Isabel Gemio: «Creo que mucho del sufrimiento de mi hijo Diego ha sido por mi culpa»
La periodista se sincera sobre el hecho de que haber tenido un hijo que sufría una enfermedad rara le ha hecho desatender al otro
«Me duele que no haya un hueco para mí en televisión o en la radio»
«Sigo abierta a enamorarme, pero tengo el nivel muy alto»
Cuando Isabel Gemio adoptó a su hijo Gustavo en Guatemala, jamás se imaginaba que el pequeño sufría una distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad rara causada por un gen defectuoso para la distrofina (una proteína en los músculos) y que le convierte en una persona dependiente. Desde entonces, la periodista y presentadora de televisión ha luchado sin descanso para mejorar la vida de Gustavo y ha creado una fundación que trabaja para la Investigación de Distrofias Musculares y otras Enfermedades Raras.
«Da igual que sea biológico que adoptado. Yo no encuentro diferencia en lo que duele, se sufre, en lo que le amas o en la vida que daría por ellos. O sea, no establezco diferencia», ha confesado en referencia a Diego, su hijo biológico, durante su visita a 'Drama Queen', el podcast presentado por Pilar Vidal. «¿Cómo lo has hecho para repartir amor con tu otro hijo? Como Gustavo requiere tantos cuidados...», le pregunta Pilar.
«Es un niño, bueno 'un niño', que ya tiene 25 años. Un hombre muy maduro que esta enfermedad también le ha influido. Su vida cambió también por tener un hermano enfermo», comienza explicando. «Yo intentaba que no notara esa atención que requería Gustavo. Pero supongo que no he llegado y que no lo habré hecho bien... De hecho, mucho del sufrimiento de Diego ha sido porque él se ha sentido que no le dedicaba tiempo», reconoce visiblemente emocionada.
«Porque al final tienes que estar mucho tiempo en el hospital, tienes que ir a muchas más reuniones con los profesores, tienes que dedicarle sí o sí muchísimo más tiempo y él que era un niño o un adolescente se preguntaba: '¿Qué culpa tengo yo y por qué?' Hasta que no entiende que su hermano está enfermo», reflexiona. Aunque «los valores de mi hijo hicieron que aceptase lo diferente y la madurez, que le llegó antes de lo que le tendría que haber llegado».
Por otro lado, también recuerda el esfuerzo inmenso que tuvo que realizar en aquella época para conseguir llegar a todo: «Cualquier madre siempre sentimos que no estamos al cien por cien, nunca en nada. Eso es lo que a mí me ha pasado, como a todas las madres, no a todas las mujeres. Yo sentía que no estaba al cien por cien ni en el trabajo ni tampoco en mi casa. Pero yo no quería renunciar a nada», porque «yo a mis hijos desde pequeños les he dicho que soy mucho más que una madre porque yo quería trabajar y salir también. Y afortunadamente lo he hecho», y ahora envía un mensaje para todas aquellas madres que viven agobiadas con el día día: «Hay que cuidarse, hay que salir».
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