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'Doce del patíbulo': «Iréis al infierno y será vuestro billete de salida»

La estrategia de acudir a los asesinos más violentos encerrados en las cárceles para reclutarlos en el Ejército es un fenómeno tan viejo como la propia guerra y la excusa perfecta para usarlos en una 'picadora de carne' como Bajmut

Islas Kuriles: el otro frente con el que Putin quiere desestabilizar sigilosamente a Occidente

Buscar reclutas a toda costa y donde sea es lo que han hecho a lo largo de la historia distintos países para incrementar sus ejércitos en una guerra
Alexia Columba Jerez

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En la famosa película de los sesenta, 'Doce del Patíbulo' que transcurre durante la Segunda Guerra Mundial a un oficial estadounidense le encargan una misión suicida, y para ello han escogido a doce presidiarios a los que debe adiestrar.

Esta idea de reclutar presos para una guerra no es nueva, a lo largo de la historia se ha hecho uso de asesinos, violadores y ladrones para el combate, aunque hay poca documentación al respecto. Son el perfecto señuelo que se requiere en el frente y pueden actuar impunemente en un conflicto. A cambio se les perdona la pena y se limpia su historial.

Xosé Manoel Núñez Seixas, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela y autor de libros como 'Volver a Stalingrado', lo explica en detalle: «básicamente hay momentos en los que si un ejército o Estado se ve muy desesperado y el material humano escasea se recurre a lo que sea. Normalmente, se parte del siguiente razonamiento: Son gente que tiene poco que perder, especialmente los que están presos por delitos de sangre. No tienen escrúpulos y el oficio de matar, digamos, ya lo han aprendido. Les ofreces una vía para recuperar su honor o simplemente la libertad. Éste suele ser el trato».

Y ahora, en la guerra de Ucrania también se ha practicado esta estrategia por ambos bandos. A inicios del conflicto Volodímir Zelensky, el presidente ucraniano reconocía abiertamente haber liberado a los presos del país con experiencia militar para combatir contra las fuerzas rusas. Zelenski se acogía a la ley marcial para excarcelarlos.

«Cualquiera que pueda unirse a la lucha contra los ocupantes debe hacerlo. La decisión no fue fácil, desde un punto de vista moral, pero útil desde el punto de vista de nuestra protección. La clave es la defensa», afirmaba el presidente.

Mientras en Rusia, y según las palabras del Estado Mayor de Ucrania, han estado reclutando a ciudadanos encarcelados en Ucrania que se llevaron a la fuerza a prisiones rusas. Los informes de la inteligencia ucraniana han indicado que son utilizados para la primera ola de un ataque o para limpiar minas.

Imagen - Prigozhin les promete a los reclusos un salario de más de 1.200 euros. Y lanza el dilema o sus hijos o los presos

Prigozhin les promete a los reclusos un salario de más de 1.200 euros. Y lanza el dilema o sus hijos o los presos

Y el reclutamiento no se detiene ahí, la organización de Alexei Navalni-el opositor de Putin encarcelado- daba a conocer en redes un vídeo en el que el líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueny Prigozhin, buscaba a soldados entre las cárceles de Rusia, especialmente a los acusados de los delitos más violentos. Y la pregunta que el propio Navalni se hacía era: «¿Qué podría lograr un ejército así en combate?».

  
   
  

Algunos de los reclusos, testigos directos de la campaña de reclutamiento , hablaron con medios rusos de investigación como Important Stories, y comentaban que Prigozhin se dirigía a ellos sin medias tintas, y les decía que entrarían en el infierno, pero eso podría ser su billete de salida.

Se les promete el indulto después de seis meses de servicio y un salario de 100.000 rublos mensuales, que son más de 1.200 euros. El reo tenía 5 minutos para dar un paso al frente si quería unirse a ellos. Y cómo señala uno de los presos rusos la cárcel te convierte en un animal y el odio va creciendo, acumulándose, «en el frente tendrán las manos desatadas».

Olga Romanova, directora de Jailed Russia, una ONG por los derechos de los presos esclarecía que Rusia tiene la quinta mayor población carcelaria per cápita del mundo. Por tanto, disponen de potenciales candidatos a los que reclutar para fabricar tanques y engrosar las filas de un país que tiene verdaderos problemas para encontrar a personal que combata.

 

Las ONG por los derechos de los presos y las cifras del portavoz de seguridad nacional de Estados Unidos, John Kirby, coinciden, 40.000 presidiarios han sido reclutados que se sepa. Mientras, el gobierno de Putin y el Servicio Federal de Seguridad (FSB, la nueva KGB) prohíben hablar en público del tamaño, la moral, el número de bajas o los delitos cometidos por su ejército. Son secretos de Estado.

