entrevista
El Bigotes y el Kaka: «El boxeo es el deporte más noble que existe y provoca cero peleas, a diferencia del fútbol»
El mítico entrenador sevillano que empezó con un club en Rochelambert se reencuentra con el Kaka, uno de sus discípulos más aventajados, que fue campeón de Andalucía y dirige ahora un club del que han salido 24 campeones de España en los últimos ocho años
«A las víctimas de violencia de género les decimos lo que no pueden decirles los psicólogos. Y no falla»
El Bigotes: «Se ha puesto de moda que los niños les peguen a los padres y, como digo siempre, una hostia a tiempo hace milagros»
![El Bigotes y el Kaka en la sede de ABC de Sevilla, donde tuvo lugar la entrevista este viernes](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/09/08/bigotes-kaka-1-RjFfa0e9PUbXE23uTYZjysL-1200x840@diario_abc.jpg)
El sevillano Antonio Fernández, más conocido como «el Bigotes«, fue campeón amateur hace medio siglo, aunque es mucho más conocido -y reconocido- por su club deportivo -primero en Rochelambert y ahora en el Cerro- del que han salido grandes boxeadores y donde ... acuden a diario personas procedentes de todos los barrios de Sevilla. Es Medalla de Sevilla por ese motivo y por el gran número de jóvenes que ha logrado alejar de las adicciones y de la delincuencia gracias a ese deporte. Uno de ellos es José Manuel Pacheco «el Kaka», que aterrizó en el club de «el Bigotes» con 15 años y llegó a ser campeón de Andalucía de boxeo y medalla de bronce en unos campeonatos de España. José Manuel, que con 13 años participó en la película «Siete vírgenes» (su apodo en la cinta era «el Kaka» y se le ha quedado) acaba de ampliar su club de boxeo con una gran nave en San Jerónimo, del que han salido 24 campeones de España de distintas categorías. Al Bigotes y al Kaka les separan 43 años (el primero tiene 77 y el segundo 34) pero les une su amor por el boxeo, un deporte que aman y defienden con uñas y dientes como «el más noble que existe».
-¿Cómo se conocieron?
Bigotes: El Kaka llegó a mi gimnasio de Rochelambert con 15 años y me cayó bien. Era muy espontáneo hablando y muy decidido. Me gustó por eso. Y estuvo con nosotros hasta que él quiso. O pudo.
Kaka: En ese gimnasio encontré mi sitio, a pesar de que yo era de San Jerónimo y me tenía que dar una buena caminata todos los días para llegar.
Bigotes: Pues todavía te voy ganando porque yo, con esa edad, me tenía que ir desde la puerta de Osario al campo del Betis o montado en el tope del tranvía porque no tenía ni un pavo para pagarlo. Yo era -y soy- sevillista pero he sudado la camiseta del Betis.
-Kaka: Pues yo soy bético. Llegué al gimnasio del Bigotes por un combate que tuve en la calle que no acabó bien. Tenía que aprender a pelear y es así como empiezan el cincuenta por ciento de los chavales que van a un club de boxeo, para aprender a defenderse. De hecho, en el mío recibo ahora a muchos niños que sufren bullying y que vienen a coger un poco de seguridad en sí mismos.
-Los dos tuvieron una infancia difícil, con cuatro décadas de diferencia.
Kaka: Tuve una infancia dura pero no porque mi familia me dejase de lado. Lo que pasa es que la calle no trae nada bueno y al final uno no siempre coge el camino que debe tomar y coge el que no debe. Al final, uno va aprendiendo por dónde no debe ir y por dónde salir.
-Dejó el instituto y se metió en líos...
-Kaka: Acabé dejando el instituto pero yo nunca repetí. Era un tío muy listo, no estudiaba pero al final aprobaba. Pero por el tema de tener mi dinerito en el bolsillo me despisté un poquito.
-Bigotes: Pero el Kaka tiene un corazón muy grande.
-Kaka: Yo era travieso pero siempre he sido buena persona.
-¿El Bigotes le rescató de la calle?
-Kaka: Sí. Es que el boxeo ayuda a mucha juventud. Yo actualmente tengo en mi club muchos niños del barrio que los quitas de la calle y los vas enderezando. Eso me pasó a mí en su día y, como tengo esa experiencia, puedo ayudar.
