El problema de replicar sin escalar
ANÁLISIS DEL GENERAL (R) PEDRO PITARCH
La batalla ha afirmado el liderazgo de Netanyahu, tanto para responder a lluvias de fuego, como para mantener viva la campaña en Gaza
La aguardada respuesta iraní
Rafah, nudo gordiano gazatí

La acción israelí, en Damasco, el 1 de abril, que liquidó, entre otros, al general Mohamed Reza Zahedi, el enlace superior de la Guardia Revolucionaria iraní con Hizbolá, fue un modelo de coordinación operaciones-inteligencia. Acción respondida por Irán, en la noche del ... sábado al domingo pasados, con una colosal tromba de proyectiles contra territorio israelí, compuesta por más de 330 drones y misiles lanzados desde múltiples orígenes de fuego (Irán, Líbano, Yemen, Siria e Irak). Tal lluvia de fuego fue apagada en el aire por la acción integrada de la defensa antiaérea israelí (Iron Dome) apoyada, entre otros, por EE.UU., Reino Unido, Francia y la autorización de Jordania y Arabia Saudí para utilizar su espacio aéreo. Fueron lanzados, al menos, 185 drones kamikazes, 36 misiles de crucero y 110 misiles balísticos. Solo una decena de estos últimos impactaron en suelo israelí sin consecuencias mayores. Por parte norteamericana participaron, entre otros, aviones navales y de su Fuerza Aérea además de los destructores antimisiles USS Carney y USS Arleigh Burke (este último basado en Rota).
Aunque todavía es pronto para obtener conclusiones definitivas sobre la batalla, pueden avanzarse, por el lado iraní, cuatro consideraciones sustanciosas. La más inmediata es el carácter escalatorio del ataque iraní que, por primera vez, se ha realizado desde su territorio. Ha constituido, por tanto, un 'casus belli' de libro que muta el paradigma iraní y que, previsiblemente, será respondido por Israel en una acción que, incluso, podría alcanzar infraestructuras del programa nuclear de Teherán. La segunda es que la participación coordinada y simultánea en el ataque de los más sanguinarios grupos terroristas de Oriente Próximo (Hizbolá, Hamás, hutíes, milicias proiraníes de Siria e Irak), certifica inequívocamente a Irán como caudillo y nodriza del terrorismo islámico y, consecuentemente, como gran amenaza terrorista global. La tercera conclusión, a la vista del desarrollo de la operación iraní, es que esta guerra de frentes múltiples contra Israel ha fracasado rotundamente; o, en otros términos, que la bestial iniciativa islamista no ha sido una muestra de capacidad sino de debilidad operativa, bien que haya servido para avivar el visceral odio contra Israel entre las masas musulmanas. Por último, resulta particularmente relevante la equivocación del régimen teocrático iraní, decidiendo bombardear masivamente Israel. Iniciativa que ha suscitado una inesperada oxigenación de Netanyahu al despertar una corriente de simpatía y solidaridad mundial, precisamente cuando parecía que Israel había perdido la batalla de la comunicación. Esa equivocada decisión de Teherán podría calificarse, en este caso, como la madre de todos los errores.
Por el lado israelí, destacan tres consideraciones iniciales. La primera es que Israel no está sola. La batalla ha mostrado que ni EE.UU. ni sus aliados occidentales más importantes, Francia y Reino Unido, dejarán caer a Israel (aquí resulta imposible resistir la tentación de valorar como inoportunamente ridículo el melancólico periplo lobista de Sánchez por Europa, en favor del estado palestino). La segunda es la demostración del apabullante poder militar israelí, apoyado sobre una elevada superioridad tecnológica frente a Irán y sus marionetas. Y, en tercer lugar ―confirmando el pensamiento táctico según el cual una defensiva bien organizada y nutrida es la forma más fuerte de combate―, la batalla ha afirmado el liderazgo de Netanyahu, tanto para responder a lluvias de fuego, como para mantener viva la campaña en Gaza. Ahora, el problema por resolver por Tel Aviv es cómo replicar ―no hacerlo se interpretaría como debilidad―, sin escalar.
Bajando la línea de mira hacia la franja de Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) siguen operando a la vez que permitiendo el crecimiento de la ayuda humanitaria. Aquéllas prosiguen la limpieza residual en los dos tercios superiores de la Franja. En el tercio sur, han rebajado su presencia, especialmente desde la madrugada del 7 de abril, cuando la 98ª división se replegó fuera de la zona de Jan Yunis. Las dos finalidades esenciales de Netanyahu: liberar los secuestrados y liquidar el poder operativo de Hamás, se mantienen. El previsto ataque a Rafah, donde se atrincheran y camuflan entre la población civil los restos operativos de Hamás, y permanecen alrededor de 100 secuestrados, está contenido. El impasse actual está siendo aprovechado para reorganizar fuerzas, llamar a nuevos reservistas y preparar el potencial asalto a Rafah.
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