López Obrador concede su única entrevista en años a una periodista ligada a Putin

Se emitirá en el Canal Red, que cuenta con Pablo Iglesias entre sus propietarios

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La periodista Inna Afinogenova junto con Andrés Manuel López Obrador Redes sociales

Milton Merlo

Corresponsal en Ciudad de México

Luego de más de dos años de no conceder entrevistas exclusivas, Andrés Manuel López Obrador eligió conversar con Inna Afinogenova, periodista ligada al Gobierno ruso, justo cuando Vladimir Putin está en el centro de las críticas por la muerte en prisión del líder opositor Alexéi Navalni.

La entrevista para la cual Afinogenova visitó México se emitirá la semana que viene en el Canal Red, que tiene entre sus propietarios al exjefe de Podemos, Pablo Iglesias. López Obrador ya subió a sus redes postales con la periodista en las que ambos aparecen sonrientes.

El hecho adquiere aún más relevancia si se considera que hace dos semanas, cuando López Obrador fue señalado por la prensa de Estados Unidos por supuestos nexos con el narco, el presidente dijo que le había negado una entrevista al ganador del Premio Pulitzer Tim Golden, responsable de la investigación sobre presuntos nexos criminales.

El gesto fue consecuente con la predica habitual de López Obrador de que no concede entrevistas porque ya que habla todos los días en su conferencia matutina en Palacio Nacional. Pero hizo una excepción con Afinogenova.

La periodista, que durante años editó la sección en español de la señal estatal rusa Russia Today (TR), en América Latina es conocida por sus posiciones en favor de los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Fue muy criticada cuando en 2022 comenzó la guerra en Ucrania y hasta un día antes replicaba en sus redes que Rusia nunca invadiría y que Vladimir Zelinski era un presidente cercano al neonazismo.

Los gestos de López Obrador en favor de Rusia son múltiples. En septiembre del año pasado incluyó una delegación del ejército ruso en un desfile militar del Ejército mexicano, lo cual fue entendido como un guiño al Kremlin. Cuando le preguntaron, emitió una respuesta habitual: «tenemos relaciones con todo el mundo, invitamos a todos».

En 2022 el presidente envió, a través de la Cancillería, un plan de paz para la guerra en Ucrania a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Fue rechazado porque en el organismo multilateral entendieron que era demasiado afín a la posición de Moscú. «Los pacificadores que usan la guerra como tema para sus propias relaciones públicas solo causan sorpresas», declaró el vocero de Kiev, Myjailo Podolyak.

Ese mismo año México suscribió un acuerdo en materia de investigación espacial con el gobierno ruso, otro frente que esta semana quedó bajo fuego por las revelaciones de Washington sobre los planes armamentísticos de Putin en el espacio.

En marzo del año pasado el general Glen VanHerck, el entonces jefe del Comando Norte, en una audiencia en el Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos afirmó: «México tiene actualmente el mayor número de espías en el mundo». La declaración coincidió con el dato de que desde el inicio de la guerra se incrementó fuertemente la cantidad de diplomáticos rusos con presencia en México.

Nada nuevo, de hecho, ya desde los años de la guerra fría, la Ciudad de México era una de las principales bases del espionaje ruso en el mundo, así consta en documentos desclasificados de los servicios de inteligencia mexicanos.

El incremento del personal diplomático coincidió con la llegada a México del nuevo embajador ruso, Nikolái Sofinskiy, que en su primer mensaje invitó a México a unirse al «concepto ruso de orden multipolar».

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