Foro ABC
Page ve inviable la legislatura si Sánchez no aprueba los presupuestos
El presidente de Castilla-La Mancha se rebela contra el «muro» y aboga por una reforma constitucional con el PP
Llama a reconstruir la España moderada frente a los populismos y reclama una armonización fiscal
Cree que se descartará el centro de acogida de migrantes en el aeropuerto de Ciudad Real
Un veinteañero Emiliano García-Page, recién nombrado consejero de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, asistió a las fiestas patronales del toledano San Román de los Montes, el pueblo de su madre, allá por finales de los noventa. Una pareja de la Guardia Civil tuvo que poner todo su empeño para convencerlo de que, a raíz de su nueva responsabilidad, no podía correr delante de los toros en los tradicionales encierros. El hoy presidente autonómico se resistió hasta que escuchó la recomendación de uno de los agentes de la Benemérita: «No lo haga por nosotros, hágalo pensando en, si le pilla el toro, cuál será el titular de ABC del día siguiente».
«Dejé de ir a los encierros», ha reconocido este miércoles a sus 56 años, en el Foro ABC, patrocinado por Enoc con la colaboración de Ecoembes y la Universidad de Castilla-La Mancha. La anécdota ha despertado una carcajada en un auditorio repleto, en la sede de Vocento, donde escuchaban el presidente de las Cortes castellano-manchegas, los vicepresidentes y consejeros de su Ejecutivo, empresarios y el rector de la universidad, entre otras personalidades. Ni rastro del PSOE nacional. Antes que él han hablado Antonio Muñoz, presidente de Enoc, quien ha reivindicado la necesidad social de las residencias de ancianos, y el director de ABC, Julián Quirós, quien ha definido al ponente como «una voz singular» y «una conciencia de lo que debe ser el PSOE».
Desde luego, Page ha vuelto a demostrar que se gana a pulso el rol de verso suelto en un PSOE, por lo general, entregado a su secretario general, Pedro Sánchez. Él no duda en discrepar de sus posiciones y en defender públicamente sus opiniones, si bien desde algunos espectros políticos le piden que vaya más allá. De aquel «chiquillo» –como él mismo se ha etiquetado– al que le 'prohibieron' participar en encierros taurinos quedan los cimientos. «La política ha cambiado muy poco mi forma de ser», ha dicho, dentro de una profesión que, según él «entontece mucho» y crea «sobredosis de vanidad».
Entrando en materia, y ya durante las preguntas que le ha formulado el director de ABC, Page ha demostrado que tiene pocos o ningún pelo en la lengua. El Gobierno lleva meses deslizando que, haya o no presupuestos, agotará la legislatura. Sánchez, el miércoles de la semana pasada, presagió ante Alberto Núñez Feijóo que le quedan «mil días» de mandato. Para el barón socialista, el único del PSOE que conserva una mayoría absoluta, sin cuentas estatales es inviable continuar.
«Un porqué y un para qué»
«Gobernar tiene que ser con un porqué y un para qué. La clave, y la única importante, es el presupuesto. Lo demás son elementos decorativos», ha sentenciado el político, que gobierna su región desde 2015, después de referirse a la «incertidumbre» que rodea al panorama nacional. «No creo que nadie, ni siquiera el presidente del Gobierno, tenga claro qué va a pasar –ha apuntado–. Depende todo de [Carles] Puigdemont, pero luego hay muchos otros».
Desde el entorno del presidente autonómico señalan a este periódico que él lleva desde el 23-J advirtiendo la dificultad de «conciliar» a los actores «contradictorios» que sostienen a Sánchez en el poder. «Estamos en el Gobierno, pero no gobernamos», lamentan, y remarcan las diferencias irreconciliables, ideológicamente, entre Junts y Podemos o entre Bildu y PNV, todos ellos aliados indispensables del Ejecutivo.
Page ha aventurado que el acuerdo en materia de financiación autonómica, que ve necesario, no saldrá «de ninguna manera» porque el pacto fiscal con ERC es irrealizable: «Quiero seguir creyendo en esta España, no me pueden obligar a pensar en otra». Eso sí, ha señalado que ahora quien tiene «una papeleta» es el prófugo por excelencia, que quiere volver a presidir Junts, porque tiene «un dilema» por delante: «Si no aprueba el presupuesto, puede que el Gobierno diga: '¿Ah, sí? Pues de lo dicho nada, se queda mirando a Waterloo [Bélgica]'. Y si lo aprueba, se queda sin nada».
Las frases del protagonista
La legislatura
«La clave, y la única importante, es el presupuesto. Lo demás son elementos decorativos»
El muro
«La mejor manera de no estar en el lado equivocado del muro es tender puentes y no levantarlos»
La financiación
«No se me ocurre que se cree una singularidad para la financiación del tratamiento del cáncer»
Los impuestos
«No se puede hacer competencia fiscal. Hace daño. Creo que el PP debería tomar nota»
Más allá del mensaje presupuestario, Page ha llegado y se ha ido con un recado en la cabeza. A su llegada al evento, la prensa acreditada para cubrir el Foro ABC le esperaba con dos preguntas. Una, sobre el plantón de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a Sánchez. «Respeto» y silencio. Otra, sobre el intercambio de votos entre PP y Sumar para ayudarse, respectivamente, en una ley sobre defensa nacional y otra sobre cláusulas abusivas en hipotecas. Ahí, recién terminado el primer café, ha dicho claramente que él no cree en una España de «muros».
