La OTAN dice que el ingreso de Ucrania es ya un proceso «irreversible»
Los aliados se reúnen en una cumbre por el 75 aniversario con el temor a que Trump vuelva pronto al poder
La OTAN explora fórmulas para blindar la ayuda a Ucrania ante la posible vuelta de Trump a la Casa BlancaModesta agenda de Sánchez en la OTAN: Noruega y Montenegro
![Joe Biden saluda al primer ministro Víktor Orbán y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/07/10/bidenotan-RXnxleL70Rw0sbtcCS8QYsN-1200x840@diario_abc.jpg)
Los socios de la OTAN, reunidos en una cumbre en Washington que acaba este jueves 11 de julio, han anunciado que Estados Unidos y Alemania desplegarán misiles de mayor alcance en este último país para demostrar su compromiso en la defensa europea ante Rusia. Los ... aliados tienen además la intención de proporcionar a Ucrania un mínimo de 40.000 millones de euros en ayuda militar dentro del próximo año, en una señal de respaldo justo después de una serie de ataques indiscriminados contra la población civil por parte del ejército ruso.
El nuevo armamento desplegado en Alemania incluirá misiles SM-6, Tomahawk y armas hipersónicas en desarrollo con un mayor alcance que las capacidades actuales en Europa. Además, EE.UU., Alemania y Rumania enviarán baterías adicionales de misiles Patriot a Ucrania, mientras que Países Bajos y otros proporcionarán componentes de esos mismos sistemas Patriot para formar una batería más. Italia proporcionará un sistema de defensa aérea SAMP-T y otros aliados, incluidos Canadá, Noruega, España y Reino Unido, proporcionarán sistemas NASAMS, HAWKs, IRIS T-SLM, IRIS T-SLS y Gepards que ayudarán a Ucrania a ampliar la cobertura de su defensa.
El presidente Biden, que se enfrenta a serias dudas sobre su permanencia en la candidatura demócrata por su estado de salud, ha presionado a los socios para que mantengan sus ayudas a Ucrania. Para ello, ha invitado al presidente ucraniano, Volodimir Zelénski, para participar en reuniones con jefes de gobierno y de estado de los 32 países que integran la alianza, que este año cumple su 75 aniversario.
Según dijo Biden, el presidente ruso, Vladimir Putin, quiere «borrar a Ucrania del mapa». «Y sabemos que Putin no se detendrá en Ucrania. Pero no se equivoquen, Ucrania puede detener y detendrá a Putin», añadió.
Los socios están hablando de cómo adaptarse a una nueva situación que ya creían superada: un EE.UU. gobernado de nuevo por Donald Trump y por lo tanto crítico con los que menos contribuyen a la defensa mutua. Y de los que menos contribuyen, el que ha caído a la última posición es España, con apenas un 1,28% del Producto Interior Bruto, bastante por debajo del 2% que se marcaron los socios en 2014.
El gobierno español mantiene que va a invertir más, que hay muchos factores en juego y que, desde el punto de vista de Moncloa, la economía va tan bien, el PIB crece tanto, que los porcentajes están desajustados.
Trump y los morosos
Esas son las garantías que se han dado a los socios, y el presidente Joe Biden, anfitrión, quiso ofrecer un tono conciliador, contrapunto al de Trump, y en el discurso de bienvenida dijo: «La mayoría de socios ya invierte el 2% en defensa, y los que no lo hacen, pronto llegarán». En esa categoría están aquellos a los que Trump llamaba «morosos», entre amenazas de salirse de la OTAN por «obsoleta»: España, Canadá, Italia, Bélgica y Eslovenia, país con cuyo primer ministro se vio Pedro Sánchez el miércoles.
Dado que las encuestas de las elecciones presidenciales de EE.UU. vaticinan una victoria de Trump, los socios que menos pagan en defensa bien pueden acostumbrarse a esas críticas desde el Despacho Oval de nuevo.
Lo cierto es que hay una gran inquietud por la incertidumbre que hay sobre el presidente de la primera potencia militar. Según dijo este miércoles a los periodistas Alexander Stubb, presidente de Finlandia, que es de los últimos países en acceder a la alianza: «Si hay algo que me preocupa de EE.UU., es la polarización del clima político; debo admitir que es muy tóxico».
Aun así, admitió: «Pero cuando me reúno con 15 senadores, como acabo de hacer en el Senado, hay un fuerte apoyo bipartidista para Ucrania y también para la OTAN».
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo a la prensa el miércoles que esperaba que los aliados acordaran un «paquete sustancial» de ayudas para Ucrania que implicaría la creación de un nuevo comando de la OTAN para ese país que ayude a proporcionar asistencia de seguridad y entrenamiento, y un compromiso a largo plazo.
De momento, los socios se han limitado a acordar ayudas de un año. Está también sobre la mesa el asunto de la entrada de Ucrania en la OTAN. Hay muchas promesas, pero pocos hechos. La razón es que la Alianza incluye una cláusula que obliga a los miembros a defender a cualquiera de los demás integrantes que sea atacado.
Eso implica que el Ejército de EE.UU. debe movilizarse si cualquiera de los demás es agredido. Al estar en guerra, Ucrania no puede entrar de forma inmediata. Aun así, Zelénski, que se ha visto con varios líderes, incluido Biden y el primer ministro británico Keir Starmer, ha pedido un calendario de ingreso aproximado.
En total, esta cumbre tiene tres reuniones de jefes de estado o gobierno, entre miércoles y jueves. La declaración conjunta que se pactó este miércoles dice que la alianza continuará apoyando a Ucrania «en su camino irreversible hacia la plena integración euroatlántica, incluida la membresía en la OTAN». Los países destacan el uso del adjetivo «irreversible» aunque no haya calendario exacto.
Hay, sin embargo, algún díscolo del que los otros socios expresan preocupación a cada caso, como es Víktor Orbán, primer ministro de Hungría. En meses recientes, y en calidad de presidente de turno del Consejo de la UE, Orbán se ha visto con Putin en Moscú, exhibiendo su tradicional cercanía.
Los socios también están consensuando una postura común con respecto a China, sobre todo por su acercamiento a Moscú en plena invasión de Ucrania. El borrador de resolución que ayer se pactaba incluía un punto en que se declaraba a Pekín «facilitador necesario» de la guerra rusa.
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