Pilotos de combate españoles entrenan con fuego real en el Ártico
El Arctic Defender 2024 es un ejercicio que simula combates aéreos entre dos fuerzas opuestas en un entorno controlado
Alemania, entre el alivio y la incertidumbre
El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius (SPD), ha hecho este lunes una escala en Alaska antes de viajar a Washington para asistir a la cumbre de la OTAN. En Fairbanks, donde está la sede del Centro de Seguridad y Resiliencia para el Ártico ... de la Alianza, ha visitado a las tropas alemanas que participan en las maniobras de Arctic Defender 2024. Pilotos de caza de varios países entrenan juntos con los Estados Unidos y bajo dirección alemana en operaciones de combate aéreo, partiendo de un hipotético escenario de un ataque a territorio de la OTAN que ha obligado a activar la cláusula 5, que establece que un ataque a uno o más Aliados será defendido colectivamente.
Esta hipótesis puede hacerse realidad en cuestión de tiempo, según advierten desde hace meses los mandos de la OTAN. El último en poner fecha ha sido el inspector general de la Bundeswehr, Carsten Breuer, que calcula que Rusia podría volverse contra los aliados alrededor de 2029. «En la actualidad, Rusia está acumulando un potencial que va mucho más allá de lo que necesitaría para la guerra de agresión en Ucrania. Las fuerzas armadas rusas planean expandirse a 1,5 millones de soldados, es decir, más soldados que en toda la UE», explica. Rusia también produce entre 1.000 y 1.500 tanques cada año. «Si tomamos los cinco ejércitos más grandes de la OTAN en Europa, vemos que sólo tienen la mitad de los tanques que Rusia suministra ahora cada año. Tenemos que estar preparados».
En este contexto, ha arrancado el despliegue Pacific Skies 2024, llevado a cabo por las Fuerzas Aéreas de Alemania, España y Francia, como antesala de lo que será el ejercicio Arctic Defender 2024, donde los aviones de combate practican actividades operativas junto a los aviones furtivos F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) desde instalaciones de la Base Conjunta Elmendorf–Richardson, ubicada en Alaska. Alemania participa con 1800 efectivos, 8 cazas Eurofighter, 12 cazabombarderos Tornado, 4 helicópteros H145 y 4 aviones de transporte y reabastecimiento en vuelo A330 MRTT. España, por su parte, ha aportado 4 cazas Eurofighter, 2 Airbus A400M y 1 Airbus A330-200. Fracia, por último, suma 3 Airbus A400M, 3 Airbus A330 MRTTy 4 cazas Dassault Rafale.
Los pilotos se preparan para enfrentarse a cualquier enemigo, capacitándose para operar en todos los escenarios, por muy alejados que se encuentren y ante cualquier amenaza, por compleja que sea. Para ello, se reproducen diversos escenarios desafiantes y exigentes, con un ritmo de batalla muy demandante, en un espacio aéreo de una extensión de unos 300.000 kilómetros cuadrados y en ocasiones con el uso de armamento real.
Según informa la OTAN, Arctic Defender es un ejercicio tipo 'Red Flag', que simula combates aéreos entre dos fuerzas opuestas utilizando munición real en un entorno controlado. Permite a los pilotos experimentar las condiciones de combate con el mayor realismo posible y entrena la toma de decisiones estratégicas en fracciones de segundo. Estos ejercicios ponen énfasis, además, en fortalecer la interoperabilidad de las fuerzas aéreas de los países participantes y en el entrenamiento para trabajar en condiciones árticas.
La invasión de Ucrania ha puesto de manifiesto una brecha de seguridad de la OTAN en el Ártico. La línea de suministro, que atraviesa GIUK Gap (Groenlandia, Islandia y Reino Unido), el punto de acceso estratégicamente importante al Atlántico Norte entre Groenlandia, Islandia y el Reino Unido, es una ruta vital para que las fuerzas estadounidenses y canadienses entreguen suministros al norte de Europa en caso de un conflicto militar. Durante la Guerra Fría, se convirtió en una zona clave en la confrontación con la Unión Soviética y la brecha GIUK resultó estratégica para la inteligencia y el posicionamiento militar.
La Alianza ha aumentado en los últimos dos años su presencia defensiva en la región, con sistemas de alerta temprana, bases militares y esfuerzos de vigilancia, mientras que Rusia persiste también en su presencia en este territorio. El verano pasado, el Ministerio de Defensa ruso confirmó que dos de sus aviones portamisiles estratégicos Tu-160 llevaron a cabo vuelos de entrenamiento sobre el océano Ártico y el mar de Barents. Junto a los portamisiles, varios aviones de combate Su-35 volaban como escoltas, en un operativo que se prolongó durante más de ocho horas.
El general Sergei Kobilash ha reafirmado la intención de las fuerzas aéreas rusas de que sus pilotos sigan «sobrevolando regularmente» el Ártico. Desde principios de este año, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha lanzado su nueva estrategia para la región, que sustituye a la que databa de 2019 y que, según su responsable, Iris Ferguson, tiene como objetivo asegurar una región ártica estable y pacífica. Ferguson ha subrayado la importancia de la coordinación con aliados y comandos combatientes, al tiempo que ha destacado la necesidad de un enfoque estratégico frente a la creciente actividad militar de competidores como Rusia y China, especialmente cerca de la costa de Alaska.
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