Una declaración de intenciones contra el discurso de Sánchez en su investidura, en el que, precisamente, llamó a erigir un «muro» contra «la derecha reaccionaria». Las alusiones a ese concepto han sido constantes durante su conferencia: «En mi región no se conocen muros ni los queremos. No se practican el odio social ni la 'vendetta' política». «Yo no comparto la política de muros, los levante quien los levante. Si se levantan muros, habría que plantearse en qué lado se está. La mejor manera de no estar en el lado equivocado del muro es tender puentes y no levantarlos». «Los más extremistas a la derecha son los principales aliados del frente de izquierdas, a más Vox, más muro».
Una «reflexión serena»
El presidente de Castilla-La Mancha, indirectas aparte, ha ido al Foro ABC con cinco grandes propuestas de país bajo el brazo: reconstruir la España moderada, hacer un pacto de competitividad, emprender una reforma constitucional «serena» liderada por PP y PSOE, mejorar la financiación autonómica y plantear una armonización territorial, por ejemplo, en el ámbito de la fiscalidad.
En primer lugar, ha llamado a recuperar la moderación como virtud política frente a una etapa de auge del populismo desde la crisis financiera del 2008. Ha identificado tres tipos distintos, el de Podemos de «raíz socioeconómica», el de «planteamientos antidemocráticos» y el de los independentistas que encontraron en la coyuntura económica la excusa para lavarse las manos de su gestión. También se ha referido a un «populismo orgánico» dentro de los partidos que lleva a una suerte de «presidencialismo» donde el líder asume el control total de su formación. «No debemos tener complejos a la hora de buscar consensos entre los partidos mayoritarios», ha defendido, con la mirada en los socialistas, sí, pero también en los populares.
«Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido», ha dicho Page, citando la célebre frase del canciller Otto von Bismarck, el artífice de la unificación alemana. Tras ello, ha pasado a defender un pacto de Estado para mejorar la competitividad de España y ha apuntado que deberían impulsarse sectores estratégicos como la energía, donde apuesta por aprovechar el potencial en renovables, y el turismo, donde es puntera, pero se puede diversificar.
Sobre la «reflexión serena en el ámbito constitucional», aunque ha defendido el éxito rotundo de la Constitución de 1978 frente a quienes «quieren abiertamente acabar» con ella, ha pedido actualizarla en aspectos como la preeminencia del varón sobre la mujer en la sucesión de la Corona. Este punto lo ha ligado con el de la reforma de la financiación autonómica, donde ha aseverado que debe distinguirse meridianamente entre la de las competencias básicas, que ha de abordarse con un «tratamiento igualitario» en todo el país, y el de las competencias diferentes que tienen algunas comunidades autónomas.
En lo mollar, el «noventa por ciento» que debería ir destinado al mantenimiento del Estado del bienestar, no puede haber privilegios. «No se me ocurre que se cree una singularidad para el tratamiento del cáncer», ha afirmado, y ha señalado que deberían blindarse, para evitar «un mercadeo», las competencias que son solo del Estado y las que son solo de las autonomías. «Eso es una base para una reforma constitucional», ha añadido, y ha defendido que ese debate lo tengan primero los partidos mayoritarios para, después, intentar convencer a los pequeños. «El modelo no es que la minoría imponga algo».
A ese respecto, en respuesta a Quirós, ha criticado el concierto económico pactado entre el PSC y ERC y ha recordado que los socialistas catalanes reaccionaron de manera «furibunda» cuando el PP catalán llevó en su programa una «financiación singular» en 2012. Junto a esta discusión, ha dicho Page, debe plantearse una «reflexión armonizadora» en distintos ámbitos. Él apuesta por el fiscal, donde ha aprovechado para tirar un rejonazo a los populares y especialmente a Ayuso por sus bonificaciones de impuestos: «Creo que el PP debería tomar nota. Hay populismo hasta en las formaciones más moderadas». Ha concluido Page su exposición, antes de dar paso a los aplausos y al desayuno, con una firme defensa de la forma del Estado: «Se ha construido una monarquía de metabolismo republicano».
Ley que beneficia a presos de ETA
«En términos de demócrata, a mí me repugna. Bildu influye mucho»
El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, se ha pronunciado este miércoles sobre la ley que beneficiará a presos de ETA, publicada el sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y ha reconocido que ya no como socialista, sino como demócrata, le «repugna». «A mí me repugna y me repugna el hecho de que sea objeto de una transacción», ha sentenciado.
En el Foro ABC, patrocinado por Enoc con la colaboración de Ecoembes y la Universidad de Castilla-La Mancha, el director del diario, Julián Quirós, le ha preguntado qué le parece que gracias a un proyecto de ley del Gobierno decenas de terroristas vayan a descontarse las penas de cárcel cumplidas en Francia por condenas anteriores. Ha sido contundente y se ha desmarcado del argumentario socialista.
Desde el Gobierno, su portavoz, Pilar Alegría, aseguró que una directiva europea obligaba a hacer esto, a pesar de que en el proyecto de ley no figuraba la enmienda que introdujo Sumar en el Congreso y que provocará ese beneficio a presos de ETA. Page ha recordado que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no puso pegas a la decisión de España de no conmutar penas a tres etarras y ha zanjado: «No entiendo por qué no se mantiene».
«Bildu influye mucho. Por mis convicciones cristianas soy facilón para perdonar, pero la condición para el perdón es el propósito de enmienda y la asunción de culpa», ha remarcado el barón socialista, quien lamenta «el mercadeo» con los socios del Ejecutivo.
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