«Padres y madres sí saben que las frutas tienen muchas vitaminas, pero no tanto las verduras»
Hablamos con María H. Bascuñana, nutricionista clínica y experta en inmunonutrición, autora de 'Vitaminápolis'
«Es una asignatura pendiente tomarnos más en serio la alimentación de los niños»
![María H. Bascuñana, nutricionista](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/familia/2023/10/26/maria-vitaminas-R3jZACF5OQj9f9AjhrPZ01K-1200x840@abc.jpg)
«Tómate ya el zumo de naranja que se le van las vitaminas y ahora, con el frío, te viene muy bien». ¿Quién no ha escuchado alguna vez esta frase en boca de su madre? «Esta afirmación se debe a un solo un estudio ... que se hizo en población infantil», explica a ABC María H. Bascuñana, nutricionista clínica y experta en inmunonutrición, autora de 'Vitaminápolis' (Beascoa), un cuento para que los niños -y adultos- conozcan los superpoderes de las vitaminas.
La protagonista es María que, junto a su gato Coco, emprenden un viaje alucinante a Vitaminápolis, la ciudad de las vitaminas. Allí vivirán emocionantes aventuras, conocerán a Vitamina D y sus amigas, las Vitaminas A, B, C... para entender lo importante que es comer sano y exponerse al sol para tener unas defensas fuertes.
- ¿Qué saben las familias de las vitaminas?
Yo creo que las familias poco a poco van sabiendo más gracias a la divulgación que los profesionales de la nutrición en los últimos años han llevado a cabo porque antes era una total desconocida. Padres y madres sí saben que las frutas tienen muchas vitaminas pero no tanto con las verduras, por ejemplo. Creo que hemos avanzado y que hay un conocimiento generalizado aunque es bajo, incluso en el sector de la medicina.
- Es verdad que los médicos intentan cubrir esta parte…
Hemos tenido muchos avances en el campo de la nutrición, que es diferente al de la medicina. Y, por eso, existen muchas lagunas. Esto también pasa incluso en nuestro propio sector. Tenemos que estar actualizándonos constantemente, comprender el trasfondo, ver los matices… Por ejemplo, lo que siempre hemos escuchado de la vitamina C, que es fundamental para prevenir los resfriados, se debe a un solo un estudio que se hizo en población infantil, la cuál no ha desarrollado aún su sistema inmunitario. Esta investigación observó que una ingesta mayor de vitamina C puede acortar el tiempo de resfriado, pero no evitarlo. Y es porque no tienen el sistema inmune desarrollado, por tanto, esto no vale para jóvenes, adultos o adolescentes.
- ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestra familia come bien y no está a falta de vitamina alguna?
Es difícil saber si un hijo tiene o no suficientes vitaminas pero, en líneas generales, hay que procurar que nuestra alimentación tenga muchos colores naturales, no industriales con colorantes. Hablo de alimentos reales y cuantos más colores, mejor.
Tenemos pescados rosas, blancos, azulados… ¡También los mariscos! Con las verduras, ni qué decir: rojas, verdes, moradas, amarillas, naranjas... ¡No solo existe la lechuga! Y con las frutas, pasa lo mismo. Las carnes también son variadas y con los cereales, lo que sucede es que nos hemos acostumbrado al trigo pero pero también existe el sarraceno, pastas de diversas de calidad y diversos tipos de harina. Por tanto, queda claro que en los diferentes grupos de alimentos hay muchos colores y que podemos llevar una dieta saludable, adecuada y variada. Ahora, en otoño, hay que aprovechar el boniato, la calabaza o las naranjas.
- ¿Qué debemos saber en casa para velar porque nuestros hijos no estén a falta de nada?
Hay muchas vitaminas y en el libro era imposible abordarlas todas. Sí hablo de la A, B, C y D pero no hemos llegado a hablar de la vitamina K o E. Esta última, por ejemplo, es muy importante porque interfiere en la coagulación pero también en la salud ósea. Pero para que el calcio sea absorbido, necesita a la vitamina D. Por eso, muchas veces no tiene sentido pautar calcio: se queda fuera de los huesos circulando por el torrente sanguíneo y eso hace que a la larga se deposite en las arterias.
- ¿Hace falta suplementarse?
La suplementación de la que sí podemos librarnos es de la vitamina D. Solo depende de nosotros mismos ponernos al sol o comer alimentos que hayan sido expuestos para asegurarnos de que no tenemos déficit. Por ejemplo, consumiendo huevos de gallinas criadas en libertad porque les ha dado el sol.
