El Bigotes y el Kaka: «A las víctimas de violencia de género les decimos lo que no les pueden decir los psicólogos. Y no falla»

-¿Ayudan con el boxeo en sus clubes a las víctimas de violencia de género?

Bigotes: Llevo diez años haciéndolo y estoy orgullo de eso. Pero tengo que decir que fui a la Junta de Andalucía, llamé a la puerta y, como no me echaron cuenta, no volví a hacer nada con ellos. Las víctimas vienen aquí solas, por su cuenta, por el boca a boca. No somos psicólogos pero lo que un psicólogo no les puede decir, se lo decimos nosotros. Y no falla, ¿eh?

-Kaka: Tenemos la carrera de Psicología, pero sin haberla estudiado.

-¿Qué cosas les dicen, si se pueden contar?

-Bigotes: Nos cuentan los problemas que tienen para volver a tener relaciones sexuales con algún hombre y les decimos cosas que les aportan seguridad.

-¿Les enseñan también a defenderse de sus agresores?

-Bigotes: Sí, pero como último recurso. Les enseñamos más cosas.

-Kaka: Sobre todo, ayudamos a que se pongan en buena forma física y a que se sientan mejor y más seguras. Así, aprenden a evitar y a resolver situaciones.

Bigotes: Eso les cambia el chip. Una persona entrenada físicamente es otra también mentalmente. Se sienten mejor consigo mismas.

-¿Y también ayudan a los hombres?

-Kaka: A mi gimnasio llegan hombres a los que les han dejado sus mujeres y están a punto de tirarse por la ventana. El psicólogo manda a hacer boxeo muchas veces a estas personas.

-Bigotes: A mí me han llorado muchos hombres en el hombro por estos problemas. También hay hombres maltratados por sus mujeres que me han venido pidiendo ayuda.

-¿Cómo recuerda el rodaje de «Siete vírgenes» con Alberto Rodríguez? De ahí le viene el apodo con el que todo el mundo le conoce y da nombre a su club: el Kaka.

-Kaka: Sí, hacia de un niño brasileño al que le decían Kaka y se me quedó el nombre y mi gimnasio se llama así. Yo era muy chico, sólo tenía 13 años. Hicieron unos casting en el colegio y me cogieron. Era una película de calle y, cuando se acabó la película, yo me creí que todavía estaba haciendo la película. Pasé unos años duros en la calle pero conseguí salir de eso. Mi mujer me ayudó mucho a salir y también el deporte. Y a día de hoy eso es lo que tengo, el deporte y mi familia. Y ahora vamos a por una medalla en las Olimpiadas de Los Ángeles. En Sevilla estamos muy fuertes ahora en boxeo, gracias a Dios. Estamos bien situados y mejor vamos a estar en el futuro.

Bigotes: En la época del Kaka, no nos querían tener enfrente en ningún lugar de España a los boxeadores sevillanos. El Kaka pesaba 60 kilos pero pegaba como uno de 70 ó 75. Era muy buen boxeador. Mis dos hijos Domi, que tiene ahora 52 y Marquitos, que tiene 48, volaron muy alto los dos. Marquitos fue campeón de España y compañero de Poli Díaz y Javier Castillejo, dos boxeadores conocidos en todo el mundo.