Historia opaca

Este ejército de presos a la vez que temible, conforma un escuadrón suicida. El historiador Xosé Manoel Núñez matiza que una cosa son los conocidos como `Penal Battalions´ que son los batallones de castigo a los que se destinan a soldados que han cometido infracciones, que han recibido condenas por tribunales militares y que en tiempo de guerra se les encargan los trabajos más duros, y son los que asumen más riesgos. Y otra cosa es el reclutamiento de personas con antecedentes penales o incluso directamente de las cárceles.

Este segundo caso es un fenómeno casi tan viejo como la guerra misma. «Esto lo hacían ya los romanos, se practicaba en la Edad Media y en la Edad Moderna. En el siglo XIX, tenemos la legión extranjera francesa o tropas especialmente destinadas para combatir en entornos lejanos y difíciles para los que era complicado hallar voluntarios. Además, causaba mucho rechazo entre la población enviar soldados conscriptos, es decir, soldados reclutados obligatoriamente, y por eso se recurría a personas con antecedentes penales», afirma Núñez.

Y apostilla que hay indicios, aunque no está muy claro, de que la División Azul, hacia el año 43, también apeló a este tipo de mecanismos. Incluso el escritor Benito Pérez Galdós en 'Los episodios Nacionales' ya mencionaba algún caso de este tipo.

Lo que sí es nuevo para el catedrático, y un tanto peculiar es lo que estamos viendo en el conflicto ruso-ucraniano, es un cierto recurso a la privatización de la guerra. Se utiliza directamente una compañía de mercenarios.

Como apunta el historiador «el batallón Wagner que parece que está adquiriendo cada vez más poder, recluta de donde sea, no le hace ascos a nada. Y aunque es cierto que se hizo una movilización de reservistas en Rusia, creo que el régimen de Putin es muy consciente de que perdería mucha popularidad si los hijos de la clase media urbana fuesen a la guerra de manera masiva y empezase a verse ataúdes de zinc que vuelven a Moscú o a San Petersburgo».

Para Núñez hay desde el principio una clara apuesta por mandar a la guerra como carne de cañón a reclutas a los que se les ofrece continuar en el ejército por un tiempo y que suelen venir de zonas periféricas de la Federación Rusa y de algunas minorías étnicas. O ya directamente se recurre, sobre todo para determinados tipos de tareas, a mercenarios.

«Esto nos indica cómo es una guerra que desde el punto de vista de la propaganda se presenta como una lucha patriótica, pero que no llama a todo el mundo a defender a la patria», establece Núñez.

Los reclusos tienen el problema - indica el historiador- de que son difíciles de controlar, pierden la moral rápidamente, se pasan al enemigo o aprovechan para desertar. Se los coloca en vanguardia, y es que «un delincuente condenado por matar no necesariamente es un buen soldado. Y si tienen escasa instrucción aún es peor. Hoy en día la guerra no es mandar a mucha gente al frente, sino que los combatientes, tienen que saber manejar una serie de armas, drones, que tienen una cierta complejidad tecnológica. No se puede mandar un navajero sin más».

De Hitler a Irak

Las autoridades no dan muchos datos, ni fuentes, es un tema opaco para los estudiosos, y eso también se debe a que como indica el historiador, es un reclutamiento del que los propios ejércitos se sienten avergonzados.

También el enterramiento de estos presos muertos en batalla se ha convertido en un problema para el Kremlin. Cuando vuelven los cuerpos a sus pueblos natales, muchos vecinos consideran que no deben ser enterrados en el mismo cementerio que los héroes caídos en la Segunda Guerra Mundial.

The New York Times menciona varios casos como el de Roman Lazaruk, de 32 años, fue enterrado en febrero en el «Pasillo de los héroes» local tras morir en la batalla de Bajmut. Pero su violento historial criminal y el hecho de que hubiese sido condenado en 2014 por calcinar a su madre y a su hermana, indignó a los residentes locales.

El ejército de reclusos de Hitler

En la historia de esta práctica, uno de los casos más destacables es el ejército de criminales de Adolf Hitler, 300 reos que incluían violadores y psicópatas, un grupo liderado por Oskar Dirlewanger que se llamó SS-Sturmbrigade Dirlewanger. El propio Dirlewanger, apodado `nuestro Gandhi´ por su complexión enjuta era un agresor sexual sádico que había recibido reconocimientos como soldado en la Primera Guerra Mundial, conflicto que lo afectó de primera mano.

Núñez indica que el batallón Dirlewanger, se utilizó sobre todo para tareas represivas en retaguardia. Y su actuación más conocida fue la represión de la sublevación del gueto de Varsovia en agosto de 1944. El juez de las SS Konrad Morgen llegó a investigar a este grupo especial por el número de denuncias que acumulaba, y confirmó que esos hombres «eran peor que la peste».

