La financiación autonómica y la sequía desencajan al PP tras la cumbre de FITUR
El alineamiento de tres presidentes del PP para abordar la financiación autonómica genera malestar en otras regiones del partido que se sienten excluidos.
Génova acusa a Sánchez de no liderar la negociación y alimentar estos pactos. Pide convocar los órganos multilaterales y no cree que sean asuntos en los que sea factible fijar posición de partido
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El enorme poder autonómico que ostenta el PP, con once presidencias regionales además del gobierno de las dos ciudades autónomas y el pacto con Coalición Canaria, es uno de los principales atributos de Alberto Núñez Feijóo en su acción política como antítesis de la agenda ... del Gobierno de Pedro Sánchez. Es algo que corrobora la estrategia plasmada esta semana en materia educativa, donde Génova abandera una acción concertada de todos los territorios donde gobierna para armonizar, dentro de sus competencias, la prueba de acceso a la universidad. No será el último ejemplo en esta dirección.
Sin embargo, las diferentes sensibilidades de cada territorio en algunas materias anticipan discrepancias. Será inevitable, porque la línea de acción en asuntos nucleares para su región es continuísta con la expresada por sus antecesores socialistas. Este pulso ya está teniendo lugar. En dos materias muy sensibles: el agua en un contexto de sequía y la financiación autonómica, que arrastra un modelo caducado desde hace una década.
El presidente de la Región de Murcia abrió el primer debate al reclamar el diseño de un nuevo Plan Hidrológico Nacional. Fernando López Miras pidió «no estigmatizar los trasvases» y se mostró partidario de incluir uno desde el Ebro hacia Cataluña. Para seguir el principio de «llevar agua de donde sobra a quien lo necesita». Es una postura en la que viene coincidiendo con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. No tardó en entrar en escena, por alusiones, el presidente Jorge Azcón: «El Gobierno de Aragón se opone a cualquier trasvase de aguas del Ebro fuera de la cuenca hidrográfica. No nos sobra agua». En su equipo consideran este tipo de infraestructuras «ineficaces». Y apuntan a que contravienen directivas europeas.
Desde la dirección nacional, el portavoz en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado, calificó como «inexistente» una polémica a todas luces evidente. Pero tanto en agua como en financiación autonómica en Génova quieren poner el foco en la falta de un plan y de voluntad de diálogo por parte del Gobierno. «Es la clave de ambas cuestiones. El Gobierno no lidera y no tiene voluntad de acuerdo», señalan fuentes de la dirección nacional. Se asume como «imposible», en palabras de un dirigente de Génova 13, llegar a una posición común en ambas materias.
Pero lo cierto es que la «cumbre de Fitur» ha despertado recelos en los territorios gobernados por el PP y que se encuentran al margen de esa reivindicación. Un malestar que no solo se circunscribe al fondo sino también a la forma. La imagen de López Miras y Juanma Moreno junto al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, buscando una foto con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no ha sentado bien. Una escenificación que varios de sus protagonistas certifican que no fue en ningún caso improvisada. La justificación es clara. El lunes se publicaba un informe de Fedea que certificaba que esas cuatro regiones están por debajo de la media en la financiación por habitante. Y propone la creación de un fondo complementario de nivelación que se reparta entre esas cuatro autonomías. Fuentes gubernamentales lo ven impracticable porque «el resto no quieren» y, además, creen que en la práctica significa «anular el sistema» si al margen del mecanismo se dan fondos a unas comunidades concretas.
Un debate sin postura común
Pero varios gobiernos regionales del PP consultados muestran su disconformidad con ese enfoque. Y se ha hecho saber a Génova. Desde uno de estos Gobiernos critican la falta de diálogo previo. El presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, que por momentos participó de esa foto, manifestó ayer en un desayuno en Madrid y con Feijóo presente, que la financiación autonómica «no se habla en los pasillos de Fitur».
Extremadura se siente excluida de este debate, pese a sus notorios déficits en materia de infraestructuras. Algo en lo que comparte posición con La Rioja. Recientemente su presidenta, María Guardiola, reivindicó una deuda histórica del Estado con su región que asciende a 10.533 millones de euros. De esa reclamación el grueso de la cuestión se encuentra en el modelo de financiación, donde cifran un déficit de 8.216 millones en los últimos 25 años.
Por su parte, Castilla y León pide abordar ya un nuevo modelo de financiación y no parchear el anterior. Y quiere que ese nuevo marco tenga en cuenta el envejecimiento de la población, su dispersión o la orografía. Poner en el centro del debate que no en todos los territorios cuesta lo mismo que en otros prestar los servicios, lo que supone una enmienda a la totalidad del principio de financiación por habitante.
Desde el Gobierno de Page explican que su alineamiento con el eje mediterráneo se circunscribe a este punto en el que se quiere liquidar el modelo anterior con ese fondo de nivelación. Pero su posición cambiará cuando se debata un nuevo modelo de financiación. Mientras que en ese momento se sumará al arco mediterráneo Baleares, que en cambio está entre las más favorecidas en el informe de Fedea. Pero que reclamará que el nuevo modelo tenga en cuenta su condición insular.
Lo cierto es que el episodio ha tensado las relaciones por su «ánimo excluyente», en palabras de un dirigente territorial. Ayer López Miras quiso dotarle de algo más de institucionalidad. Pero manteniendo el enfoque, con unas jornadas de trabajo sobre financiación entre Andalucía, Comunidad Valenciana y la Región de Murcia. Y a la que pretende invitar a Page. Que el formato Fitur no es el adecuado lo reconoció él implícitamente al referir que si el Gobierno de Pedro Sánchez «liderase» la reforma del sistema de financiación y convocase a las comunidades, los presidentes autonómicos no tendrían «que estar quedando unos con otros y hablando en los pasillos de Fitur».
Es el punto en el que se mueve Génova, pero en el partido se echa en falta acordar unas posiciones de mínimos, al menos en lo formal. «Falta una estructura más ordenada, pero Génova no puede decir nada porque este tipo de alianzas tácticas fueron impulsadas, entre otros, por Feijóo cuando era presidente de Galicia», recuerda un alto cargo de un Gobierno autonómico. En efecto. Noviembre de 2021. Reunión en Santiago donde con Feijóo como anfitrión se suscribió un documento en el que se pedía que además de los costes fijos, se tengan en cuentan factores como la superficie, la dispersión, la baja densidad, la orografía, la baja natalidad, y el envejecimiento y sobreenvejecimiento de la población, ya que es evidente que son «condiciones innegables de un mayor coste en la prestación de servicios». Ese documento fue firmado por Galicia, Castilla y León, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja, Aragón y Asturias. El debate vuelve a abrirse. Sánchez insistió en negociar este asunto con Feijóo, que evitó marcar una posición de partido y derivó cualquier negociación al Consejo de Política Fiscal y Financiera.
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