Sánchez y Ribera, el tándem inquebrantable que afronta en Bruselas su mayor envite

Al margen de lo que ocurra en Bruselas, donde las objeciones del Partido Popular Europeo han puesto en jaque el proceso de designación del nuevo ejecutivo comunitario, es poco conocido el origen de su colaboración estrecha con el jefe del Ejecutivo, que explica el carácter inquebrantable de un tándem que afronta ahora en Bruselas, y de manera inesperada, su mayor envite, aunque el Gobierno confía en reconducir la situación para que finalmente Ribera sea confirmada en su cargo.

A principios de 2013, con Mariano Rajoy en La Moncloa, la socialista Cristina Narbona, hoy presidenta del PSOE, fue elegida para formar parte del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Por ello, renunció a su escaño en el Congreso, donde además presidía la comisión mixta sobre cambio climático, en aquella época incipiente. Del corrimiento del escalafón se benefició –en una de las varias carambolas que explican la forja de cualquier liderazgo político de largo recorrido– el bisoño Pedro Sánchez Pérez-Castejón, quien tras su paso como concejal en el Ayuntamiento de Madrid se desempeñaba como profesor en la Universidad Camilo José Cela de Madrid y como tertuliano de diversos canales de la emergente Televisión Digital Terrestre. Y en un salto doble, pues primero tomó posesión de su acta de diputado por Madrid al correr el turno de Narbona, y luego ascendió a portavoz del Grupo Socialista en la citada comisión, al dejar vacante el puesto el diputado José Segura, quien pasó a presidirla en sustitución de la nueva consejera del CSN.

El joven Sánchez necesitaba pertrecharse de asesoramiento en una materia árida, como la que tiene que ver con el cambio climático y la transición ecológica, y a través del PSOE dio con la persona adecuada. Ribera había sido secretaria de Estado de cambio climático con José Luis Rodríguez Zapatero. El pupilo y su mentora verde, madrileños ambos y de la misma generación, no tardaron en congeniar, ayudados sin duda por una coyuntura favorable: Sánchez se forjaba como parlamentario en un ámbito muy técnico en el que recibía un 'máster' acelerado y Ribera, cultivando su perfil de tecnócrata verde, mantenía su vínculo con los socialistas.

Un año después, Ribera se convirtió en directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, un organismo con sede en París al frente del que estuvo durante cuatro años, justo hasta llegar al Gobierno en junio de 2018. Allí terminó de afinar su especialidad en la transición ecológica y afianzó sus contactos con las organizaciones vinculadas a las energías renovables.

Ese es su principal credo político, lo que le ha llevado a chocar con propios y extraños, dentro y fuera del ámbito estrictamente político. Durante la pasada legislatura, por ejemplo, su actitud hacia los trabajadores de la planta de Ence, en Pontevedra, no fue del agrado de los sindicatos, que protestaron ante su ministerio arrojando papel higiénico ante el cierre de Lourizán, cuyo emplazamiento lo impedía una reforma de la ley del cambio climático. Tampoco del Bloque Nacionalista Galego (BNG), varios de cuyos dirigentes mostraban por entonces en privado su asombro por lo que consideraban un comportamiento distante e insensible ante la suerte de muchos trabajadores. La agenda verde siempre por delante de todo.

También estuvo en la diana de las movilizaciones de tractores que paralizaron a principios de 2024 buena parte de España, en protesta entre otras cosas, dentro de un movimiento de envergadura a nivel europeo, por los requisitos medioambientales que merman su actividad. Y eso incluso pareció desaconsejar que encabezase la candidatura socialista a las elecciones europeas, lo que finalmente hizo, siendo derrotada por la popular Dolors Monserrat.

De lo estratégico de su figura dio cuenta pública el portavoz del PNV, Aitor Esteban, cuando en 2019 le explicó en un pleno a Pablo Iglesias por qué no podía aspirar Podemos a tener Transición Ecológica. «Como Hacienda, es el clavito del abanico del Gobierno», le aleccionó de manera gráfica.