Oskar Dirlewanger

 Morgen relató en los juicios de Núremberg uno de los actos del ejército de Dirlewanger que llegó a sus oídos y del que constató su veracidad, consistente en que Dirlewanger en una ocasión arrestó de forma arbitraria a dos jóvenes judías. Las despojó de su ropa y les aplicó una inyección de estricnina. Encendió un cigarrillo, mientras él y sus compañeros hicieron un círculo para observar la lenta agonía de las dos mujeres. Luego, los dos cuerpos fueron cortados, mezclados con carne de caballo y hervidos para hacer sopa.

Más próximo en el tiempo, es la Guerra de Irak, George Bush hijo mandó a agresores sexuales, ladrones y pederastas a Oriente Próximo. Según las estadísticas aportadas en 2006 por el Comité supervisor del Congreso, 249 delincuentes se sumaron al ejército, entre ellos, 87 personas que habían cumplido condena por mutilación, otras 130 culpables de tráfico de drogas.

Y se sumaron 19 pirómanos y 9 agresores sexuales y 500 ladrones. El número de ex convictos en las Fuerzas Armadas de EE UU alcanzó los 34.476 en 2006, un 20% del total de los soldados alistados.

Núñez también recuerda que los británicos en algunas de las guerras coloniales utilizaron este tipo de unidades. Y en la Guerra civil rusa, entre 1917, 1918 y 1922, tanto el ejército blanco como el ejército rojo utilizaron tanto a presos como a prisioneros de guerra.

Hay que escoger

Hoy la historia se repite, el último escenario de enfrentamiento ruso-ucraniano en estos momentos es Bajmut. El portavoz de seguridad nacional de Estados Unidos al respecto comentó que «parece como si Prigozhin estuviera dispuesto a arrojar cuerpos rusos a la picadora de carne en Bajmut. Unos mil combatientes wagnerianos han muerto y creemos que el 90% de esos mil eran, de hecho, convictos».

La Casa Blanca anteriormente ya había revelado el balance que habían conseguido las fuerzas rusas, con 40.000 presos de todo el país junto con 300.000 nuevos reclutas y 20.000 voluntarios, un total que suponía más del doble de los 150.000 que Putin perseguía inicialmente en la campaña de septiembre. En ese mes daban la vuelta al mundo imágenes de miles de jóvenes rusos que se manifestaban y del éxodo masivo de 700.000 hombres que escapaban de la campaña de reclutamiento de Putin.

Entre los que llegaron a España estaba Iván, un pseudónimo necesario para salvaguardar su seguridad y la de sus familiares y dao que su solicitud de asilo se está llevando, a nivel jurídico, desde CEAR en Canarias. Iván ante la posibilidad de que cerraran las fronteras y de una guerra que considera «criminal» decidió dejar su país.

«Amo Rusia, y la decisión de emigrar para mí fue forzada y dictada exclusivamente por las leyes existentes y una política estatal destructiva e inhumana. Hasta la fecha era la única manera segura de evitar la movilización o la prisión. Además, se conocían muchos casos en que las personas fueron reclutadas en el ejército incluso si tenían motivos para un aplazamiento por enfermedad grave, incluida la discapacidad», afirma Iván a ABC.

Añade que el estado de ánimo de las personas que ahora permanecen en Rusia es mayormente deprimido, «hay un sentimiento de impotencia e incesante horror, por la falta de perspectivas». Y considera que «la segunda ola de movilización no se producirá de la misma manera que la primera ola. Y el hecho de que comenzará prácticamente nadie lo duda. Lo más probable es que la movilización se lleve a cabo de forma encubierta, y seleccionando a las personas gradualmente».

Estos temores no son en vano, la inteligencia militar de Kiev dejaba caer que el Kremlin se ha estado preparando para movilizar a 500.000 hombres más, para que formen parte de las ofensivas de primavera y verano. De ser así, una pregunta abierta es cómo podrán prepararlos, alimentarlos y de dónde saldrán estos nuevos hombres. Mientras, la población activa en Rusia sigue disminuyendo y la demografía se muestra cada vez más envejecida, con una economía rusa que está en entredicho. Pero la clave es incrementar a su ejército a toda costa.

Tras la difusión del vídeo que filtraba las técnicas de reclutar en cárceles del líder del grupo Wagner, Prigozhin, al que llaman el `chef de Putin´, respondió en redes sociales de forma contundente: «Quienes luchen en Ucrania deberán ser contratistas militares privados y prisioneros o, en el caso contrario, serán sus hijos:decidan ustedes mismos».

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