Alec Baldwin y su lucha contra las adicciones: «Esnifé una raya de aquí a Saturno»
El actor confiesa que, a pesar de sus 39 años sobrio, aún extraña beber alcohol
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En una franca conversación en el podcast 'Our Way' con Paul Anka y Skip Bronson, Alec Baldwin (66 años) reveló detalles sobre su lucha contra las adicciones que marcaron su vida en la década de los ochenta. Con una sinceridad impactante, el actor compartió que lleva nada menos que 39 años sobrio, tras decidir dejar las drogas y el alcohol un 23 de febrero de 1985.
Durante la entrevista, Baldwin describió su traslado de Nueva York a Los Ángeles en 1983 como el inicio de dos años sumamente difíciles. «Tuve un problema serio todos los días durante dos años. Creo que esnifé una raya de cocaína de aquí a Saturno», confesó recordando un período de su vida.
Al abandonar las drogas, Baldwin enfrentó un aumento en su consumo de alcohol, un giro común según los expertos en adicción. A pesar de dejar eventualmente también el alcohol, Baldwin admitió que aún extraña beber. Su camino hacia la sobriedad no fue sencillo, y en sus memorias menciona a un hombre llamado Lenny, que jugó un papel crucial en su decisión de cambiar de vida.
«No echo de menos las drogas, en absoluto, pero sí extraño beber. Me gustaba beber», ha confesado, explicando que si tiene la tentación de caer de nuevo en ella utiliza la meditación. «Trato de meditar, pero con siete hijos en casa es como intentar jugar al ping-pong en la cubierta de un portaaviones», ha bromeado finalmente.
Adicciones en la familia Baldwin
La entrevista también tocó el tema de los problemas de adicción en la familia Baldwin. Sus hermanos Daniel y Stephen han tenido sus propios encuentros con la adicción, mientras que William, aunque nunca luchó personalmente con adicciones, ha tenido que lidiar con los problemas de sus hermanos y de su esposa, Chynna Phillips.
Alec Baldwin, quien ha logrado mantenerse sobrio desde joven, refleja en esta entrevista una imagen de superación y esperanza para aquellos que enfrentan desafíos similares. Su historia no solo ilustra las dificultades personales detrás de las cámaras, sino también la posibilidad de redención y cambio.
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