Un Jueves Santo en otoño en Madrid: la capital reza a la Almudena
Con varios actos simultáneos, madrileños y foráneos disfrutan de un día de fe y de buen tiempo
Procesión del Encuentro: epílogo multitudinario a la Semana Santa en la capital
![La patrona de Madrid, entre una marea de fieles](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/09/almu-R9Kpg1CTZ3pBVrimZDBwP8N-1200x840@abc.jpg)
Ha salido, otra vez más, un día como para echarse novia formal, que diría el poeta Manolo Alcántara. Un cielo azul, de esos azules de noviembre que llevan por las regiones más transparentes el color de la banda de la Almudena, patrona nuestra. ... Los que hasta a la miseria le dan una tintura de futuro. Desde la explanada de la catedral, en la perspectiva de las Colecciones Reales, se adivinaba el pico de Abantos, con su forma piramidal, vigilando un día de fe mariana. Casi, o no casi, desde Ávila. Tierra de santos y caballeros.
Ya en la calle de Bailén, desde Torrelaguna han venido a alfombrarle el suelo a la Madre de Dios con «sales de colores», con lo que les «ha dado el Ayuntamiento», que lo que se trata es de ir alfombrando de salineras maneras el callejero. «Y eso que no hay nada como el Corpus, que allí sí que sí». Más horas. Una procesión incluso más intensa.
Mari Paz, que así se llama quien pinta el asfalto sin pintarlo, en una suerte de levitación creativa y salobre, deja al reportero y prosigue en su quehacer. Cerca, pasan los peregrinos de Santa María la Blanca, barrio de Canillejas.
Allí responde Antonio Alba, que viene desde el alba precisamente con sus 'chicotás' (caminar en santidad hasta una pausa), y sus preceptivas pausas de chocolate con churros. Alba invita a visitar a su parroquia con una compostelana 'ex profeso' que se han confeccionado ellos; lo mismo un sello de Lourdes que otro de Santiago.
Nadie les gana a fe, ni a ellos les gana camino cristiano alguno. Van con prisa hacia el protocolo religioso y civil en la explanada de la catedral. Ante el patio de armas. Cuentan los anderos de Jesús el Pobre, los encargados, los cincuenta encargados de portar el trono de su Cristo que hoy lleva a su madre, que «el trono, en el último ensayo, se ha guardado ya en la catedral». Y es que de llevar a la Almudena a ruedas a portarla a hombro, entre andas/varales, va mucho. El componente de la penitencia, la belleza de una 'revirá' y la patrona ofreciéndose al pueblo con marchas que le van como anillo al dedo. Estrenaban una: 'A la cena del Señor', de JM Hervás, y en la cruceta (donde la banda de Jesús el Pobre, y todas, agrupan sus temas musicales). Y ahí cabe la sevillanía, por ejemplo, de 'Consuelo gitano', de Velasco Rodríguez.
Antes de la Homilía del cardenal José Cobo, los hermanos Cañas, por el nueve de noviembre, andaban más locuaces de lo habitual. Incluso con rima. «Barquillo, barquillito de canela, //para el niño y la nena». El Madrid de siempre, de tiros largos y rima asonante y pegadiza.
![Estandartes de las hermandades de gloria y penitencia rinden honores a la patrona de la capital](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/09/hdades-U46245703124lqT-624x350@abc.jpg)
![Los anderos/hombres de trono, el plena procesión](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/09/varal-U46404001081ngs-624x350@abc.jpg)
Luego fue la homilía en la que se hizo una «llamada a la alegría». Y pese a que el Apocalipsis apunte a «un tiempo último», pese a que se respire «pesimismo», hay que hacer la «fraternidad posible y visible» en estos tiempos de zozobra. Del Mar Negro a Tierra Santa. El alcalde le ha pedido a la Virgen, en estas mismas coordenadas, que siga siendo «icono constante de la rica variedad de España».
Y ya, la procesión, en el trono que talló no hace tanto Juan Vera Ortega. Barroquismo en esa hermandad entre la penitencia y la gloria. Todo cambia. Las mantillas aplauden, sacan fotos desde el móvil. El Madrid viejo, ya iniciado el cortejo, iba sacando estandartes que hablan de la pluralidad de la Villa: desde el de la Casa de Soria, austero, hasta los de las hermandades filiales del Rocío, que traían a la zona del antiguo Alcázar de Madrid un rumor de marismas y carretas.
Mas La Almudena, entre notas marciales, primero, de la Unidad de Acuartelamiento, y después con el vals sostenido de la Agrupación Musical de Jesús el Pobre, fue bendiciendo Madrid. El cielo, ya con el color 'almudeno', ha tenido algo de Jueves Santo. Sonreían los congregantes de blanco, los Heraldos del Evangelio con «la cruz de Santiago adaptada a nuestro cariz», que es «pontificio», eso sí. Subráyese ese matiz que es más que un matiz.
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Era Santa Teresa quien proclamaba que Dios estaba entre fogones. Por eso, el rosco multitudinario de la Plaza Mayor. Si antes era Jueves Santo, ahora es Domingo de Resurrección en el epicentro de Madrid. Un rosco, claro. «Cincuenta metros de roscón; nata, crema pastelera, azúcar y levadura». Eso dice Laura, vigilando a los golosos que montan guardia frente a los azúcares. 1.500 porciones, dicen las glosas municipales; «la masa fermentada durante día y medio», añade Laura.
La fila por el rosco, por el hidrato, que dicen los expertos que es el inicio de la felicidad, se iba manteniendo tranquila. Y Madrid se ha felicitado, en dulce, con la Asociación de Cocineros y Reposteros (ACYRE); de una forma, insistimos, de dulce: con un rosco. Alguien pidió vino con la pitanza. Le aplaudieron los más íntimos. 75 años de la Coronación Canónica de La Almudena. Ya lo escribió Lope de Vega: «Serrana de la Almudena/ ¿cómo siendo tu hermosura/ de nieve tan blanca y pura/ tienes la color morena?». Y pasó que la serranilla de Lope quedó prendada en el poco viento de un día, sí, con hechuras de Jueves Santo.
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