La ofensiva fiscal del PP fuerza un volantazo en el PSOE hacia las posiciones de Podemos
Los socialistas rechazaron hace pocas semanas este tributo en sus contactos con Podemos
Feijóo cree que Sánchez «ha perdido el rumbo» y sitúa a Juanma Moreno como referente de la nueva política
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en un acto institucional
El PSOE se mueve y empieza a asumir paulatinamente las posiciones en materia tributaria de Unidas Podemos. La necesidad de responder al ascenso demoscópico del PP llevó a Pedro Sánchez tras las elecciones andaluzas a mover hacia la izquierda su marco estratégico. Eso ... empezó a hacerse patente con la asunción de los impuestos a las entidades financieras y a las compañías energéticas. Nuevas figuras tributarias que ya están en tramitación parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Y que, como recuerdan desde el espacio de Unidas Podemos, ya habían sido rechazadas con anterioridad por el PSOE. Un desplazamiento hacia las posiciones del socio minoritario de coalición que vuelve a repetirse. Esta semana la parte socialista del Gobierno asimila y defiende ya como propia la idea de un impuesto a las grandes fortunas.
Desde el espacio que lidera Yolanda Díaz, al menos teóricamente, celebran que «digan públicamente» algo que reconocen que estaba debatiéndose en la mesa de negociación que los partidos que conforman la coalición están desarrollando para alumbrar el pacto presupuestario. Más allá de una primera reacción oficial y optimista por el movimiento en el PSOE, en el espacio morado se expresa también estos días cierta desazón porque creen que el PSOE solo se mueve «tras el anuncio de Moreno Bonilla de imitar a Díaz Ayuso con la bonificación del impuesto de Patrimonio».
Recuerdan que hace solo tres meses los socialistas votaron en el PSOE junto a PP y Vox contra una Proposición de Ley de Unidas Podemos que planteaba la creación de un impuesto para las fortunas de más de 10 millones de euros, con ocho tramos y tipos marginales de entre el 3,6% y el 5%.
Podemos piensa que el anuncio de Moreno Bonilla ha forzado el cambio en el PSOE tras reiterados rechazos
En el sector morado del Ejecutivo se recuerda que aquel trámite se trataba simplemente de la toma en consideración. Es decir, de la votación que abre el recorrido parlamentario de una propuesta, que entonces pasa a la comisión correspondiente, en la que se pueden plantear enmiendas parciales y modificar sustancialmente el texto original. Es decir, el PSOE no quiso ni siquiera que la cuestión empezase a debatirse. La excusa de que debía ser el ministerio de Hacienda quien liderase cualquier reforma fiscal cae ahora por su propio peso. Una vez que se ha elegido la fórmula de la proposición de ley de los grupos parlamentarios para poner en marcha los nuevos gravámenes a la banca y las energéticas.
Sánchez cambia el paso
Movimiento de Moreno y patinazo de Escrivá
El anuncio por parte del presidente de la Junta de Andalucía de que bonificará el impuesto de Patrimonio tuvo como respuesta una propuesta del ministro de Inclusión para que el Gobierno central pueda evitar esas medidas.
La Moncloa corrige y lanza la ofensiva
El Gobierno se afanó pronto en apartar a Escrivá de este debate y rechazó la idea de recentralizar pero sí abogando por una «armonización» que en la práctica limite la autonomía de los gobiernos regionales para bajar tributos.
Las grandes fortunas como revulsivo
Los socialistas han encontrado este recurso la forma para responder al PP, justificando que se necesitan recursos para financiar medidas como la bajada del IVA al gas o la electricidad. Un cambio drástico de posición sobre este tributo.
Discrepancias entre los socios del PSOE
Aunque insisten en que la fórmula está abierta, Hacienda apuntó ayer a un tributo específico a partir del 1 de enero de 2023. La discrepancia es que el PSOE lo contempla como algo temporal. Pero Podemos y otros socios lo quieren estructural.
Negativa reciente
Pero, más allá de celebrar el cambio de posición del Gobierno, en Podemos existe malestar de fondo por lo que definen como «desdén» o «suficiencia» con la que hasta ahora los socialistas habían rechazado esta medida. Desde este espacio fuentes parlamentarias plantean que en fechas «muy recientes», apuntando que se refieren a la vuelta a la actividad política tras el verano, los socialistas les habían vuelto a trasladar que no apoyaban esa nueva carga fiscal. Pero además de en todas estas ocasiones en los últimos tiempos, el PSOE ya rechazó incluir un tributo con estas características en el acuerdo de Gobierno suscrito con Unidas Podemos y que es la hoja de ruta de la coalición. Tampoco quiso contemplarlo cuando Pablo Iglesias lo planteó al inicio de la pandemia.
La situación se encuentra ahora en la mesa de negociación presupuestaria que encabezan por ambas partes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Y desde ambas partes se ha trasladado que la cuestión sigue abierta. Es decir, en lo que hay acuerdo es no tanto en la perspectiva económica, sino en el acuerdo político para lanzar un mensaje de que se van a subir los impuestos a «los que más tienen».
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La fórmula está sin definir. Desde una subida del IRPF en rentas muy altas hasta un nuevo tipo impositivo, que los socialistas querrían temporal y sus socios estructural. Lo que no será es una reforma del Impuesto de Patrimonio, motivo original de la polémica. El PSOE se siente incómodo en el debate sobre este tributo que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero suprimió aduciendo falta de suficiencia, eficiencia y equidad. Por eso quieren orientar la respuesta fiscal al PP mediante fórmulas complementarias al Patrimonio.