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China fabrica una réplica del portaaviones más poderoso de EE.UU. para practicar maniobras como las de Pearl Harbor

Unas misteriosas siluetas han sido descubiertas en el desierto del país asiático gracias a las imágenes satelitales obtenidas por Planet Labs

La escalada armamentística impulsa la era de los aviones hipersónicos y pone en jaque la seguridad

El pulso entre EE.UU. y China indica que Pekín está tomando la delantera
Alexia Columba Jerez

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Si ponemos la vista sobre el desierto de Taklamakan, en la provincia china de Xinjiang, podría parecer un simple mar de arena con pequeños puntos oscuros ininteligibles que no presentan más interés. Sin embargo, si aplicásemos un zoom sobre ellas y más concretamente sobre una de sus dunas, veríamos algo que a todas miras resulta inesperado. La réplica del nuevo superportaaviones de la Marina de los EE.UU., el USS Gerald R. Ford. Una representación a escala 1:1 del mayor portaaviones estadounidense de 330 metros de largo, un coloso que ha sido llamado la nave del futuro por sus capacidades ultramodernas.

Y lo cierto es que este tipo de copias no son las primeras que aparecen en el desierto de China Central. Desde 2021 se han ido detectando construcciones navales semejantes a los buques de guerra estadounidense e instalaciones a prueba de misiles, pero nunca con el grado de exactitud que se ha visto en este último caso. El objetivo sería probar el arsenal chino y practicar maniobras de ataque como las realizadas por la marina de Japón contra Pearl Harbor. Un ingeniero de defensa francés que ha analizado las imágenes apuntaba a Radio Francia Internacional que «con estas instalaciones, tienen lo que necesitan para probar y calibrar la cadena de adquisición -inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR)- y el guiado de sus misiles balísticos antibuque«.

Comparaciones entre el portaaviones estadounidense y la réplica construida por China en el desierto Captura

Las imágenes satelitales conseguidas por la empresa Planet Labs se corresponden con el 1 de enero. Y muestran un trabajo del Ejército Popular de Liberación (EPL) que comenzó en noviembre de 2023, con la construcción de una carcasa, que por entonces, no era identificable.

Imágenes del portaaviones en el desierto de China captura

Y en la maqueta del portaaviones pueden detectarse cuatro pistas de despegue con catapultas electromagnéticas exactamente en los mismos lugares que aparecen en la nave real. Así como el detalle de una popa más ancha y cuadrada, característicos de este barco que en su versión estadounidense es capaz de albergar a más de 4.500 tripulantes y 90 cazas.

Construcciones 'fantasma' y asesinos de portaaviones

Además pueden observarse varios mástiles situados alrededor del portaaviones. Sirven de reflectores de radar, que se usan para imitar la firma completa que daría en un radar el barco real. Para la revista estadounidense 'Warzone', especializada en defensa, «esto, a su vez, ayudaría a crear un portaaviones «fantasma» en el desierto sin necesidad de una construcción más extensa».

En otras réplicas se observaron que los mástiles estaban rematados por unas antenas que servirían para el desarrollo de una guerra electrónica. Y el ingeniero de defensa francés apuntaba a RFI que «los chinos llevan años trabajando en un proyecto así. Técnicamente, hacen lo que dicen, incluso lo publican, pero la barrera del idioma juega en nuestra contra«.

También cabe mencionar que la actual construcción está a más de cuatro kilómetros de otro portaaviones a escala real que muestra semejanzas generales a los vehículos de la clase Ford y a los destructores de clase Arleigh Burke de la Marina de los EE.UU. Todo ello viene a confirmar lo que ya analizaba el Pentágono a través de un informe de más de doscientas páginas en el que describe pormenorizadamente las fortalezas de la armada china. Y en el que destacaba la creciente fuerza militar china y su estrategia para restringir la presencia de Estados Unidos en las regiones del Mar de China Oriental y Meridional obstaculizando su paso. Porque pone en peligro la soberanía de Pekín y sus intenciones de convertir al EPL en un ejército de «clase mundial» para fines de 2049, que es cuando se produciría la reunificación con Taiwán.

Cosa que se conseguiría practicando como calibrar al máximo los últimos modelos del misil chino de alcance intermedio DF-21D, capaz de recorrer 1.500 km y apodado el «asesino de portaaviones». Se pretende así aumentar sus capacidades y desarrollar en el proceso un misil rompeportaaviones.

Desde Pearl Harbor a la Guerra de las Malvinas, las cosas hierven a fuego lento

Unos movimientos que la inteligencia estadounidense observa con preocupación desde hace algunos años y que en último caso este gesto no hace sino aumentar la tensión entre ambas potencias. Mientras Pekín sigue poco a poco reuniendo aliados en la zona, cuando todos miran hacia otros escenarios activos en el tablero mundial. El último ejemplo es el del gobierno de Nauru que ha roto lazos con Taiwán y ha cambiado su reconocimiento a China. 

Al tiempo que hace bullying a sus países vecinos más pequeños en el Mar de la China Meridional. El problema, dice Fernando Cortiñas, profesor del IE Business School, , es que con esta actuación invade aguas territoriales de los estados limítrofes, según el derecho internacional. Pero es que «controlar este mar significa enormes recursos de gas y petróleo. Y dominar el acceso al flujo de barcos que proveen a China, Taiwán, Corea del Sur y Japón. Dos mil millones de personas, un tercio de la población mundial dependen de esa zona». La finalidad conjunta de todos estos movimientos es fortalecerse, a la vez que prepararse ante la posibilidad de un contencioso por Taiwán en el futuro.

Una idea que no es gratuita, la zona hierve a fuego lento, pero hierve a su manera, en ese sentido Nicolas Chaillan, el ex-gurú tecnológico del Pentágono, llegó a declarar que en la zona se está gestando «un nuevo Pearl Harbor». Y desde 2000 las revistas militares chinas han comentado que los propios militares chinos han venido estudiando las lecciones sacadas por la guerra de las Malvinas, en 1982. Es la guerra más reciente que ha involucrado grandes batallas aéreas, terrestres y navales. Y para ellos destacan las similitudes entre Las Malvinas y Taiwán que son relativamente pequeños y están aislados.

Los chinos van tomando buena nota, en un paso lento, pero seguro en el que destaca su gama de misiles balísticos antibuque lanzados desde el aire y desde tierra y mar . «Esto se suma a los misiles de crucero antibuque cada vez más avanzados que pueden dispararse desde aviones, barcos y submarinos cada vez más capaces, así como desde lanzadores terrestres. Los misiles de crucero hipersónicos antibuque también están en el horizonte para el EPL. Y la capacidad para detectar y rastrear portaaviones y otros buques de guerra, y hacerlo de manera persistente cada vez más lejos de sus costas».

La pregunta al final es si China realmente quería llevar a cabo en secreto estas operaciones en medio del desierto, aunque a plena vista para cualquier satélite, o realmente pretende mandar el mensaje de que se están organizando y que no dude nadie de que llegado el momento si es necesario estarán preparados.

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