El arduo viaje de la ganadería a la plaza
Los toros de la familia Quintas recorren toda la sierra y buena parte de la zona centro del país para llevar la fiesta a los pueblos durante el verano y, especialmente, en el mes del año que concentra más de la mitad de los festejos
La Venta de Batán renace como cuna del toreo tras cinco años de abandono
![El ganadero José Manuel Quintas enchiquera las vacas que van a salir al tentadero](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/02/ganaderia-RUS35tmw8OCmkcnzeHmvngI-1200x840@abc.jpg)
Una hilera de autobuses atraviesa las calles de Colmenar del Arroyo hasta llegar a la finca La Machamona, a las afueras del pueblo. Allí los reciben Gregorio, conocido como Goyo, y José Manuel Quintas, la tercera generación de una familia que durante décadas ha dedicado ... su vida a la cría del toro bravo. Y a la fiesta nacional, cuenta Goyo, «porque, de alguna manera, los ganaderos también vendemos fiesta», la brava, la que durante los meses de verano llega a (casi) todos los rincones de la Comunidad de Madrid. La casa Quintas, que aglutina cuatro hierros diferentes, es una de las que suministra más toros y vacas a los municipios madrileños para sus festejos taurinos.
A medio camino entre Valdemorillo y Navas del Rey, ambos de gran tradición taurina, Colmenar del Arroyo es el hogar de la familia Quintas, desde donde surte a buena parte de los pueblos de la sierra y, en general, a la zona centro del país. «Damos toros en Madrid, Guadalajara, Toledo, Segovia...», enumera Goyo, el 'patriarca', que este año enviará también una novillada a la Feria del Pilar de Zaragoza.
En apenas un fin de semana, el segundo de septiembre, los toros de Quintas estarán en más de una decena de municipios, la mayoría en la Comunidad de Madrid: Moraleja de Enmedio, Colmenar del Arroyo, Zarzalejo o Navalcarnero; esta última feria, organizada por la propia estirpe de ganaderos. Precisamente, de los autobuses que llegan a La Machamona descienden decenas de navalcarnereños para divertirse en el tentadero de la finca. Aunque no suelen organizar este tipo de eventos, tienen «un compromiso especial con Navalcarnero».
Calendario apretado
Dicen que 'quien no torea el 15 de agosto... Ni es torero ni es ná', debido al muy alto número de espectáculos taurinos que se celebran en España con motivo de la festividad de la Asunción de la Virgen. Ese dicho popular bien podría aplicarse, por extensión, a los ganaderos que, como la familia Quintas, iniciaron en esa fecha un calendario incesante de festejos. «Entre el 15 de agosto y el 18 de septiembre, vamos a lidiar unos 200 o 220 añojos, erales, utreros y toros», explica Goyo. Si al término de la temporada esa cifra ascenderá a unas 330 reses, «en este mes se lidia el 70% del total», calcula el ganadero: «Tenemos camiones de reserva por si se avería alguno».
Cuando el toro sale a la plaza o corre por las calles, su viaje vital ha terminado, pero el camino es muy largo y el trabajo en la ganadería, arduo. «Este es un trabajo de 24 horas», comenta el cabeza visible de la ganadería, «y más cuando los festejos coinciden en los mismos días». Desde que amanece hasta que se pone el sol, su día a día se resume en «trabajo, trabajo y trabajo», expone Goyo: «Hay que dar a los animales de comer, de beber... Tenemos que estar constantemente encima, porque además se pegan mucho, se dan cornadas y, cuando no estamos curando un toro, lo estamos pinchando porque se ha resfriado...».
![Imagen principal - Un grupo de personas asisten a una capea; los toros reposan en un cercado de la finca, y el tentadero](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/02/corrida-toros-U60455770060lri-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Un grupo de personas asisten a una capea; los toros reposan en un cercado de la finca, y el tentadero](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/02/toros-ganaderia-U34234684265LkZ-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Un grupo de personas asisten a una capea; los toros reposan en un cercado de la finca, y el tentadero](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/02/toros-U72365183703DYP-278x329@abc.jpg)
Para el pequeño de los tres copropietarios, José Manuel, «el campo es un veneno» del que es difícil desprenderse. Estudió Administración y Dirección de Empresas, pero su destino no era otro que conservar la herencia familiar, pese al sacrificio y el riesgo que en ocasiones entraña. «Un día me puse a destetar una vaca y llegó otra, me tiró del caballo y me cogió. Me atravesó el pecho, pero por suerte no me tocó nada: un milagro», confiesa, acompañado de su hijo Manuel.
