Guerra en Israel
Despertar bajo una invasión de Hamás: «Semanas atrás vimos entrenar a Hamás para ahora matarnos»
Tres israelíes cuentan a ABC cómo fueron las horas más violentas durante la incursión de milicianos de Hamás en sus pueblos
Cómo Hamás ha logrado engañar a Israel para lanzar su mayor ofensiva
Directo | La última hora del conflicto en Oriente Medio
Por tierra, mar y aire. Durante la mañana del sábado Hamás propició el mayor ataque que se recuerda a Israel y donde más le duele: dentro del territorio controlado por las fuerzas israelíes. De momento, la cifra de muertos en esta guerra se cuentan ... por cientos.
Justo cuando se cumplían 50 años de la guerra de Yom Kippur, el estado de Israel declaró el estado de guerra. «Ciudadanos de Israel, estamos en guerra», dijo el primer ministro Benjamín Netanyahu , en un mensaje de vídeo grabado en Tel Aviv. «No es una operación, no una ronda [de combates] sino una guerra. Esta mañana Hamás inició un ataque sorpresa asesino contra el Estado de Israel y sus ciudadanos».
El número de muertos ha aumentado a 700 en Israel y miles han resultado heridos, según los medios locales, mientras que las autoridades palestinas dijeron que al menos 560 murieron y unos 2.300 resultaron heridos en Gaza.
Todo comenzó el sábado a las 6:30 de la mañana. Para hacernos una idea de lo que supuso un ataque tan imprevisible como letal, esta es la historia de tres mujeres que, por suerte pueden contarlo, pero a las que la vida les ha cambiado por completo: han perdido a amigos, vecinos e incluso a familiares.
Adele Raemer. Nirim. Profesora de inglés jubilada
Vive en el kibbutz Nirim de al menos 450 personas. Viuda, por suerte estaba su hijo menor que había ido a pasar unos días con ella. «Empezamos a escuchar los bombardeos a las 6:30 de la mañana. Eran muy fuertes». Hamas lanzó 2.200 cohetes, mientras varias decenas de milicianos se infiltraron en Israel y llegaron a las localidades más próximas de la Franja de Gaza. Como a la de Adele.
«Corrimos a la habitación de seguridad que teníamos. Ahí pasamos muchas horas. Salimos en dos ocasiones al baño y vimos cómo habían intentado entrar en casa. Nunca he tenido tanto miedo».
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El Ejército, según esta profesora, tardó entre siete y ocho horas en acudir a su rescate.
«Tras la llegada del Ejército empezaron a evacuarnos a una zona central donde pudieran tenernos a todos para mantenernos a salvo. Después, nos volvieron a reubicar en casas seguras a prueba de cohetes, porque además de las infiltraciones nos estaban lanzando cohetes», cuenta. Ahora, mientras hace una videollamada con ABC, está viajando en autobús con más vecinos a otra zona segura.
Nerya. Nativ ha'asara. 25 años. Estudiante
«Hace unas semanas escuchábamos cómo los terroristas de Hamás entrenaban a escasos kilómetros de nuestras casas. Ahora sabemos que era para matarnos», dice Nerya poco antes de volver a refugiarse en la habitación de seguridad de su casa por otro aviso de bombardeo. La violencia con la que Hamás atacó el sábado a Israel todavía no ha sido digerida por los israelíes y costará mucho hacerlo. Nerya, una israelí de 25 años habla con ABC desde su casa en Nativ ha'asara, un kibutz levantado a pocos kilómetros de la franja de Gaza. En seguida escucharon la llegada de los milicianos de Hamás a su casa. «Han sido las peores días de mi vida. Estamos sin electricidad y sin luz, pero nadie de mi familia ha muerto», celebra.
Casi no se le distingue la cara y pide disculpas. «No tenemos electricidad. Estamos con velas y una pequeñas bombillas que compramos para una fiesta por toda la casa», cuenta a este periódico. Las horas previas a los ataques habían sido muy felices para ella y su familia. «El viernes fue el cumpleaños de mi padre y vino toda la familia a casa. Lo pasamos muy bien». recuerda. Sin embargo, Nerya no pudo dar más detalles de cómo vieron los momentos posteriores a la hora 0 de los ataques: las 6:30, las sirenas volvieron a sonar y tuvo que abandonar la video llamada y refugiarse en la habitación que tienen habilitada. Solo tienen 15 segundos para llegar al refugio.
Horas más tarde, un mensaje decía que estaban todos bien y que seguían en el refugio por temor a que todavía hubieran milicianos de Hamás por la ciudad.
Naria, 26 años. Sderot. Estudiante
Le cuesta contener las lágrimas. Ha perdido a 16 personas cercanas entre familiares y amigos. «Sentía que esto podía pasar, porque llevamos tiempo con una cierta calma. Hace dos días se lo comenté a mi madre. Y ha pasado, pero esto es mucho más duro de lo que pensábamos». «Estaba en casa y pudimos oír todo lo que pasaba. Mi casa está en el centro de la comunidad y escuchamos cómo llegaban por todos lados. Vinieron en su mayoría en parapente». La imagen es aterradora, decenas de terroristas de Hamas aterrizando sobre sus casas con parapentes y ataviados con armas hasta las cejas gritando 'allahu akbarr'
En la casa de Nerea son 7 personas, todas están a salvo ahora. «Mi padre sí que tiene una pistola para protegernos. Estuvimos más de 6 horas esperando al Ejército. Estábamos aterrorizados».
Comandos palestinos entraron en Sderot, situada a un kilómetro de Gaza. Desde el primer momento, se ha convertido en uno de los principales objetivos terrestres de la operación 'Inundación de Al Aqsa', perpetrada por Hamas.
El ataque del sábado por parte de militantes de Hamas se produjo sólo un día después del 50 aniversario de otro devastador ataque sorpresa contra Israel.
El 7 de octubre fue la Guerra de Octubre de 1973, la violenta invasión que los ejércitos árabes lanzaron hizo que los israelíes se despertaran ante un ataque que les cambió la vida y que su aparato de inteligencia no había previsto, y también la última vez que se encontraron, oficialmente, en una «guerra». La historia se repite.
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