dos bolsas del Carrefour y le hiciera dos agujeros a una de ellas, se la pusiera en la cabeza y atracara un banco. Y que en la otra metiera el dinero. Y el tío se creyó que lo decía en serio y lo hizo.
-¿Y que pasó?
-Bigotes: La Policía lo estaba esperando fuera del banco y acabó en prisión, aunque en un módulo para personas con trastornos mentales. Salió a los dos o tres años y le perdí el rastro, pero me contaron que luego se ahorcó.