entrevista
Ana, médica de Dos Hermanas: «A Urgencias me llega gente pidiendo pastillas para el azúcar»
La doctora Ana López dice que «se ha perdido el sentido común y se va a los centros de salud como si fueran cajeros automáticos«
«Quizá no sea una médica brillante pero Dios me dio el don de saber escuchar a mis pacientes»
«Veo a cada vez a más gente enganchada a los tranquilizantes»
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En la ciudad de Dos Hermanas se dice que «no hay mejor medicina que una charla con la doctora Ana López» porque esta médica de familia de 64 años tiene tanta experiencia -tras casi cuarenta años pasando consulta- que sabe muy bien cómo calmar y ... reconfortar a sus pacientes. «Dios me dio el don de escuchar», confiesa esta nieta de albañil e hija de costurera que fue la primera de su familia que fue a la universidad. «Mi padre, que estuvo 75 años trabajando en el negocio de la aceituna era muy tradicional pero cuando le dije en 1977 que quería estudiar Medicina no hizo otra cosa que apoyarme». Miles de nazarenos, palaciegos y utreranos a los que esta doctora ha tratado se lo agradecen.
-Usted lleva casi 40 años ejerciendo la medicina. ¿Qué cambios más importantes destacaría de la medicina actual respecto a la de sus inicios?
-Se ha ganado mucho en medios materiales pero se ha perdido el sentido común y la gente hace un uso inadecuado de la sanidad. Antes la gente iba al médico cuando estaba mala. Recuerdo en mis inicios en un centro de salud de Los Palacios a un señor que se acercó para decirnos que su suegra había muerto en un accidente de tráfico, pero que como no podíamos hacer nada había esperado un rato antes de acercarse para llegar a una hora prudente. No recuerdo qué hora era, pero esto refleja el uso que se hacía de la sanidad, a diferencia del actual. La gente ahora está enganchada al médico y al no querer tener nada ni sufrir nada. Nos han dicho que tenemos derecho a tantas cosas que la sociedad, en general, se ha vuelto demandante; y si el niño ha tosido, lo trae a la consulta, en vez de darle agüita o un poco de leche con miel, que es lo que se hacía cuando yo empecé a ejercer la medicina. O si se levanta con los ojos malitos, en vez lavárselos con suero y esperar veinticuatro horas. Vamos al centro de salud como si fuera un cajero automático buscando una solución inmediata.
-Las urgencias se colapsan con mucha frecuencia.
-Sobre todo por ese uso inadecuado. Todos los ciudadanos tienen derecho a ir a Urgencias, pero cuando sea una urgencia. Está claro que el sistema tiene sus límites y ese uso es insostenible económicamente. No hay país en el mundo que aguante esto. A mí me han llegado a Urgencias personas con un resfriado o pidiendo pastillas para el azúcar. O para prevenir un resfriado incipiente porque tenían un viaje dos días después.
-Supongo que eso quemará a los profesionales.
-Sí, nos quema mucho. Pero, además, perjudica a las personas que realmente necesitan una atención urgente y hacen un uso adecuado de los servicios sanitarios. A la sociedad actual le encantan los antibióticos y hacerse una radiografía. ¡Es sorprendente el poder curativo de una radiografía! Se nos ha olvidado comer sano y la importancia de tener una vida social, hablar, eso también forma parte de la salud.
-¿Cuántos pacientes suele ver al día?
-Unos cincuenta.
-¿Y de cuánto tiempo dispone para cada uno dentro de su jornada laboral?
-Entre siete y ocho minutos. Pero distribuyo el tiempo según las necesidades de cada uno. A veces vienen para cosas muy rápidas y ese tiempo lo gano para el que necesite más. Pero no miro la hora y me dan muchas veces las cuatro de la tarde. No me importa.
-Dice José María Millán Simó que la especialidad más bonita que existe es la medicina de familia.
-Sí, tiene razón. Lo vemos todo y conocemos todo del paciente. Veo con cierta preocupación la especialización de la medicina hasta el extremo de que hay traumatólogos que se especializan tanto en la rodilla, por ejemplo, que ya no se atreven a hacer algo de cadera, y el de cadera no quiere hacer el pie o el hombro, por decir algo. No sé si eso es bueno pero por fortuna el médico de familia sabe un poco de todo y puede ofrecer una respuesta más global al paciente.
-Pero cada vez hay menos y muchos se van a jubilar en los próximos años.
-Sí, y muchos se van fuera porque en España el sueldo es irrisorio. En Portugal o Francia les pagan el doble y muchos no se quedan. Y es una pena que otros se beneficien de lo que invertimos en ellos.
-¿Puede haber centros de salud que tengan que cerrar por falta de médicos de familia?
-Sí, sobre todo en pueblos pequeños. Y va a a ir a más en los próximos años.
-¿Tendremos que contratar más médicos extracomunitarios?
-Sí, pero su formación no es la misma, no tienen la misma calidad que los que formamos aquí.
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