Pajares
Personificó ‘el españolito’, un obrero libre de paternalismos comunistas u oficiales
![Andrés Pajares y Fernando Esteso en 'Pajares & CIA'](https://s2.abcstatics.com/media/play/2022/01/25/PAJARES-ki1--1248x698@abc.jpg)
Andrés Pajares tuvo que trabajar con Saura y Berlanga para que algunos descubrieran al actor. Ahora es más fácil reconocer su otra trayectoria, algo que hace . Tan interesante o más que el cine ‘de autor’ parece el otro, el de Ozores, porque al ... ser comercial y carecer de pretensiones intelectuales capta mejor la realidad de entonces.
‘Los energéticos’, ‘Qué gozada de divorcio’ o ‘Los bingueros’ reflejan bien los cambios políticos y culturales del momento. Ozores era el oído y el ojo absolutos y esas películas no eran para el ‘intelectualoide’ sino para el ‘español medio’, el españolito, que Pajares personificaba además en una dimensión muy concreta, la del trabajador, un obrero libre de paternalismos comunistas u oficiales.
Las películas no tenían subvención y en sus memorias Pajares cuenta que cuando quiso montar una compañía teatral con Esteso el Ministerio de Cultura se la denegó.
Su trabajador es el «cachondo y español trabajador», el obrero gracioso y sicalíptico. ‘El Currante’ había sido un personaje suyo en los 70, en una canción cómica (la otra cara del cantautor) que decía: «El currante es el mundo laboral, el que sufre lo de la congelación, pues subiéndole la masa salarial se le merma el poder de adquisición». Tal cual. También fue una película que empezaba, cómo no, en una oficina del INEM. Pajares hace allí lo que Landa en ‘el vecino del quinto’, se finge homosexual para ganar una cierta respetabilidad profesional. Hay una escena visionaria en la que Arévalo, su jefe, le tira los trastos, pero Pajares se hace el digno y quiere papeles:
—Pues a ver qué hacemos, porque aquí no casan.
—Todavía no, pero a lo mejor con El Cambio…
A Pajares la gracia le vino por parte de padrino. Su padre era camarero en un bar, el Triana (de Sánchez Romero, el de los jamones), y allí iban muchos artistas, entre otros nada menos que don Antonio Quintero, el de las coplas. «Andrés, si tienes un niño yo seré el padrino». Y el niño, Pajares, fue apadrinado por el gran Maestro Quintero. Luego, cuando empezaba de cómico, una señora se le acercó en Valencia y le dio una estampita de San Antonio. «Rézale todos los lunes y no te faltará el trabajo». Y aún la lleva en la cartera.
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