En España tenemos otro problema con la leche. Ya se sabe, porque el Ministerio de Sanidad así lo ha publicado, que la mayoría de la leche que se vende no tiene apenas vitamina D porque se obtiene de vacas que están encerradas y no están al aire libre.
Por tanto, hay que buscar alimentos que hayan recibido el sol y lo más fácil es recurrir a lo tradicional, como las setas secadas al sol. No valen las setas o champiñones que compramos en el supermercado, por ejemplo, pero sí voy a dar un truco: antes de cocinarlos en casa, cógelos y ponlos al sol 20 minutos sobre una bandeja. Luego dales la vuelta. Y los puedes guardar en la nevera porque aguantan varios días sin problemas.
Y, muy importante es que los niños jueguen al aire libre, en la calle… Pasan casi todo el día bajo techo (colegio, extraescolares…) y llegan a casa cuando ya es de noche.
- Lo de la Vitamina C y el zumo es uno de los grandes mitos que abordas en el libro. ¿Qué otro seguimos creyendo y urge derribar?
Se sigue diciendo que la leche es rica en vitamina D y que también está muy presente en pescados y huevos. Pues no es así. Ya he explicado lo que sucede con la leche y que, en el caso de los huevos, sólo los que provienen de gallinas criadas en libertad. Los pescados también están empobrecidos porque ya no comemos el auténtico pescado salvaje: la mayoría proviene de piscifactorías muy amplias. Creo que estamos un poco engañados. El verdadero salmón noruego criado al aire libre, por ejemplo, podría llegar a tener entre 300 y 600 unidades de vitamina D.
También creemos que con exponernos 10 minutos al sol nos aseguramos de no estar faltos de vitamina D pero no es así: los protectores solares bloquean esta absorción.
Luego está el ácido fólico, que se ha hecho para comercializar, pero el folato verdadero se obtiene de la vitamina B9, que se encuentra en legumbres o verduras de hojas verdes. Sin embargo, a las embarazadas se las suplementa con ácido fólico cuando el folato es realmente importante para conseguir un buen desarrollo del feto.
Por eso, deberíamos consumir casi todos los días legumbre así como más cereales y verduras porque a nuestro cuerpo le encanta la fibra y, además, estas últimas son ricas en vitaminas tan importantes como la K1 o K2.
- ¿Por qué la vitamina D es la protagonista del cuento?
La circunstancias reales son que, antes de este cuento, publiqué 'Vitaminados', un libro que aborda todo el universo de la vitamina D, que era la gran desconocida hasta que vino el COVID-19. A raíz de la pandemia, se la empezó a conocer mucho más, pues es buena para el sistema inmunitario, factores respiratorios, en complicaciones de reinfección por Covid, etc. Y así surgió la idea de hacer otro libro pero enfocado al público infantil: 'Vitaminápolis', la ciudad de las vitaminas que nos otorgan super poderes. Y por eso he reflejado las más importantes: de la A a la D.
La vitamina D es la protagonista porque tienen características diferentes: no solo la podemos obtener de los alimentos sino del sol. Los alimentos que se han expuesto al sol, nos dan vitamina D también porque la tienen en los tejidos. Como cuento en el libro, tiene la capacidad de poder 'viajar por la luz', de forma ficticia, con la protagonista, María, y es la que le descubre su mundo a la niña.
- Otra de las cuestiones que se plantea la protagonista es si las chuches o la bollería tienen vitaminas. Así aparecen las magdalenas 'vitaminadas'. ¿Cómo hacer repostería casera?
Siempre se tiene que tener presente que el mejor postre o la mejor merienda es la fruta. Teniendo en cuenta esto, podemos hacer una repostería más saludable con alimentos reales. Pero siempre será de consumo ocasional.
Sin duda, es mucho mejor que en casa hagamos un bizcocho con huevos de gallinas criadas en libertad y harina de altramuz, muy rica en calcio, con más proteínas que la de cualquier cereal, sin gluten y rica en flavonoides y polifenoles, que nos protegen también.
Para endulzar podemos usar fruta madura, por ejemplo, ese plátano muy maduro que tiras a la basura de lo feo que está, siempre que no huela mal porque ha fermentado. Es verdad que tiene más fructosa pero le va a dar ese dulzor especial. Para endulzar, también podemos usar el dátil Medjoul porque es el más dulce.
La zanahoria, el boniato o la calabaza son perfectas para la repostería porque son alimentos dulces. Y como coberturas, podemos usar un chocolate mínimo 80% cacao.
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También podemos usar cacao en polvo 100% en el bizcocho o añadir yogur, especialmente aquellos que proceden de animales que pastan en libertad.
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