Feijóo y Abascal decantarán la petición de Junts sobre la cuestión de confianza
El PP y Vox esconden sus cartas y no aclaran qué votarán en la iniciativa
Letrados del Congreso dudan de la legalidad de excluir a Vox de la Junta Electoral Central

La Mesa del Congreso, por fin, casi dos meses después de su registro, admitió este martes a trámite la proposición no de ley de Junts que insta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a valorar la oportunidad de someterse a una cuestión de confianza. ... La decisión llega después del pacto alcanzado la semana pasada entre el Ejecutivo y los independentistas y tras dos reuniones en las que el órgano rector de la actividad parlamentaria, en una maniobra sin precedentes, había optado por no calificar la iniciativa para ganar tiempo y seguir negociando. Ahora, superado el culebrón inicial, la propuesta, no vinculante, estará en manos de la posición que decidan adoptar el PP y Vox cuando se debata.
En principio, la discusión de la proposición no de ley tendrá lugar el día 25 de este mes, que es cuando Junts tiene cupo para elevar este tipo de iniciativa ante el Pleno del Congreso. Este martes se especulaba en los pasillos de la Cámara Baja con la posibilidad de que los separatistas finalmente no lleven esta propuesta a debate, pero el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Patxi López, pareció disipar esos rumores cuando, de forma tajante, dijo que su formación se posicionará en contra de la petición de Junts cuando se evalúe. Al rechazo socialista, casi con toda seguridad, le seguirá el de sus demás socios. Esto, como podía imaginarse en un principio, deja su viabilidad en manos del PP y Vox. Si ambos se suman a Junts, visibilizarán que como mínimo cunde cierta desconfianza hacia el presidente del Gobierno.
En cualquier caso, la votación no pasará de los simbólico porque las proposiciones no de ley carecen de valor jurídico. Letrados del Congreso habían puesto en duda la viabilidad de esta concreta en tanto que aunque no comporta consecuencias legales, sí puede cuestionar la confianza en el jefe del Ejecutivo fuera de los cauces establecidos en la Constitución y en el Reglamento de la Cámara Baja. El Gobierno aceptó tramitarla –finalmente y después de haberse referido a ella como una iniciativa sin recorrido– a cambio de que Junts la reformulase, dejando claro que la cuestión de confianza es una prerrogativa exclusiva de Sánchez y que a nada le obliga que el texto de Junts reciba un respaldo mayoritario.
Conscientes de ello, el PP y Vox se posicionaron este martes, pero sin desvelar sus cartas ni qué harán si el asunto llega a debatirse el día 25 o más adelante.
La propuesta, no vinculante, podría debatirse el día 25 de este mes si los independentistas utilizan su cupo para ello
El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Miguel Tellado, criticó el «vodevil» al que según él ha asistido el país en las últimas semanas y en el que la Mesa de la Cámara Baja, con mayoría de PSOE y Sumar, ha aplazado «con excusas» la resolución del entuerto. «La realidad es que se estaba esperando el sí o el no de Pedro Sánchez», denunció, y añadió: «Cuando un partido presenta una PNL pidiendo que Sánchez se someta a una cuestión de confianza supongo que ese partido no confía en Pedro Sánchez. Si Junts no confía en Pedro Sánchez, bienvenidos. Nosotros tampoco. Sánchez no es de fiar». Eso sí, ni él ni ningún dirigente de su partido aclararon qué harán a la hora de la verdad, aunque es difícil imaginar que se opongan a pedir al presidente que se someta a una cuestión de confianza. Algo que de producirse –Sánchez, que es quien debe promoverlo, ya lo ha descartado– lo obligaría a dimitir si no supera el trance.
Tampoco Vox desveló este martes cuál será el sentido de su voto y se dedicó a subrayar que, pase lo que pase, la iniciativa no tiene ningún recorrido legal. «Es papel mojado», dijo en rueda de prensa su portavoz parlamentaria en el Congreso, Pepa Millán. Otro diputado de Vox recordaba las veces que han sido reprobados ministros del Gobierno sin ninguna consecuencia para ellos. Menos aún una proposición no de ley que no obliga a nada al presidente, justificaba. Fuentes del partido reconocían en los pasillos de la Cámara Baja que la decisión les pone en una encrucijada, ya que deben optar entre apoyar un texto de Junts para «extorsionar» al Gobierno u oponerse a una iniciativa que busca presionar a Sánchez. Una disyuntiva difícil para quienes denuncian toda cesión a los separatistas y a la vez aplican «oposición frontal» al jefe del Ejecutivo.
Pepa Millán explicó que Vox quiere que el Gobierno «dé explicaciones» porque «tiene mucho que explicar» y la fórmula jurídica con la que lo haga es «irrelevante», pero avisó que la proposición de Junts obedece a un «tira y afloja» con el PSOE que, auguró, acabará en concesiones para los independentistas. «El desenlace serán nuevas cesiones a los separatistas para mantenerse en el poder mientras todos los españoles sufrimos las consecuencias», denunció.
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