Jeanne Baret, una heroína de la botánica
terra ignota
Dio la vuelta al mundo en una expedición en 1766 en la que recogió 6.000 plantas, muchas de ellas desconocidas
Las grandes oceanógrafas de la historia
![Grabado de Jeanne Baret](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/natural/2023/12/03/jeanne-baret-REFAuITUL8tw3w5psPErOOO-1200x840@abc.jpg)
Sus méritos para figurar en un lugar prominente de la historia de la ciencia fueron indiscutibles. Pero Jeanne Baret, exploradora y botánica, permaneció en el olvido durante casi dos siglos pese a que recogió 6.000 muestras de especies vegetales en la expedición ... del conde Louis Antoine de Bougainville, que circunvaló el mundo durante tres años.
Baret podría ser hoy un icono del feminismo no ya sólo por la catalogación de cientos de flores y plantas que no se conocían a finales del siglo XVIII sino también por su lucha como mujer para embarcar en el viaje de Bougainville. Tuvo que disfrazarse de hombre para subir a bordo de una de las dos naves de la misión, patrocinada por Luis XVI.
MÁS 'terra ignota'
La historia de Jeanne Baret podría ser considerada el fruto de la imaginación de un guionista si su vida no hubiera sido un continuado combate contra la adversidad. Nació en 1740 en La Comelle (Borgoña) en el seno de una familia muy pobre. Su padre era jornalero y su madre murió 15 meses después de su nacimiento. Todo indica que Jeanne fue analfabeta en su adolescencia y juventud.
Cuando tenía 22 años, entró como ama de llaves al servicio de Philibert Commerson, médico y naturalista, que acababa de enviudar. Pronto se convirtieron en amantes. En 1764, tuvieron un hijo sin estar casados. Jeanne lo inscribió en el registro como descendiente suyo sin especificar la identidad del padre. Fue en esa época cuando Commerson enseñó a leer a su sirvienta, a la que transmitió su amor por la botánica.
Una expedición clave
En 1766, Bougainville convenció a un renuente Commerson, que tenía problemas de salud, para embarcarse como oficial científico en uno de los dos barcos que iban a dar la vuelta al mundo para explorar nuevas tierras en América del Sur y en el Pacífico. Su idea era buscar lugares de colonización con fines políticos y comerciales.
Commerson puso como condición llevarse a un asistente. Era su amante y confidente Jeanne Baret. Como portaban un gran material de observación, el capitán del barco les cedió su amplio camarote. Ello ayudó a Jeanne a ocultar su condición de mujer, aunque, según los testimonios de abordo, había sospechas de que no era un hombre. Se rumoreaba que era un travestí.
Commerson y ella pusieron nombre a un centenar de especies que no se conocían en Europa
En una de sus escalas en Tahití, la tripulación descubrió su identidad, lo que obligó a Bougainville a ordenar su desembarco en Port Louis, la capital de la isla Mauricio. Allí se quedó al menos durante seis años explotando una taberna de su propiedad. Cuando volvió a Francia, Commerson ya había muerto. Le había legado una suma considerable y parte de sus propiedades.
Durante los dos años en los que permaneció en el barco, recogió muestras de especies desconocidas en Brasil, la Patagonia, Polinesia, Indonesia y Madagascar. Entre ellas, la buganvilla, a la que bautizó con el nombre del jefe de la expedición. Dado que Commerson estaba enfermo y tenía una pierna lesionada, fue Jeanne quién recogió las plantas que llegaron a Francia en 30 cajas. El propio monarca la felicitó por su dedicación. Se calcula que Commerson y ella pusieron el nombre a un centenar de especies que no se conocían en Europa. Por ejemplo, la baretia bonafidia, hallada en Madagascar, que lleva su nombre.
Su legado
Jeanne dio prueba de su extraordinario coraje al desembarcar en Brasil para hacer su trabajo pese a que había sido asesinado el capellán por los indígenas y contra los consejos del capitán, que trató de disuadirla sin éxito. Como Commerson estaba impedido, ella recolectó las muestras.
No fue hasta 2010 cuando su legado fue reivindicado en una completa biografía de Glynis Ridley, que desveló algunos detalles desconocidos sobre su vida íntima. Una de las cosas que trascendieron fue que Jeanne había dado a su hijo en adopción y que éste murió de niño. Ridley sugirió que Jeanne era de origen hugonote, una hipótesis que no ha podido ser corroborada.
De lo que sí hay constancia es de que la expedicionaria conoció en Port Louis a Jean Dubernat, un suboficial naval francés con el que contrajo matrimonio en 1774. Poco después, decidieron volver a Francia, donde Baret recibió la herencia de Commerson y una pensión vitalicia de Luis XVI. Ambos se establecieron en Saint-Aulaye, el pueblo natal de Dubernat, donde falleció su esposa en 1807. Tenía 67 años y había sido testigo de la Revolución Francesa, la ejecución de Luis XVI y el imperio de Napoleón. Su memoria ha sobrevivido.
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