El incidente ocurrió durante la pandemia, un periodo negro para las cuentas de la empresa, que, según calculan los ganaderos, «va a costar cuatro o cinco años recuperar». «Nos pilló muy cargados [de animales] porque tuvimos un 2019 muy bueno. El trabajo era el mismo, pero teníamos entre 24.000 y 28.000 euros de gastos mensuales y los ingresos fueron cero», cuenta José Manuel. Durante la pandemia, Quintas mandó «muy poquitos» animales al matadero, y en los dos años siguientes apenas les hizo falta comprar toros. «Los grandes ya los teníamos aquí en La Machamona», añade.
Encaste único
Esta empresa familiar de tercera generación se dedica a la compraventa y cría del toro bravo y, tras más de ocho décadas de historia, preserva bajo su tutela cuatro hierros de tres encastes distintos: «Una ganadería que se llama Quintas; otra que herramos como Hermanos Quintas Parras, de encaste Martínez puro; otra que se llama El Estoque, de Domecq; y La Machamona, de encaste Santa Coloma», aclara Goyo.
Las claves
Un mes sin parar
Ganaderías como Quintas, que surte a toda la zona centro, viajan durante un mes de un punto a otro casi sin parar, «con camiones de reserva por si se avería alguno».
70%
En un mes, del 15 de agosto al 18 de septiembre, la ganadería está en camino de lidiar unos 220 añojos, erales, utreros y toros, el 70% del total de la temporada.
Labor de riesgo
El campo bravo no es fácil, así lo demuestran los momentos de riesgo que viven ganaderos como José Manuel: «Un vaca me tiró del caballo y me atravesó el pecho».
1.600
La familia Quintas suma unas 1.600 reses bravas, de los cuatros hierros distintos que mantiene bajo su tutela: Quintas, Hermanos Quintas, El Estoque y La Machamona.
En uno de los cercados pastan toros de capas berrendas (manchas de color sobre fondo blanco). Los Quintas son los «últimos enamorados» del encaste Martínez, un animal que la familia conserva como su tesoro. La ganadería Hermanos Quintas Parras es una de las únicas en España que mantiene este encaste, «especial» –dicen– no solo por su color, sino por su temperamento. «Es un animal diferente, más vivo; hay que andar con cuidado para tratar con él...», explica el 'patriarca': «Parece que tiene más peligrosidad por su mirada: la gente dice que tienen cara de locos, pero tampoco es así», sostiene.
Por sus características, el toro de encaste Martínez «da mucho juego en las calles», pero no ha sido hasta ahora cuando los empresarios han comenzado a demandar este tipo encastes para las corridas de corte torista. De hecho, según avanzan los ganaderos, «este será el año que más se va a lidiar toros del encaste Martínez».
En otro de los cercados convive ganado de muy diversa procedencia, la mayoría comprados para venderlos a los pueblos para que sean lidiados en las plazas o corridos en los encierros. En total, entre los cuatro hierros, la empresa suma unas 1.600 cabezas. Los utreros y cuatreños tienen los cuernos enfundados para evitar que puedan herirse entre ellos. «Cuando no podíamos funda morían entre ocho y doce toros, ahora solo dos», afirma José Manuel.
El pequeño de la familia Quintas, además de las labores del campo, asume las responsabilidades administrativas de la empresa, en un año especialmente movido tras las elecciones del 28-M. «Algunos ayuntamientos retrasaron la compra de los toros, lo que nos ha llevado a tener un mes de julio de locos, porque todos los contratos se hicieron con el tiempo justo», explica.
Los próximos días se avecinan intensos, como también lo serán los meses y años que están por venir. Varios municipios recuperan sus festejos taurinos tras casi una década y, tras un mal 2019 y unos años de pandemia aún peores, la tauromaquia coge de nuevo impulso. «Los ganaderos tenemos la suerte de que la Comunidad de Madrid ha apostado mucho por nosotros», dice José Manuel Quintas, y enumera: las ayudas al campo bravo, los festejos televisados, la vuelta de los toros al Batán, la fuerza de la asociación de ganaderos... Madrid abraza al rey de la fiesta.
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