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Más allá de la parodia

«No creo que en la serie con las señoras de 'Sexo en Nueva York' lobotomizadas haya estrategia de ridiculizarlas»

Kim Cattrall volverá a ser Samantha en la secuela de 'Sexo en Nueva York

Fotograma de la segunda temporada de 'And just like that' ABC

Sigo con la segunda de 'And just like that' quizá por cierta atracción hacia el abismo, como dice una amiga que nos pasa también con 'Mía es la venganza', la serie con Lydia Bosch en Telecinco. Sufrimos con la fisioterapeuta ciega a la ... que interpreta Elena Furiase, de las Flores de toda la vida, a las que adoramos. Pero qué serie más mala y más de otra época. La veo hasta que empieza 'La promesa', que a esa sí le tengo ley, aunque cada día digan algo que no se habría dicho antes de 1914. «Te has pasado tres pueblos» o «Soy feminista».

Volviendo a Nueva York, qué extraño es ese tinglado modernuqui. Alberto Rey ha escrito sobre la negativa de Carrie (Sarah Jessica Parker) a decir vagina en su podcast. Pero yo me siento como María José Cantudo con el término. En todo caso, me parece un término ginecológico. Cuando Ione Belarra se puso una camiseta donde ponía coño en su versión asturiana (fañagüeta en grande y luego otros sinónimos como amasuela, raxa, peseta, castaña, páxara, clica, regaña y ñal) leí en muchos periódicos que en la camiseta ponía vagina. En España dice vagina María Patiño. Recuerden el día en que soltó a María José Cantudo que había sido la primera en enseñar la vagina en el cine español (por 'La trastienda'). La otra se sorprendió: «Uy, la vagina».

Y claro que eso no es lo peor de la serie. Es hilarante por ridícula. Pero no como el monólogo de Hitler en 'Los productores' (1969), cuando el público rico y blanco, después de contemplar horrorizado cosas como el cancán de la esvástica, empieza a verle la gracia a la cosa y se da cuenta de que puede reírse. Mel Brooks tenía una deliberada estrategia de venganza contra Hitler a fuerza de ridiculizarlo. El problema es que no creo que en la serie con las señoras de 'Sexo en Nueva York' lobotomizadas y como si hubieran aparecido en un futuro tontaco haya estrategia de ridiculizarlas.

Ahí sigue el personaje de Che, la novia (novie) de Miranda interpretada por Sara Ramírez. Cuando estaba en 'Anatomía de Grey', Callie, su personaje, dio la mejor definición de la serie estrella de Shonda Rhimes: «Un instituto con bisturíes». Pero Shonda también es política. Esta temporada (¡la decimonovena!) ha estado colocando el aborto desde el principio hasta el final. Ha sido la mejor campaña contra la sentencia del Tribunal Supremo que dio la patada a Roe vs. Wade. Antiabortistas chiflados y criminales, médicas abnegadas ayudando a las mujeres de otros estados y premio para Miranda Bailey (Chandra Wilson), alter ego de Shonda (lista, negra y entrada en carnes), como gran hacedora del bien de las mujeres.

En 'And just like that' están esos negros ricos que no sabemos qué pintan. Uno se queja airado en la calle de que un taxi no pare. Y su madre, horrorizada: «Tu padre aguantó los insultos en Selma sin que se le moviera la corbata». Como ha escrito Camilla Long en 'The Times', esto está más allá de la parodia.

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