LO QUE ME APETECE
Carmen Sevilla se merecía un homenaje público
Sin duda una decisión equivocada e incluso egoísta. Y su hijo tenía que haberlo pensado, porque lo sabía. Ella nunca disfrutó con el anonimato
El hijo de Carmen Sevilla se justifica ante las críticas por celebrar su funeral en «la más estricta intimidad»
![Carmen Sevilla](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2023/06/30/carmen3-RtF7JY40dRKWAJB1YTdyFFK-1200x840@abc.jpg)
Es tiempo de votar. De hacerlo con convicción y con responsabilidad. Va a ser un voto emocional y racional. Con cierto sacrificio por mi parte, a causa de la fecha, porque ese vendedor de nuevas ideas, de cambios de opinión y de rectificación ... de criterios y verdades, es caprichoso, lo que no quiero decir que sea ni embustero, ni mentiroso, tal vez un pelín falsario, pero eso no tiene importancia, porque yo creo que los pecados mortales son cosas de niños, para evitar decirles que viene el coco, que es algo que ya hace tiempo que no se cree nadie.
La baronesa de Extremadura, no es que me parezca exquisita, es que me parece rara. Es de las que dicen una cosa, piensan otra, terminan haciendo lo irremediable, pero todo menos irse a su casa, marean la perdiz y finalmente cantan la Traviatta.
Me preocupa Yolanda, la traicionera, la que se ha ido desprendiendo de cierta morralla que la alteraba, porque está devaluándose por momentos y yo no quiero que desaparezca. Las rojas con veleidades de derechas y amor desmedido por lo lujoso, me divierten y las entiendo mejor. Aunque la verdad es que muchas veces se mete en unos jardines, como si fueran auténticos laberintos, de los que resulta imposible salir.
Meritxell Batet pensaba que los españoles vivían tan felices pagando los alquileres de sus viviendas antes del día 5, sin problemas, pero alguien un poquito más enterado de las finanzas del pueblo, le aconsejó que rectificara. Lo hizo, pero yo creo que sin gran convencimiento.
La muerte de Carmen Sevilla me entristece y al mismo tiempo me trae recuerdos muy felices de los muchos días que pude disfrutar de su compañía, de su amistad y de su buen humor. Recuerdo cenas, varias y divertidas, en compañía de sus buenos amigos como la Duquesa de Fernandina, la bailarina María Rosa, la diseñadora Marily Coll de Riera-Marsá, la gran Rocío Jurado y el maestro José Ortega Cano, Enrique Miguel Rodríguez, la cantante Glenda Gaby, el bailarín Antonio, Rubén Domínguez, María Teresa Campos, Gonzalo Presa, el productor de cine Luis Méndez y su mujer Manoli Zori, cuyas mariscadas eran memorables, y tantos otros, entre los que estaba también el joyero Luis Gil. Sus cumpleaños en Zalacain con un menú largo y estrecho, como le gustaba a Vicente Patuel en vida, eran una cita ineludible durante años. Disfrutaba enormemente en el desaparecido restaurante de Mayte Commodore y en Lucio, porque la Sevilla fue muy amante de la buena mesa.
Adoraba a su hijo Augustito, el que ahora no ha permitido que el pueblo de Madrid le tributara un homenaje público, como se hizo con Lola Flores o Rocío Jurado. Carmen, Carmen de España se lo merecía, como mito que era, considerada como novia de España y admirada como intérprete por su arte y su belleza. Sin duda una decisión equivocada e incluso egoísta. La Sevilla era patrimonio de todos los españoles. Y su hijo tenía que haberlo pensado, porque lo sabía. Ella nunca disfrutó con el anonimato.
Aquel 10 de enero del año 2011 me di cuenta de su problema, cuando al llegar a mi casa, pidió un café, en el aperitivo. Justo antes de cenar y sentada a mi derecha en la mesa, me preguntó que de quién era la casa en la que estábamos y lo raros que debían de ser sus dueños, «porque empezaron sirviéndole el café antes de la cena».
Aplaudo la decisión del nuevo Alcalde de Sevilla que anunció calle y homenaje de su ciudad. Estará feliz, ella que era tan devota de la Magdalena, a cuya iglesia en Sevilla iba con frecuencia.
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