-¿A cuántos habrá rescatado el Bigotes en cuarenta años?
-Bigotes: A todos lo que he podido. Y sin una subvención pública. Alguna vez pedí una y me volvieron tan loco que decidí renunciar a cualquier subvención. No quise ninguna y sigo sin querer ninguna ahora.
-Kaka: Antiguamente era así pero es verdad que a día de hoy la clientela de un club de boxeo es muy diferente a la de entonces. Tengo maestros, policías, abogados, enfermeros, etcétera. Estamos en otra era. Antes había más gente con problemas, pero hoy el 95 por ciento es así, gente normal. Como nosotros.
-Bigotes: Ahora viene muchísima gente con estudios. Tengo políticos, pilotos, arquitectos y a la mitad de los ingenieros de Airbus. Hay mucho respeto y no consentimos que nadie se equivoque de macuto. Tampoco consentimos los corrillos. Nada de mamoneo.
-Kaka: Los policías nos preguntan si pueden dejar la pistola y sabemos que nadie se la va a tocar allí.
-En la época de boxeador del Bigotes, el lema de su club era «morir o luchar».
-Bigotes: Sí, porque había mucha hambre. En mi época, los buenos boxeadores salían del hambre, de la necesidad. Hoy día los niños tienen de todo.
-Kaka: Hace falta necesidad. Los niños de hoy en día están muy mimados y no quieren sufrir.
-¿Vamos a peor?
-Kaka: Yo creo que con la juventud vamos a peor. Son muy conformistas y nada más que sufren un poquito, se viene abajo y se rinden.
-Bigotes: La culpa la tienen los padres. Le dan todo y se creen que la calle es como su casa. No todos son así, claro.
-En sus dos clubes de boxeo no sólo se enseña a boxear. ¿Qué más enseñan?
-Bigotes: Lo primero, a respetar a los demás. A confiar en los demás y a cooperar.
-Kaka: Hacemos muchas veces de psicólogos.
-Bigotes: A veces no se puede hacer nada. A mí se me han suicidado algunos, pero ahora es otra época.
-¿Ahora se dan más casos de drogas y adicciones a sustancias que antes?
-Bigotes: Cuando era joven, estaba la grifa que se compraba en el barrio de San Marcos. Pero ahora hay muchas más sustancias y pastillas para todo. Hay más problemas de adicciones que entonces.
-Kaka: Yo vengo ya de vuelta y tengo que mantener buen ambiente entre la clientela de mi club.
-¿Pueden ver en los ojos de una persona que llega a sus gimnasios si va a dar problemas o no?
-Bigotes: Yo sí.
-Kaka: Ya tenemos mucha experiencia en esto y sabemos de qué pie cojea cada uno sin necesidad de que te hablen.
-¿Qué le dirían a los chavales de los barrios que dejaron el instituto y no encuentran un camino en la vida?
-Bigotes: Lo primero que hagan deporte, el que sea. Yo aconsejo el boxeo. Te sales de tu rutina, conoces a otras personas, te vas integrando poco a poco, te ves respetado, que es muy importante porque te cambia el chip. Y aprenden a respetar al entrenador. Y así, aprendiendo a respetar, también respetan a su padre y a su madre y al vecino. Y aprenden a no ser violentos.
-Pero en el ring se pegan mucho.
-Bigotes: Sí. Esto son tortas. Y sabes que éste te tiene que dar y tú le tienes que dar las gracias porque si te las pega él no te las pega otro. Y como es un compañero, no va a matarte.
Kaka: Por eso el boxeo es un deporte diferente a todos. Cuando todos los chavales están de fiesta en la calle, el boxeador está recogido en su casa.
Bigotes: Otra cosa es que los que están en contra de nuestro deporte están deseando que muera un boxeador en un ring para darnos caña. Recuerdo el caso de uno que murió en un gimnasio de Pino Montano y querían decir que fue en un combate de boxeo. Me llamó la prensa para confirmarlo. Pero fue por la diabetes y no en un combate con otro sino dándole a unos sacos.
Kaka: Quieren seguir asociando el boxeo con la delincuencia y cosas malas. Pero eso no es verdad. Hay muchas cosas buenas en el boxeo y se consiguen muchos éxitos. Ahora es otro rollo.
-Una vez le escuché al Bigotes decir que el boxeo es el deporte más noble que hay...
