Adiós al monumento del 11-M: la estación de Atocha cambia su silueta
La cúpula de ladrillos de vidrio ya está vallada y rodeada de andamios; se empezará a desmontar en quince días
Se estudia si el material se repartirá entre las familias de las víctimas o se integrará en el nuevo homenaje
Las obras de ampliación de la línea 11 en Atocha obligan a desmontar el monumento del 11-M
![El monumento a las víctimas del 11-M, vallado y preparado para su desmontaje](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/25/monumento-11m-RjR14OY9qpQ2znvgnfB5jSP-1200x840@abc.jpg)
En el centro de Atocha, justo en el punto en el que el 11 de marzo de hace casi veinte años explotaron artefactos yihadistas, se suceden las excavadoras, los hierros, aluminios y un sinfín de materiales de obra. Unas vallas rojas y blancas rodean lo ... que era la cara visible exterior del monumento a las 193 víctimas, protegiéndolo del tráfico, justo en la confluencia de la avenida de la Ciudad de Barcelona, la calle de Alfonso XII y el paseo de la Infanta Isabel, a los pies de la estación. Nada queda ya del pavimento que protegía el cilindro de vidrio que simulaba alzarse al cielo. La escultura tiene, ahora más que nunca, los días contados, después de que la Comunidad de Madrid haya comenzado la fase de desmontaje, con el vallado y andamiaje del monumento, a consecuencia de la ampliación de la línea 11 de Metro.
Ya lo anunció en julio la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras que dirige Jorge Rodrigo: las obras del suburbano obligarían a la eliminación del monumento; al menos, del que lleva desde 2007 en el enclave. Cuando las tareas finalicen se instalará un nuevo memorándum en la vía pública, además de un espacio museístico en el vestíbulo que conectará la línea 11 con la 1, en la zona de Metro de Atocha. Pero hasta que eso ocurra, muchas labores previas se deben acometer. Y algunas están rodeadas de incógnitas.
Tras el vallado de la cúpula de vidrio y la eliminación del pavimento en que se apoyaba, que ha quedado convertido en un barrizal, la Comunidad de Madrid procederá a su desmontaje. Esa estructura cilíndrica de ladrillos de vidrio y 11 metros de altura es ahora, prácticamente, invisible, a consecuencia de los andamios que la rodean y que ya están preparados para que los obreros, desde ellos, la desarmen. «Se hará con todo el cuidado para conservar la máxima cantidad posible de la estructura«, explican desde la Consejería de Transportes sobre la retirada del cilindro.
La retirada de esta suerte de chimenea comenzará «en dos o tres semanas» y, pese a la cercanía de la fecha y a que se están ejecutando en superficie todos los pasos previos para poder acometer la obra, se desconoce cómo se procederá a retirar los ladrillos de vidrio. Lo que se sabe es que no será sencillo, debido al material que conforma la cúpula del monumento del 11-M, al pegamento que lo mantiene en pie y las 160 toneladas que pesa.
A esto se suma que la composición de la escultura es única y que no hay referencias anteriores a su ejecución. Nadie conoce cómo se comportarán los ladrillos de vidrio cuando empiecen a retirarlos. Posteriormente, serán custodiados en dependencias de la consejería hasta saber cuál será el proyecto que dará vida al futuro monumento.
Reconocible
Varias vías se han abierto, en función de cómo queden los ladrillos tras su retirada: entregárselos a las familias y allegados de las víctimas mortales de los atentados o acomodarlos en el nuevo homenaje que se instale en la calle son las hipótesis que cobran mayor fuerza. El Ayuntamiento de Madrid será el encargado de ejecutar esta parte y de sacar adelante el contrato y la licitación del proyecto.
Lo que ansían las familias de los fallecidos es que sea, al fin, reconocible. «Hasta ahora, la gran mayoría de personas que pasaban por Atocha no sabían que había un monumento al que se podía acceder por dentro. Llegar a él era complicado porque no estaba señalizado por ningún lado de la estación, la primera vez que yo fui a verlo tuve que preguntar dónde estaba; la membrana se cayó varias veces...», dice Maite Araluce, presidenta de la asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), sobre la parte interior del homenaje, un plástico con las inscripciones de los nombres de los 193 fallecidos en el atentado yihadista.
Y en el exterior, no todo el que transitaba por el paseo de la Infanta Isabel sabía el significado de ese cilindro que se elevaba desde el suelo. «Pedimos que sea más visible y reconocible. Que la gente sepa que allí hubo un atentado terrible, el más numeroso de Europa, que quede en la memoria«, añade Araluce.
La Consejería de Transportes ha mantenido, en todo momento, informadas a las asociaciones de familiares de las obras de ampliación de la línea 11 del suburbano. Fueron las primeras en conocer que el monumento iba a sustituirse y han participado, incluso, en las decisiones técnicas para configurar el futuro espacio museístico que habrá en la zona de Metro de la estación de Atocha. Supondrá cuadriplicar el espacio actual que se dedica al memorial.
Más espacio
Hasta que en la segunda quincena de agosto empezaron las obras dentro de la estación, el monumento del 11-M ocupaba una superficie de 440 metros cuadrados. El nuevo espacio, pasará a ser de 1.993 metros cuadrados, de los que 166 estarán independizados mediante una mampara de cristal para servir como zona de recogimiento. En la parte restante, se incluirán referencias a los atentados, con los nombres de todas las víctimas (no solo las que perdieron la vida en Atocha), recuerdos a los heridos, frases y fotografías.
Las asociaciones han participado, incluso, en la elección de la tipografía y el color que tendrá el espacio: azul, símbolo de la lucha contra el terrorismo. Los nombres de los fallecidos, según el proyecto, estarán en esa sala de recogimiento. El vestíbulo, esa conexión de líneas de Metro y la red de Cercanías, contará también, según informaron desde el Gobierno regional, con zonas acristaladas para poder ver las plantas inferiores, los andenes y la llegada de los trenes.
«Están teniendo mucha sensibilidad. Ni la Comunidad de Madrid ni el ayuntamiento están haciendo algo sin la aprobación de las asociaciones. Hasta en los detalles cuentan con nosotros», destaca Araluce del tratamiento que están recibiendo de las administraciones públicas.
Nueva zona verde
En el exterior lo que se sabe es que el monumento también ganará espacio tras el derribo de lo que era la gasolinera de Atocha, donde está previsto crear una nueva zona verde. El homenaje será accesible, algo que hasta ahora no ocurría, ya que nadie podía llegar hasta el cilindro. Cuando esté listo, al igual que la parte inferior, se visitará.
La ampliación de la línea 11 es la causante de todos estos trabajos. Se convertirá en una gran diagonal, como ya ha sido apodada, gracias a la conexión de Plaza Elíptica con Conde de Casal. En su recorrido se construirán cuatro nuevas estaciones: Comillas, Madrid Río, Ciudad de la Justicia y Valdebebas Norte; y unirá siete de los intercambiadores de transporte: Cuatro Vientos, Plaza Elíptica, Atocha, Conde de Casal, Mar de Cristal, Valdebebas-Ciudad de la Justicia y Aeropuerto T-4.
No hay fecha para que culminen los trabajos de esta gran diagonal; de hecho, la renovación de la estación de Atocha no está exenta de polémica (como tampoco el proyecto de la de Madrid Río) a causa de la tala de los árboles. En Atocha se prevé la desaparición de 250 ejemplares.
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