Mapas mentales: La clave de un profesor para estudiar y no olvidar nada
Miguel Cobos es el autor del libro 'Cómo despegar en los estudios'
La recomendación de un profesor para que tu hijo adolescente despegue en los estudios
![El cerebro de los adolescentes, explica Cobos, «está 'dopado' de dopamina»](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/familia/2024/02/15/mapas-R0vwAzbXqTI9HsvB9VAMp5M-1200x840@abc.jpg)
Cuando un estudiante evita los estudios y busca cualquier excusa para no ponerse a estudiar, o invierte un montón de horas sin resultados... Lo que suele haber detrás, apunta el profesor Miguel Cobos, autor de 'Cómo despegar en los estudios' (Editorial Espasa), es que nadie le ha enseñado a estudiar. «Cómo su única estrategia consiste en repetir y repetir, una y otra vez, hasta memorizar el texto... Estudiar se convierte en algo muy aburrido. Entonces aparece la famosa 'procrastinación', una palabra fea cuyas consecuencias son también muy feas...», advierte.
En esta tesitura, es fácil que los padres piensen que lo único que tiene que hacer su hijo, prosigue este docente, «es ponerse a estudiar» pero su cerebro, recuerda este experto, «es distinto al nuestro, han nacido en otra época: móvil, redes sociales, tablet, series, la videoconsola y un largo etcétera de estímulos y distracciones que sufren a diario y que hacen que su cerebro esté 'dopado' de dopamina».
También es probable que el alumno de hoy, asegura este experto, «esté contaminado con mensajes peligrosos sobre conseguir las cosas sin esfuerzo, cuando los adultos sabemos que este es necesario. ¡Pero un esfuerzo inteligente! Nada de hincar codos durante horas hasta memorizar la lección a base de repetir. Esa no es la solución. Así acaban aborreciendo los estudios», augura. Este es uno de los motivos –aclara–, «que hay detrás de que muchos estudiantes abandonen o no se atrevan con las ciencias, porque creen que no pueden o no valen para estudiar. y sin embargo, es 'solo' que no saben cómo hacerlo».
Después de quince años trabajando como profesor de chavales de ESO y Bachillerato, Miguel Cobos reconoce haber visto con demasiada frecuencia como los estudiantes que sacaban buenas notas en Primaria, comenzaban a bajar sus notas en la ESO. «Un nuevo curso, más dificultad, una nueva bajada de notas... y la cuerda se va estirando hasta que llega un momento en que se rompe y llega el primer suspenso, o más. No saben cómo hacerlo mejor y se frustran. Sufren ante la perspectiva de tirarse así un montón de años».
La solución pasa, asegura este docente, por ayudarles a que enfoquen el estudio de una manera muy diferente a cómo lo hacen hasta ahora. Para empezar, explica, «subrayar no es deslizar un fluorescente por un texto, es mucho más. Es procesar información. Y tiene su metodología. Para que cuando tengas un texto subrayado veas distintos tipos de ideas, cada una con un color, que te destaquen las ideas principales por encima de las secundarias... En definitiva, que gracias al subrayado el alumno pueda repasar de una forma efectiva el tema después».
El cerebro no es cuadriculado
Una vez que tienes el tema subrayado, continua, conviene organizar la información. Pero no en un esquema de llaves o un mapa conceptual... ¡Así no funciona el cerebro! El cerebro no es cuadriculado. Es flexible, tiene formas curvas y orgánicas. Por eso los esquemas tradicionales, con formas rectas, llenos de líneas o un listado de características no funcionan».
La mejor manera para reorganizar la información y que el cerebro la procese de forma óptima, remarca Miguel Cobos, son los mapas mentales, «una forma de estructurar los contenidos de un tema a través de ramas que van disminuyendo su grosor a medida que las ideas son menos importantes, usando colores, imágenes y formas curvas. Una vez que haces un buen subrayado y un mapa mental, ya tienes un 80 por ciento del tema. Sin necesidad de repetir como un loro». Ya solo queda, añade, «memorizar aquellos elementos que se resisten: fechas, eventos, características, nombres de autores o de obras... Es decir, los datos puros (aunque no todos, solo esos que se resisten después de subrayar y hacer el mapa mental».
Para memorizar, reflexiona el autor de 'Cómo despegar en los estudios', «conviene buscar el mayor impacto emocional posible en el cerebro. Porque si conseguimos ese impacto, nos acordaremos a más largo plazo. Este es el motivo por el que todos nos acordamos de qué estábamos haciendo el día del atentado de las Torres Gemelas, pero no recordamos lo que comimos hace dos o tres días».
Cómo funciona y aprende este órgano
Para eso es muy útil, explica, «imaginar que el cerebro es como un almacén con distintos departamentos y que hay un encargado de gestionarlo y de distribuir la información cuando llega. Lo más inteligente es entregar la información en el almacén como a ese encargado le gusta que se la des. Porque si se la da mal estructurada, no la va a poder procesar, se va a agobiar el almacén y será un caos en el que encontrar un documento será tarea imposible».
Esto es lo que pasa, apunta, «cuando queremos almacenar una información a base de repetir. Si no hay impacto, cuesta mucho almacenarla bien y cuando en un examen quieres recuperar un dato te da rabia no acordarte: '¡con la de horas que te has tirado para memorizar!'».
En definitiva, concluye este profesor, «se trata de abordar el problema desde todos los frentes, siempre adaptándonos a cómo funciona y aprende el cerebro. Siempre entendiendo para qué sirven los estudios y que el estudiante los conecte a sus sueños, a sus objetivos, a lo que quiere realmente en su vida, algo que no suele plantearse casi nunca, pero que es importante como punto de partida».
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Así, finaliza Miguel Cobos, «una vez que el menor entiende que los estudios son el primer paso para todo eso que quiere conseguir, eso que quiere hacer o eso que quiere ser, se consigue motivación inicial, esa chispa imprescindible para arrancar y con la que empezar a construir cimientos. Unos cimientos sólidos que sostengan todo lo vendrá después».
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