El Congreso da el primer paso para adaptar la seguridad ciudadana a las exigencias de Bildu
El PP acusa al Gobierno de acceder a la 'ley Otegi' con tal de mantenerse en el poder
La Cámara Baja pisa el acelerador para rebajar de forma exprés las mayorías para renovar RTVE
![Aplausos en la bancada del PSOE en el Congreso.](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/29/congreso-U60534954044K0H-RiNzSD8waYbuQPwKe0SpKSP-1200x840@diario_abc.jpg)
De 'ley mordaza' a 'ley Otegi'. La Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana ha vuelto a dividir este martes a sus señorías, como sucedió hace nueve años cuando el PP la aprobó con su mayoría absoluta en el Congreso, entre partidarios y detractores; dos ... bandos irreconciliables en este menester. El bloque de investidura ha respaldado la toma en consideración de la reforma, que asume las posiciones de máximos de Bildu, y ha inutilizado la posición en contra de PP y Vox, quienes respaldan a los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Este es tan solo el primer paso de su tramitación, si bien los defensores de la reforma, que buscan eliminar los «aspectos más lesivos» de la que bautizan como 'ley mordaza', quieren que se aborde de urgencia para que esté en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes de que termine el año. A principios de mes, Bildu anunció un acuerdo para desbloquear este asunto, que la legislatura pasada decayó por la falta de acuerdo en cuatro puntos que entonces el Gobierno marcaba como líneas rojas, pero que ahora asume con naturalidad. Una evolución, en su opinión; otro pago a sus socios para seguir en el poder, según la oposición.
El debate de este martes, aislado de la manifestación protagonizada extramuros del Congreso por los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, ha permitido visibilizar cómo el PSOE ya ha asumido en su totalidad la alianza con Bildu; esa coalición liderada por Sortu, el heredero de la ilegalizada Batasuna, brazo político de la extinta banda terrorista ETA. De poco ha servido la contundencia del portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Miguel Tellado. El socialista encargado de defender la iniciativa, David Serrada, apenas ha pestañeado y ha sacado a colación, para responder al diputado del PP, desde la operación Kitchen hasta la foto de Alberto Núñez Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado, pasando por el fraude fiscal del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, y por el dinero negro con el que se financiaron las obras de la sede nacional de los populares.
«Hay que ser muy valiente para subirse hoy a hablar de corrupción, el mismo día que le aumentan los cargos a la mujer del presidente del Gobierno», le ha contestado Tellado, antes de entrar de nuevo en materia y rebautizar una norma a la que nadie llama por su nombre: «Lo que proponen hoy solo puede ser calificado como 'ley Otegi'. Ley de caos, impunidad y odio hacia nuestra Policía y Guardia Civil».
Cuatro ex líneas rojas
La reforma pactada entre el Gobierno y Bildu, a la que ya se adhirieron ERC, PNV y BNG, incorpora al texto que se había consensuado entre la mayoría de aliados de Pedro Sánchez la legislatura pasada cuatro claves: se suavizan las multas y los supuestos de falta de respeto a la autoridad y de desobediencia, se impone la sustitución progresiva de las pelotas de goma como material antidisturbios y se plantea la reforma de la ley de extranjería en un plazo de seis meses para prohibir las devoluciones en caliente, en un contexto de crisis migratoria en España. Son las cuatro cuestiones que el Ministerio del Interior rechazó hace un año y que impidieron la reforma.
El secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, dijo en julio, como ha recordado este martes Tellado, que prohibir el uso de ese material antidisturbios, que se emplea en situaciones excepcionales, supone un riesgo tanto para los manifestantes como para los agentes, obligados a enfrentarse a una masa en el cuerpo a cuerpo. En esa línea se pronunciaron varios miembros de las fuerzas de seguridad este lunes, en testimonios recogidos por este periódico, en un artículo al que se ha referido el portavoz aberzale en el debate, Jon Iñarritu, pero para criticarlos.
Él ha sacado pecho de la nueva conquista de Bildu, que Tellado e Ignacio Hoces (Vox) han situado como una antesala del apoyo de los aberzales a los presupuestos, y ha recordado que las pelotas de goma han provocado pérdidas de ojos e incluso muertes, como la de Íñigo Cabacas por un disparo de un 'ertzaina'. «El objetivo de esta reforma es poner unos grilletes a los servidores públicos que protegen la seguridad y dar las llaves a quienes más la han amenazado», se ha quejado Tellado. Hoces ha ahondado en el argumento: «Las leyes de seguridad ciudadana se ponen en manos de los herederos del terrorismo». Mientras, PSOE, Sumar, ERC, Bildu y PNV han celebrado el principio del fin de una ley que, según ellos, no debería haberse aprobado «jamás», y Junts y Podemos, siempre exigentes, han anunciado enmiendas para ir aún más allá.
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