-Bigotes: Sí, y lo mantengo. Es el deporte más noble que hay. Yo estoy en una instalación en la que veo todos los días boxeo, cómo guantean los chavales, y jamás he visto una pelea. Al lado de mi club, en unas instalaciones municipales juegan al futbito y ahí veo peleas todos los días. Y veo a los padres a puñetazos. Y a los aficionados también. En boxeo eso no pasa. Hay cero peleas. El público del boxeo respeta y no se pelea.
-Kaka: Hay mucha nobleza en el boxeo. Yo me he peleado con gente de Tenerife y mantengo amistad con mis rivales. Sobre el ring es una cosa pero cuando acaba es otra. Terminamos y nos abrazamos. Hay muy buen rollo. Yo he organizado varias veladas y es así.
-Han sido boxeadores y campeones de boxeo. ¿Qué se les pasaba por la cabeza justo antes de subir al ring a disputar un combate?
-Bigotes: En mi época había mucha hambre y, cuando empecé a boxear, me daban 150 pesetas por combate. Es que entonces no teníamos ni para un paquete de pipas. Y gracias al boxeo podía irme al cine, que costaba 5 pesetas, y comprar caramelos y refrescos. Y siempre guardaba algo por si tenía que comprar unas vendas.
-Kaka: Yo sentía un poco de todo antes de cada combate. Y eso enganchaba. Un subidón de adrenalina. Sientes miedo también a que te noqueen y a perder. Eso es lo que echas de menos después del boxeo. Yo era casi siempre el último que peleaba y me pegaba bastante tiempo ahí arriba. Se echan de menos esos nervios.
-¿Qué sueños les ha permitido cumplir el boxeo?
-Kaka: Muchos, aunque el mayor, aún por cumplir, es ir a una Olimpiada y tener a un campeón del mundo. El boxeo me ha ayudado a cumplir mis objetivos. Y sobre todo a montar mi club. Comencé en 2015 poniendo un ring prácticamente en la calle, en una asociación de vecinos, con los sacos colgando de las ventanas. Y de la nada, poquito a poquito, he ido creciendo. No he tenido a nadie que me apoyase en esto porque mis padres no son ricos. Lo hice todo poco a poco, trabajando mucho. A los tres meses monté mi segundo gimnasio y mis primeras veladas de boxeo. Y, luego, el tercero con un nivel de competición. Y ahora tengo mis propias instalaciones de 900 metros cuadrados. Y no paramos. Seguimos avanzando. ¿Quién me lo iba a decir?
-¿Qué le dijo, por cierto, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, cuando lo recibió en el Ayuntamiento?
-Veníamos de un campeonato internacional en Portugal y nos dijo que estaba muy orgulloso de nosotros y nos prometió apoyo para montar algo en Sevilla y demás.
-Ha formado a 24 campeones de España de boxeo desde que empezó como entrenador, en 2015. ¿Se puede vivir del boxeo?
-Kaka: Ojalá pudiera. Yo vivo de los socios de mi club, a los que tengo que darles un buen servicio. He aprendido a mantener el equilibrio entre la competición y los socios. No paro de trabajar y de viajar. A mi niña, que tiene 8 años, casi no la he visto crecer.
Bigotes: Yo he entrenado también a muchos campeones de Andalucía y de España en mi gimnasio. Y mi hijo Marquitos, que fue campeón de España con 18 años. Y a la actual campeona del mundo, Jennifer Miranda, la cogimos nosotros de cero. Y hace cinco meses logró ese campeonato.
-Usted es Medalla de Sevilla.
-Bigotes: Sí. Estoy muy orgulloso de ese reconocimiento por mi labor y por el premio Plaza de España, pero me cogió el inicio de mi lesión de espalda y sufría muchos calambres. Estaba loco por coger la medalla e irme.
-Imagino que estará muy contento de que a Kaka, uno de sus alumnos de hace veinte años, le vaya tan bien...
-Bigotes: Claro, me alegro mucho de sus éxitos.
-Kaka: Yo sé que se alegra mucho por mí. Tenemos una amistad de mucho tiempo, aunque de lejos por lo compromisos que tenemos. Son muchas horas de trabajo y de entrenamiento. Soy un poco cansino. pero esto es una empresa que tienes que hacer funcionar, estar pendiente de los boxeadores, de las veladas.
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