ruido blanco
Cruz de navajas
El exalcalde de Valladolid hace la misma política que los morados arrinconados
El otro referéndum
Mañana, en la batalla
Hay quien dice que Pedro Sánchez hizo ministro a Óscar Puente al darse cuenta que al echar a Podemos del Gobierno no le quedaban algareros en el Consejo de Ministros. El sanchismo es un juego constante de trileros y hay que tener distraído al enemigo ... y a los medios. Esta legislatura cruzarán bastantes elefantes el Congreso, hoy llega el primero de nombre amnistía, y va a resultar difícil ocultarlos con humo. Pero en eso a Puente le ganan pocos. Hace un mes media España no sabía que tenía un ministro de Transportes. Hoy es una cartera política que asume el hueco desgarbado e insolente de Ione Belarra, Irene Montero y antes Pablo Iglesias. El exalcalde de Valladolid hace la misma política que los morados arrinconados, hasta se ha fijado como némesis a Isabel Díaz Ayuso igual que hiciera el caudillo de la coleta antes de que la lideresa madrileña le obligara a cortársela.
Puente es un navajero en equis o en cruz, eso a gusto de la sensibilidad de cada uno, que decir Twitter ya está demodé. Un alborotador experimentado. Sucedía en su etapa como alcalde cuando, a lo Trump, la ciudad se desayunaba, almorzaba, comía, merendaba y cenaba con nuevos mensajes en un perfil convertido en reyerta. «Él lleva sus redes sociales» se jactaba Sánchez ayer en la presentación de su nuevo libro al aludir al nuevo ministro indomable. Si las llevara un community manager habría que despedirlo.
Sonreía satisfecho el presidente ante un alumno aventajado y quintaesencia del sanchismo. Embarra la agenda mediática y además construye sin complejos esa peligrosa burbuja de loas que aleja a este PSOE del suelo. Bloquea en redes, no solo a bots y haters sin rostro ni nombre, si no a cualquier cargo político, representante institucional, periodista o ciudadano que se lance a la crítica o pida respuestas de su gestión. El que piensa distinto es expulsado por enemigo de la causa noble de la convivencia excluyente y la tolerancia tirana. Es la izquierda escuchando a la izquierda. Puente hablando con Puente golpea sin miramientos. Ya no canta nunca aquella canción de Mecano desde el día que Nacho Cano mostró su respaldo a Ayuso.
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