Los vetos de PSC, PP y Vox dejan Cataluña en manos secesionistas
Los populares de Fernández y los de Garriga son incapaces de pactar para tener un miembro en la Mesa
![Ignacio Garriga (Vox), Alejandro Fernández (PP) y Salvador Illa (PSC)](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/16/apertura-RbGWFZbDIcE9fdQLGzP646J-1200x840@diario_abc.jpg)
La noche del 12 de mayo, tras saber que los independentistas (Junts, ERC, la CUP y Aliança) no sumaban mayoría absoluta en el Parlamento de Cataluña (68 diputados), se transmitió desde algunos cuarteles generales políticos una sensación de victoria y, en menor medida, de ... alivio. Sobre todo desde Ferraz. Los tres partidos de izquierda con capacidad de formar un gobierno, el PSC, ERC y los comunes de Sumar, llegaban a la cifra mágica: 68. Pero no era una novedad que superasen esta barrera.
En las elecciones de 2021, el tripartito de izquierdas (o «zurdo», en terminología de Pedro Sánchez) obtuvo 74 escaños, pero gobernaron los de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, apoyados en la CUP. Hasta el otoño de 2022, que Junts saltó del barco capitaneado por Pere Aragonès.
En esta ocasión, la diferencia era que la suma de los tres partidos considerados hasta 2017 como constitucionalistas (el PSC, el PP y Vox) también llegaba al deseado número 68. Habían conseguido 15 actas más con un partido menos (Ciudadanos) y la tendencia parece favorable. A este recuento, además, se debía añadir a Sumar, al menos en la ecuación para dirimir sobre si el Parlament es una cámara favorable o no a la independencia. Seis diputados más, 74.
Pero las alegrías y las euforias de la noche electoral se convirtieron en antesala de funeral el lunes en el Palacio del Parque de la Ciudadela. No existe el bloque constitucionalista, ni se le espera. Según Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional y catedrática Jean Monnet 'ad personam', existen socialdemócratas pero «el PSC ya no es un partido constitucionalista».
El espejismo de la mayoría defensora de la Constitución de 1978 en el Parlament fue incapaz de configurar una serie de pactos para controlar la Mesa, el máximo órgano rector de una cámara dirigida por una mayoría que no tiene mayoría en el pleno. Los vetos cruzados hicieron, y hacen, imposible que se articule alguna colaboración. Los populares culpan de la situación al PSC y desde Vox se advierte de que, también, el PP es responsable.
Los socialistas de Salvador Illa, por su parte, lo tienen claro: firmaron, cuatro días antes de las elecciones, un pacto con Junts, ERC, los comunes y la CUP en el que se comprometen a no firmar ningún acuerdo ni con Vox ni con Aliança, ya sea para una investidura o para cualquier otra elección institucional, como la Mesa. Con Vox, no; pero con la CUP, sí. Ese es el mensaje.
Con este 'ni agua' a los de Ignacio Garriga del PSC no solo se impide que Vox participe de las instituciones democráticas con las mismas reglas, si no que, además, los socialistas quedan condenados a depender de la voluntad de ERC y sus vaivenes, como se está demostrando desde hace unos días, con el partido ya bajo control de Marta Rovira tras la salida de Junqueras. «Ahora hay solo un 40% de opciones de que Illa sea presidente», lamentaba esta semana un diputado del PSC. Será Josep Rull (Junts), flamante presidente del Parlament, quien ejecute la voluntad de Puigdemont.
TRES POSICIONES
Alejandro Fdez. (PP)
El líder de los populares en Cataluña no hizo valer sus 15 escaños, ni pactó sumarlos a los de Vox para asegurar representación en la Mesa. // A.Quiroga
Ignacio Garriga (Vox)
El secretario general de los derechistas pidió al PP algo que no estaba en manos de los populares para un acuerdo. // I.Baucells
Salvador Illa (PSC)
El primer secretario de los socialistas de Cataluña firmó un «cordón sanitario» contra Vox y se niega a pactar nada con el PP. // Efe
Pero tampoco Alejandro Fernández (PP) y Garriga supieron ponerse de acuerdo para que los 26 diputados de la suma de populares y el partido que preside Santiago Abascal, a nivel nacional, tuviera un representante en la Mesa. No dependían del PSC, partido que renunció el lunes a tener una doble mayoría (de izquierdas y constitucionalista) y anda desde entonces lamiéndose las heridas. Fuentes conocedoras de los contactos confirman a ABC que los de Fernández y los de Garriga tuvieron un intercambio de pareceres para que los 11 diputados de Vox apoyasen a, probablemente, Pere Lluís Huguet, el candidato del PP a formar parte de la Mesa.
Sitio asegurado
Sumaban 26 con los 15 de los populares. Sitio asegurado. Pero no fue posible. «Nos dijeron si les íbamos a votar», apuntan desde Vox, pero «sin nada a cambio». Una iniciativa que desde el PP matizan: «Cerraron la puerta a cualquier posible apoyo». Según varias fuentes consultadas por este diario, los de Garriga pidieron a Fernández que sumaran esfuerzos para levantar el «cordón sanitario» contra Vox. Pero el PP habría respondido que eso no era algo de competencia de los populares, ya que estos no tienen firmado ningún «cordón sanitario». Sea como fuere, lo cierto es que el constitucionalismo, en palabras de Freixes, se quedó fuera de la Mesa.
«El concepto de Constitución del PSC, ahora, no tiene nada que ver con el concepto de 1978 o con el de hace diez años. No se puede considerar al PSC un partido constitucionalista», lamenta Freixes, que también es vicepresidenta de la Real Academia Europea de Doctores. La experta jurista considera que el PSOE ha abandonado «la ambigüedad» para unirse a los nacionalistas y que, al no tener mayoría suficiente para cambiar la Constitución, está por «la vía de los hechos consumados» en la práctica de «una mutación constitucional».
También desde Societat Civil Catalana, entidad presidida por Elda Mata, se critica al Gobierno del PSOE por creer que la legislatura será de la «convivencia y el entendimiento», una «falsa coartada» para justificar la amnistía, y alerta de que, visto lo sucedido el lunes enen el Parlament, estamos ante un «marco similar» al del año 2017.
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