El Rey pidió «unidad» en el 11M por encima de las «diferencias de opinión»
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Don Juan Carlos no citó a ETA porque la autoría aún «era una cuestión prematura»
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El 11 de marzo de 2004 la actividad en el Palacio de la Zarzuela comenzó a ser frenética instantes después de las siete y media de la mañana. La comunicación desde la Jefatura de la Casa de S.M. el Rey con el ... Gobierno fue constante durante todo el día.
Juan Carlos I no se movió de su despacho en toda la mañana y Alberto Aza Arias, el Jefe de la Casa del Rey en ese momento, no paró de recibir informes del Gobierno de José María Aznar y de diferentes instituciones -como Cruz Roja o el teléfono de emergencias 112-, con los que fueron conociendo el alcance de la tragedia que aquel día sumió a la ciudad de Madrid en un profundo silencio.
Mientras recibía los primeros mensajes de condolencias de los jefes de Estado y de Gobierno, el padre de Felipe VI suspendió todas las actividades programadas en la agenda de la Familia Real para ese día y el siguiente en señal de duelo. Él y la Reina Sofía, con la televisión de fondo, siguieron también las movilizaciones de los madrileños, que salieron a la calle a ayudar.
Los Reyes se encontraban con el Príncipe de Asturias y Doña Letizia Ortiz en el Palacio de la Zarzuela. Les conmovió ver cómo socorrían a las víctimas y prestaban auxilio y trasladaban a los heridos. Movidos por una solidaridad que impresionaba y emocionaba a partes iguales, valoraron el trabajo que realizaron los bomberos, agentes de policía, enfermeras y médicos, psicólogos y sacerdotes… Ellos también querían salir a la calle para estar al lado de los madrileños. Desde el Palacio de la Zarzuela comenzaron a organizar las visitas a hospitales que comenzarían a realizar esa misma tarde Doña Sofía, Don Felipe y Doña Letizia.
Al mismo tiempo en que se coordinaban las salidas de Doña Sofía y del Príncipe de Asturias y de su futura esposa -fue la primera ocasión en que Doña Letizia, quien se casaría tres meses después con Don Felipe, se enfrentó a una situación trágica desde dentro de la Casa del Rey-, desde el Palacio de la Zarzuela llamaron a RTVE: Don Juan Carlos quería dirigirse a los españoles. El discurso llegó a los hogares españoles a última hora la tarde del 11 de marzo.
Don Juan Carlos transmitió el mensaje desde el salón de audiencias del Palacio de la Zarzuela. Vestido con un traje gris oscuro y corbata negra, habló de pie y ante una bandera de España con un crespón negro. El padre de Felipe VI pidió «unidad, firmeza y serenidad por encima de las legítimas diferencias de opinión» y «frente a la sinrazón y la barbarie». Destacó que «el terrorismo nunca conseguirá sus objetivos» y confió en que los asesinos «cumplan en prisión todas las penas que los Tribunales les impongan».
Sin mención a ETA
Con voz emocionada y firme, apostó por combatir el terrorismo «con todos los instrumentos que proporciona el Estado de Derecho, redoblando nuestros esfuerzos conjuntos para terminar con esta lacra, contando con la acción policial, la labor de la justicia y la cooperación internacional». «Vuestro Rey sufre con todos vosotros», afirmó.
«En estas horas de inmenso dolor, los españoles estamos llamados, más que nunca, a reafirmar nuestra determinación de acabar con la violencia terrorista. Que no haya duda. El terrorismo nunca conseguirá sus objetivos. No conseguirá doblegar nuestra fe en la democracia, ni nuestra confianza en el futuro de España», sentenció el Rey.
Don Juan Carlos no realizó en su discurso alusión alguna a ETA. No entró a valorar la autoría del atentado «porque esas cuestiones en ese momento eran prematuras», afirman fuentes del Palacio de la Zarzuela a ABC. «Tenía que referirse al acto terrorista sin entrar en valoraciones. Él quería estar al lado de los españoles y de las víctimas y condenar el atentado y expresar su repudia absoluta», explican.
El discurso de Don Juan Carlos del 11M fue el primer mensaje extraordinario del Rey desde la noche del 23 de febrero de 1981. Mientras el Rey continuó con el trabajo de despacho durante todo el día, Doña Sofía comenzó a recorrer hospitales el mismo día de la tragedia, junto al Príncipe de Asturias y Doña Letizia Ortiz. Lo mismo hicieron esa misma tarde las Infantas Elena y Cristina.
Al día siguiente, el 12 de marzo, Don Juan Carlos y Doña Sofía visitaron a los heridos del atentado del Hospital Central de la Defensa (antiguo Gómez-Ulla) y el Doce de Octubre. Fueron recibidos y despedidos con fuertes aplausos y vivas.
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Doce días después, el llanto de la Familia Real acompañó a las familias de las víctimas de la matanza en los funerales de Estado en la Catedral de la Almudena. La tristeza se desbordó al final, cuando los Reyes, el Príncipe de Asturias, Doña Letizia, las Infantas y sus maridos dieron el pésame uno por uno a los familiares.
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