El penúltimo peldaño en la acelerada normalización de Bildu
En la primavera de 2019 Sánchez equiparaba a los de Otegi con Vox y se negaba a reunirse
Sánchez cruza otra frontera y entrega a Otegi Pamplona
En mayo de 2015, en plena campaña de las elecciones autonómicas, Pedro Sánchez, con menos de un año en el cargo dice lo siguiente en una entrevista en la televisión pública navarra: «Con Bildu no vamos a pactar. Si quiere se lo digo ... cinco o veinte veces durante la entrevista. Con Bildu no vamos a pactar». La frase sigue resonando hoy.
Unos meses después, cuando Sánchez es por primera vez candidato a una investidura tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015, el líder del PSOE deja clara que Bildu no participará de la ronda de contactos que se dispone a iniciar. En esa sesión que sería fallida, Adriana Lastra, que poco después sería número dos del partido, deja por escrito en sus redes sociales su indignación por ver cómo la bancada de Podemos celebraba el discurso de Bildu.
Tras la repetición electoral de junio de 2016, el PSOE ha empeorado sus posiciones. Pero sigue buscando una triangulación con Podemos y Ciudadanos. Mientras saca a relucir su 'no es no' a un PP que le ha sacado más de 50 escaños. A principios de septiembre en una reunión de su ya por entonces cuestionada dirección, Sánchez insiste en aislar a Bildu: «Es el único partido con el que no vamos a entablar diálogo».
En la moción de censura de junio de 2018 Bildu tiene solo dos diputados. Apoyaron a Pedro Sánchez, pero no se llegó a entablar una negociación. Simplemente se contactó con ellos para conocer su posición.
Llegamos a 2019. El año clave. Tras las elecciones de abril, Pedro Sánchez es el único presidente posible. Tiene dos alternativas. En la llamada mayoría plurinacional Bildu sigue siendo prescindible. Y además Ciudadanos tiene 57 escaños. Pedro Sánchez vuelve a no incluir a Bildu en una ronda de contactos. Lo sitúa al mismo nivel que a Vox. Hay que insistir. En la primavera de 2019 el PSOE trataba a Bildu del mismo modo que a Vox. En junio de 2019 Sánchez dice lo siguiente: «La posición del PSOE y del PSOE de Navarra es la misma. Y es que con Bildu no se acuerda nada».
El laboratorio demoscópico de La Moncloa, en su afán por zafarse de Pablo Iglesias, busca una repetición electoral. Tienen dos convicciones: Ciudadanos se va a hundir y el PSOE va a recoger buen parte de esos votos. Sánchez sueña con los 150 escaños. En la noche del 28 de abril ya le confiesa a José Luis Rodríguez Zapatero que esperaba más. Los socialistas aciertan en la primera parte de la premisa. No en la segunda.
El PSOE pierde tres escaños y Unidas Podemos siete. Hay desafección en la izquierda por la falta de acuerdo. Una desastrosa estrategia que deja a Sánchez sin alternativa por el centro y que le obliga a la mayoría con Podemos y los independentistas. Un bloque en el que, ahora sí, Bildu es imprescindible. Es en ese contexto en el que se produce la primera reunión entre el PSOE a nivel federal y Bildu. Es 17 de diciembre de 2019. Cabe recordar que en esa ocasión, para disimular la inclusión de Bildu, se invita también a Vox.
No fue convicción sino obligación lo que llevó al PSOE a sentarse en esa mesa en el Congreso de los Diputados. La moción de censura en Pamplona pone el colofón a estos cuatro años de acercamiento progresivo salpicado por diferentes hitos. La pandemia ayudó a normalizar cosas extraordinarias. De forma telemática se reunió por primera vez con representantes de Bildu. No obstante seguían estableciéndose precauciones. Las relaciones con Bildu se limitaban al ámbito parlamentario, mientras que el presidente del Gobierno ha tratado de mimar al líder del PNV, Andoni Ortuzar, siempre que había acuerdo.
Durante la legislatura pasada Bildu ha protagonizado acuerdos presupuestarios y ha sido de los socios más sólidos de Sánchez Salvo en la votación de la reforma laboral, después de que el PSOE rectificase su primer pacto público con Bildu en el que se comprometían a derogarla de manera íntegra.
En apenas dos meses han sucedido tres hitos claves. De cara a su investidura Sánchez se ha reunido ya personalmente con los portavoces de Bildu en el Congreso. La decisión de que Otegi no sea el candidato en las próximas autonómicas es interpretada en términos de nueva etapa. Y Pamplona el último paso en la asociación. Por ahora.
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