La OTAN explora fórmulas para blindar la ayuda a Ucrania ante la posible vuelta de Trump a la Casa Blanca
La Alianza Atlántica espera aprobar nuevas medidas en la próxima Cumbre de Washington y así tomar las riendas de la asistencia militar a Kiev en el largo plazo
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La OTAN quiere garantizar que la ayuda militar a Ucrania se mantenga en «tiempo que sea necesario» y no se resienta ante los cambios internos de los aliados. Las próximas elecciones de Estados Unidos y una eventual presidencia de Trump; junto a los nuevos escenarios políticos ... que se están gestando en Francia, incrementaron las prisas de encontrar medidas que amparen el esfuerzo bélico del Ejército de Zelenski. La Alianza Atlántica planea «institucionalizar» su papel como principal proveedor de la ayuda militar al país invadido por Rusia con una nueva estrategia.
Entre los principales cambios se planea destinar a un alto funcionario civil en Kiev. Su objetivo, según la información en exclusiva publicada por 'Wall Street Journal', se «concentraría en las necesidades de modernización militar y apoyo no militar de Ucrania a largo plazo». Además de la creación de este cargo, la Alianza también ha decidido establecer un nuevo comando en Wiesbaden, Alemania, que tendrá la misión de «coordinar el suministro de equipo militar a Kiev y el entrenamiento de las tropas ucranianas».
El centro de Wiesbaden será el núcleo de la operación denominada «Asistencia y Entrenamiento de Seguridad de la OTAN para Ucrania». El personal destinado rondará los 700 efectivos entre todos los países miembros. «Un motivo importante para el cambio es hacer que la ayuda a Ucrania sea a prueba de Trump», dijo Ivo Daalder, exembajador de Washington en la OTAN entre 2009 y 2013 al WSJ. Daalder sostiene que la nueva estrategia pretende que la organización internacional se encargue de gestionar la ayuda y los entrenamientos. «De modo que, incluso si Estados Unidos reduce o retira su apoyo a la ayuda, no se eliminará», apuntó el diplomático.
Las autoridades ucranianas no pueden contender la decepción al ser conscientes que su membresía en la Organización del Tratado Atlántico Norte no sucederá en el medio plazo. Son precisamente Estados Unidos y Alemania, los aliados que más reservas tienen sobre la integración de Ucrania en la OTAN durante la guerra. El presidente
Zelenski manifestó en una entrevista el pasado domingo que «hoy nadie ve a Ucrania en la OTAN«. El jefe de Estado de Ucrania sentenció que »si Estados Unidos tiene miedo de irritar a Putin y por eso no nos invitan, entonces pedimos a Estados Unidos que nos dé todo lo posible que pueda protegernos (de la invasión rusa)«.
Aunque la integración de Ucrania deba esperar. Con las nuevas medidas que se aprobarán durante la próxima semana en la Cumbre de Washington -que marcará el 75 aniversario de la firma del Tratado que dio origen a la organización- la Alianza Atlántica pretende «reforzar las perspectivas de Ucrania de unirse eventualmente a la alianza sin ofrecerle la membresía» apunta el WSJ.
Las autoridades de Kiev confían que los aliados occidentales también den luz verde al envío anual de 40.000 millones de euros en ayuda militar. La propuesta fue presentada por el saliente secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y busca, principalmente que los miembros de la Alianza aumenten sus contribuciones. Los funcionarios consultados por el rotativo de Estados Unidos apuntan que este tema todavía está en fase de discusión, aunque el mayor donante seguirá siendo Washington.
Acuerdos bilaterales de seguridad
Los países del G-7 lanzaron en el verano de 2023 la propuesta de suscribir acuerdos bilaterales de seguridad con Ucrania por un período de 10 años. Los tratados pretenden garantizar la asistencia a largo plazo, mantener el entrenamiento de tropas ucranianas o compartir inteligencia, pero lo más importante es que dichos documentos no exigen una respuesta militar en caso de que Ucrania vuelva a ser atacada.
Esta iniciativa surgió para compensar al país en guerra mientras espera una eventual membresía en la Organización del Tratado Atlántico Norte. Los acuerdos bilaterales de seguridad son, según dijeron entonces lo representantes del G-7, un «puente hacia la eventual membresía de Ucrania en la OTAN«.
Kiev ha suscrito este tipo de acuerdos con varios países de la Unión Europea, entre los que se encuentra España. Aunque la rúbrica más esperada por Kiev era con Estados Unidos y se produjo el 13 de junio el tras meses de negociaciones. Washington sostiene que la «política de puertas abiertas» a Ucrania sigue vigente, a pesar de este acuerdo de seguridad. El portavoz adjunto del Departamento de Estado estadounidense, Vedant Patel, aseguró el martes que «el acuerdo bilateral de seguridad no sustituye a la adhesión de Ucrania a la Alianza».
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