El fontanero de Rivera indigna a Ciudadanos: «Son todo mentiras y medias verdades»

'Ciudadanos. La historia jamás contada', que la editorial Península pone a la venta esta semana, describe a una Inés Arrimadas obsesionada con imprimir un «giro catalanista» y con la ambición de desembarcar en la política nacional, algo que según Hervías habría «forzado» para su propia proyección.

La obra, prologada por el exportavoz parlamentario Juan Carlos Girauta, emite un juicio muy negativo de los dos gurús económicos de aquella época, que terminaron abiertamente enfrentados a Rivera, como son Luis Garicano y Toni Roldán. El antiguo responsable de Organización les acusa de haber pretendido ser ministros a toda costa, primero en 2016 con Mariano Rajoy, que hizo un ofrecimiento de gobierno en coalición rechazado por CS, y luego en 2019 con Pedro Sánchez, a quien Rivera le negó la posibilidad de un acuerdo, pese a sumar con el PSOE mayoría absoluta tras las elecciones de aquel abril.

Noticia Relacionada

«Arrimadas cuestionaba la estrategia de Rivera e incluso se negaba a ejecutarla»

Juan Fernández-Miranda

El fontanero del exlíder naranja, Fran Hervías, publica «la historia jamás contada de Ciudadanos»

El exvicepresidente de Castilla y León y procurador de CS en las Cortes autonómicas, Francisco Igea, salió este lunes por la tarde al paso de las declaraciones de Hervías con un hilo en Twitter en el que no solo defendió a Garicano y a Roldán, con quienes además de compartir amistad coincidía en el criterio de que había que explorar un hipotético pacto con Sánchez, sino que añadió que Arrimadas, la «traidora a España» en boca de su excompañero, se oponía firmemente a ese acercamiento al PSOE. «He discrepado y discrepo de muchas actuaciones de mi partido, pero creo esencial hacerlo a la cara, en el momento y con respeto a la verdad», tuiteó Igea.

Los dirigentes de CS que coincidieron en la época de Hervías que ha consultado este periódico rechazan sus acusaciones y rebajan su papel en la dirección. Destacan, para ello, que «nunca» formó parte del grupo de estrategia, el núcleo más reducido de Rivera, en el que sí estaban su número dos, José Manuel Villegas, y el secretario de Comunicación, Fernando de Páramo, ambos ya fuera de la vida política. «Rivera no se fiaba de él», aseguran sobre Hervías, y subrayan que su papel se circunscribía exclusivamente al control y organización del aparato.

Incluso, remarcan, se le quitaron en 2015 las competencias de Acción Institucional, que recayeron en José María Espejo-Saavedra, hoy diputado en el Congreso por Barcelona, aunque desde hace tiempo sin la responsabilidad orgánica que tuvo tanto con Rivera como con Arrimadas hasta la fallida moción de censura en la Región de Murcia, en marzo de 2021.

Por ello, creen poco verosímil que Hervías estuviera al tanto de decisiones estratégicas como la de que Arrimadas ondease una bandera española en el Parlament o enseñase su pasaporte, en otra ocasión en la misma cámara autonómica. Dos actuaciones a las que, según el libro, la entonces líder en Cataluña se resistió. Algunas supuestas discrepancias de la expresidenta de CS con Rivera, como ir a las calles catalanas a quitar lazos amarillos en favor de los líderes del 'procés', son una comidilla extendida desde hace años en el partido. Ella no se ha pronunciado al respecto, pero cada cual elige qué pensar.

Fuentes de Ciutadans, por ejemplo, niegan rotundamente que Arrimadas impusiese el uso del catalán en el Parlamento autonómico, en detrimento del castellano. Según explican diputados regionales, la entonces líder de la oposición en Cataluña dio libertad a los parlamentarios que se sentían más cómodos en el manejo del catalán para usar esa lengua. Nunca fue, garantizan, una directriz.

Entre las fuentes consultadas por ABC, ninguna da una absoluta credibilidad al relato de Hervías, ni siquiera perfiles críticos con Arrimadas y hoy próximos a Edmundo Bal, su rival desde las primarias de enero. «Son todo mentiras y medias verdades», sostiene una persona importante de la formación. Otra exculpa a su excompañero de 'mentir' con respecto a la presunta conspiración para derrocar a Rivera, pero no porque ocurriese ese contubernio, que niega, sino porque Hervías realmente cree que sucedió. «Él lo vio así».

Un rosario de acusaciones

La «traidora» a España

Inés Arrimadas, expresidenta de CS, es la peor parada en la catarata de críticas de Hervías. El exsecretario de Organización, que acabó en el PP, la acusa de «traidora» y asegura que negocia ser diputada por Cádiz con los populares.

La obsesa de la imagen

La vicealcaldesa de Madrid y candidata en las elecciones de mayo tampoco sale mejor. Hervías dice que tenía «proyección política», pero que no sabe gestionar equipos y le da «demasiada importancia» a la imagen.

El interesado

En su entrevista en ABC, Hervías también critica a los actuales líderes. Sobre Adrián Vázquez, secretario general, sostiene que le mueve más su interés que el del partido. Sobre Patricia Guasp, portavoz, que es una «rebotada del PP».

Los aspirantes a ministro

Hervías carga duramente contra los dos gurús económicos de Rivera hasta junio del 2019, Luis Garicano y Toni Roldán. Reprocha a ambos haber querido ser ministros a toda costa, primero con Rajoy en 2016 y luego con Sánchez.

Desde la actual dirección, contra la que también arremetió Hervías en su entrevista de este lunes en ABC, optaron por el silencio como mejor respuesta. «No estoy para comentar las opiniones de cualquier ciudadano de este país», se limitó a decir Patricia Guasp, portavoz política de los liberales, tras la reunión del Comité Permanente. Pero entre miembros de la actual ejecutiva y de la anterior no se oculta, en privado, su animadversión hacia Hervías, a quien tachan de «mercenario» por su fichaje por el PP de Pablo Casado y el inicio de la opa hostil contra CS: «¿Traidora Arrimadas? ¿Y lo dice él?».