pacto con los independentistas
ERC también exige a Sánchez reuniones en Suiza y su propio mediador internacional
Los encuentros de los republicanos con el PSOE serán también en Suiza y con otro verificador extranjero
Moncloa querría unificar ambas mesas, pero la competencia entre los de Junqueras y Puigdemont se lo impide
Rius (Junts): «Se están cumpliendo, al pie de la letra, los acuerdos firmados con el PSOE en Bruselas»
![Pedro Sánchez y Oriol Junqueras se saludan en el Congreso, el 21 de mayo de 2019](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/12/04/image_20231204191526-RZzQ4H9xcKDgWjijgWumj2M-1200x840@abc.png)
Durante la década negra del 'procés', una de las obsesiones del independentismo fue lo que llamaron la «internacionalización del conflicto» o el intento de propagar más allá de las fronteras españolas el pleito catalán. Tal pretensión se saldó con una suerte desigual, algo que ahora las urgencias políticas de Pedro Sánchez han corregido de manera más que sobrada. Tras inaugurarse el pasado sábado en Ginebra (Suiza) el diálogo entre el PSOE y Junts -para el que se ha designado como relator al diplomático salvadoreño Francisco Galindo, experto en guerrilla y refugiados-, el presidente del Gobierno dio a entender ayer que el «espacio de negociación» con ERC también tendrá carácter internacional, es decir, mediador extranjero y encuentros fuera de España, algo que fuentes de ERC confirmaron posteriormente a ABC, añadiendo que los encuentros serán igualmente en Suiza.
En una entrevista en la Ser, Sánchez aclaró que el mediador para el diálogo con ERC no será el mismo que el de Junts. «En principio parece que no va a ser el mismo», explicó el presidente, quien aseguró que le gustaría que, de alguna manera, las dos mesas, con ERC y con Junts, acabasen confluyendo, aunque eso ahora no sea posible. «Parece que ahora mismo eso es muy prematuro, está muy verde y, por tanto, vamos a tener esa interlocución con ambas formaciones políticas en distintas mesas», apuntó. El PSOE, pues, ha pasado de rechazar la figura de un mediador a aceptar dos y ambos con perfil internacional, precisamente la pátina que ha buscado el secesionismo desde que arrancase el proceso secesionista, hace ya más de una década.
Fuentes de ERC consultadas por este diario confirmaron que, efectivamente, habrá mediador en la mesa de negociación con el PSOE, tal y como se especifica en el acuerdo entre ambos partidos para la investidura de Sánchez, pero como novedad, desde la formación republicana se aclaró que esta figura será extranjera y que las reuniones se producirán en Suiza. «Sería extraño que saliésemos de ahí en tanto que nuestra secretaria general, Marta Rovira, está exiliada allí», apuntaron desde el partido de Junqueras.
Mayor discreción
De lo pactado entre ERC y los socialistas ya se conocía que la mesa de diálogo entre partidos, distinta a la que mantienen los Gobiernos central y catalán, debía contar con «un mecanismo que tenga las funciones de acompañar, verificar y realizar seguimiento de todo el proceso de negociación» y que a «estos efectos, se designará de común acuerdo a una persona de reconocido prestigio para realizar dichas labores». Es decir, no aclaraba que esta figura debía ser extranjera, una exigencia, de hecho, que los republicanos no pusieron sobre la mesa, al menos de forma pública, hasta que se conoció que en el acuerdo de investidura entre PSOE y Junts sí se incluía esta condición. El PSOE, de nuevo, al albur de la competencia entre los dos partidos independentistas.
Desde ERC guardan prudencia. Fuentes de la dirección señalaron a este periódico que el encuentro con el PSOE «será diferente» al mantenido entre los socialistas y los de Puigdemont en Suiza. En el partido de Junqueras no quieren desvelar más información al respecto, pues ponen el acento y quieren dar el máximo realce a la reunión prevista para el próximo día 21 en Barcelona entre los presidentes Pedro Sánchez y Pere Aragonès. Respecto a las reuniones fuera de España, si Junts y el PSOE llevaron la discreción, o la opacidad, más allá de lo habitual, ERC seguirá esa línea, incluso con mayor énfasis, para evitar, apuntaron, «el enfado de los mediadores de Junts», de la fundación Henry Dunant.
En su entrevista en la Ser, Sánchez lanzó de entrada un mensaje al PP. «Me llama la atención los golpes en el pecho de la derecha. En otros contextos, yo recuerdo a Aznar reunirse en Suiza con el entorno de ETA», apuntó a la vez que quitaba hierro al secretismo de los contenidos tratados el sábado.
«Lo importante es, primero, diferenciar lo que es el secretismo de lo que es la obligada discreción», defendió el presidente del Gobierno. «Insisto, esta es la primera reunión de otras muchas reuniones que vamos a tener y efectivamente la política necesita espacios de discreción. El compromiso está; es la Constitución como marco y la negociación como método», subrayó. Sánchez también negó de forma indirecta que el referéndum de autodeterminación que plantean los partidos independentistas sea uno de los temas que se abordan, aunque esté recogido en el documento firmado con Junts. Se negocia, dijo Sánchez, «lo que está escrito, lo que está publicado, lo que conoce la opinión pública. Hemos hecho públicos todos los acuerdos; tanto con ERC como Junts, también con el PNV, con aquellos partidos con los que hemos logrado la investidura».
«Al pie de la letra»
Frente a los intentos de Sánchez de restar trascendencia política a lo tratado con los independentistas, en Junts se muestran optimistas, una forma, también, de sacar pecho ante ERC. «Se están cumpliendo, al pie de la letra, los acuerdos firmados con el PSOE en Bruselas», apuntó Josep Rius, vicepresidente y portavoz de Junts, tras la primera reunión de la dirección del partido tras el encuentro del sábado entre los representantes del PSOE y la formación de Puigdemont con el mediador.
En realidad, se asume desde los partidos independentistas, que únicamente el hecho de celebrarse estas reuniones ya es un éxito, y que estas se celebren en el extranjero y con un mediador foráneo, como si se tratase de un proceso de paz tras un conflicto armado, ya es un triunfo. Capítulo aparte es lo que se negocia en estos encuentros: la posibilidad de celebrar un referéndum de independencia en Cataluña y que la Generalitat tenga el concierto económico, principalmente, que es lo que pide Junts, frente a las soluciones dentro del perímetro de la Constitución que plantea el PSOE.
Sea como fuere, desde Junts no se quiere desvelar detalles de la negociación de Ginebra, y se advierte de que la de este fin de semana fue la primera de una larga serie: «Las conversaciones se alargarán durante meses, con la necesaria discreción». En esta línea, el portavoz de Junts reiteró que los encuentros serán «discretos» y que, en ningún caso, desvelarán «detalles» sobre cómo avanza la negociación y dónde se reúnen.
Eso sí, Rius señaló que de momento su partido ha ido consiguiendo todos los objetivos o exigencias que le han ido planteando al PSOE. «Se ha avanzado más en el último mes que en los últimos años», apuntó en un mensaje directo a ERC. El PSOE, testigo, y cómplice, de la subasta independentista.
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