Las dos familias del peluquero Llongueras llegan a un acuerdo final para el reparto de su herencia
El esteticista falleció el 24 de mayo de 2023, dejando varias empresas inmobiliarias
Su primer matrimonio se rompió cuando el empresario se enamoró de la veinteañera Jocelyne Novella
De icónico peluquero a despedido por su propia hija: la complicada relación familiar de Lluís Llongueras

Peluquero, empresario y mucho más, Lluís Llongueras falleció hace poco más de un año, cuando tenía 87, y dejó atrás una polémica herencia y dos familias. Ahora ambas han llegado a un acuerdo para repartirse lo legado y dejar atrás un conflicto que parecía enquistado.
Lluís Llongueras dejó un negocio que llegó a facturar más de 40 millones de euros en sus mejores años. Su primera familia, formada por Lola Poveda y sus dos hijos, se rompió cuando el empresario se enamoró de la veinteañera Jocelyne Novella, a quien definió siempre como el amor de su vida. Madre de sus hijos Antoni, Adriá y Yasmin, fue su mano derecha en los negocios durante buena parte de su vida.
La pasada semana compartió la viuda un emotivo mensaje de recuerdo al peluquero desde sus redes sociales: «Ya no podemos sentir tus caricias ni el calor de tu piel con la nuestra. Pero nos reconforta todo el amor que hemos recibido en vida. Sigues caminando a nuestro lado reconfortándonos y convirtiendo este dolor en amor profundo. Estamos más unidos como familia, como siempre soñabas. Te aman para siempre».
En una entrevista concedida a la Agencia EFE, Jocelyne habló de cómo se había conseguido pacificar el enfrentamiento de Llongueras con su primera familia, dos años después de que los hijos despidieran al peluquero de 26 de sus 120 salones de peluquería. «Para ganar siempre hay que perder algo y ambas familias nos hemos intercambiado acciones interpuestas y todos hemos cedido para poder seguir funcionando con normalidad y que los hijos mayores de Lluís continúen trabajando en su nueva empresa y no se queden en la calle», manifestó.
Unos meses después de fallecer Llongueras, Jocelyne asumió las riendas oficialmente de parte del patrimonio que dejó el peluquero. «A finales de octubre de 2023 formalizó su papel como socia mayoritaria de Inmobiliaria Llonlluis, una de las entidades de referencia de la familia. Esta inmobiliaria se dedica al alquiler de bienes inmobiliarios por cuenta propia y maneja unos activos que superan los diez millones de euros. En 2022 facturó 341.000 euros, aunque sus beneficios no llegaron a los 30.000 euros», publica 'Vanitatis'. Creada en 1998, Jocelyne y su hijo Antonio la administran de forma solidaria desde comienzos de este año.
Según el citado medio, «también ha habido cambios en Llujo & Llono, que desde octubre pasó a controlar también Jocelyne Novella, aunque la administra solidariamente junto a otro de sus hijos, Antoni». Se dedica al alquiler de maquinaria y otros bienes no inmobiliarios y en 2022 consiguió unos beneficios limpios de 287.000 euros y cuenta con unos activos de casi dos millones y medio de euros. Además, a través de Inmobiliaria Cabale, de la que era administrador único, el peluquero alquilaba locales y facturó en 2022 hasta 450.000 euros. Según su balance de cuentas, cuenta con activos que superan los 2.450.000 euros. Desde enero de 2024, esta empresa es administrada de forma solidaria por Jocelyne Novella y su hijo Antonio Llongueras Novella.
Un gran patrimonio
El popular peluquero también era apoderado de otra sociedad dedicada al alquiler de locales, Inmobiliaria Lluria, administrada desde febrero de 2023 por su primera mujer, y declaró en 2021 unos activos por valor de 1.600.000 euros». Hace unos días, Poveda se convirtió en accionista única de esta entidad, formalizando el reparto total de la herencia del peluquero en virtud a los acuerdos a los que llegaron años atrás», añade 'Vanitatis'.
Lluís Llongueras fue el primer peluquero español en inaugurar un salón en París y creó academias para enseñar su particular método y estilo. Tuvo el privilegio de trabajar en Hollywood y cortarle el pelo a la duquesa de Alba o a la mismísima reina Sofía. Llegaría a abrir hasta 120 locales repartidos por todo el mundo, 50 de ellos en España.
No fue hasta 2018 cuando vendió parte del negocio al francés Franck Provost, dueño de Provalliance, líder europeo en peluquerías. Por aquel entonces era todo un imperio que facturaba 45 millones de euros, tenía 20 salones propios y 52 franquiciados en España, más 28 en el resto del mundo. Un año después, el grupo francés completó la compra de todo el grupo al hacerse con la cadena Twenty One, propiedad de una de sus hijas, Esther Llongueras.
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