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Vallecas, el barrio obrero que hizo Madrid

BAJO CIELO

Un lugar de contrastes, canalla y añejo, alto y bajo, generoso y del hampa, porque no podría ser de otra manera, ni tampoco menos nuestro

De figuras, fantasmas e inocentes en la Plaza Mayor

Casa de Vallecas que fotografió Robert Capa BELÉN DÍAZ
A.J. Ussía

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Vallecas es a Madrid como el hijo pródigo a Rembrandt. Una zona esencial pero que al mismo tiempo ha mirado por encima del hombro al resto por sureña y chula. Entre el Puente y la Villa siempre han existido tiranteces, pero ahora que ... son lo mismo, les une el estadio del club que les hace iguales y que escriben con k para seguir siendo distintos. Decía Simone de Beauvoir que Vallecas era menos campesino que Tetuán, y que un obrero ganaba entonces de 9 a 12 pesetas por día. Así se entiende aquella frase de Camba sobre el hambre de los españoles, que decía que un inglés come lo que necesita, un francés come lo que no necesita y un español no come lo que necesita. Y es que la posguerra fue en Vallecas un drama de penuria apaisado en casas bajas y talleres de cerámica, vaquerías, fábricas de baldosas y viviendas donde se escondían represaliados.

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