Madrid despide sus días santos entre tambores zaragozanos
El cortejo de percusión recorrió las calles con más sabor cofrade de la capital
Semana Santa Sevilla 2023: todas las imágenes del Jueves Santo
![La comitiva, a su paso por la plaza de la Villa](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/04/09/tamborrada-RO29m38GqHBad9HooGvNVXO-1200x840@abc.jpg)
Madrid no es la Calanda que tanto influyó a Luis Buñuel, ni un pueblo del sur de Aragón con su 'rompida de la hora', pero si se lo propone lo es, sí que lo puede ser y lo va demostrando año a año. Madrid no es Sevilla, ni Málaga, ni Zamora, ni Valladolid, pero en su Semana Santa, tan ecléctica y castiza, caben todas las tradiciones de España hasta el punto de hacerlas propias, de darle su giro hasta inculcarlas en el ADN de la ciudad.
No se trata de una apropiación cultural, sino de que en la capital pueden disfrutarse todas las formas de entender la Pasión de Cristo. Desde el silencio al fervor de una Dolorosa andaluza, desde la parihuela a la anda, desde la faraona a la corneta, desde el sonido dulce del pífano a la saeta que rompe en quejidos la noche.
Por ello, ayer, en una abarrotada Plaza Mayor, los miembros de las secciones de tambores de la Cofradía la Real, Muy Ilustre y Antiquísima de la Esclavitud de Jesús Nazareno y Conversión de Santa María Magdalena de Zaragoza despidieron estos días santos por todo lo alto. De la manera más aragonesa posible.
De riguroso morado, como mandan los cánones de la hermandad zaragozana, en un morado ceñido por un cíngulo amarillo a la cintura y que, en toda lógica, rememora la túnica que vestía el Nazareno junto a la cuerda, símbolo del cautiverio de Cristo.
De hecho, fueron estos mismos cofrades los que acompañaron el día anterior a la Procesión del Encuentro. No es casualidad que la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo, la responsable del Sábado Santo matritense, fuese la organizadora de la tamborrada junto al Ayuntamiento de Madrid.
Beneficios del turismo
La percusión, que hasta el Sábado Santo sonaba a luto, fue ayer Domingo de Resurrección el grito de júbilo para la fe del cristiano y la sorpresa del foráneo. El cortejo, que salió del Convento de las Carboneras, recorrió las calles del Viejo Madrid: Puñonrostro, San Justo, Cordón, plaza de la Villa, Mayor y de Ciudad Rodrigo hasta desembocar en la Plaza Mayor. Allí, los cerca de cincuenta replicantes y tamboreros, fueron recibidos por los regidores de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y de Zaragoza, Jorge Azcón, entre otras autoridades.
Almeida destacó «los excelentes datos de ocupación hotelera», así como «de facturación en el sector de la restauración». Según el alcalde, los visitantes han disfrutado de «una ciudad acogedora, abierta y maravillosa como es Madrid» y el sonido de la tamborrada ha supuesto «el broche de oro a una Semana Santa extraordinaria».
Más allá, las primeras cifras que maneja Cibeles corroboran una realidad que se consignó hace poco, cuando el consistorio declaró la Semana Santa de Madrid como fiesta «de especial interés».
Y es que, por encima de las costas o Andalucía, la capital es el primer destino turístico que manejan los españoles en sus vacaciones de primavera. Madrid atrae y sorprende al viajero en las tradiciones, y esto ayuda a cuadrar a un sector terciario tan golpeado por la pandemia.
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