buenos días, vietnam
Va tan rápido diciembre
Quizá estás sean las últimas Navidades con lechazo
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Diciembre es un mes con prisas. Todo el mundo va corriendo por diciembre, a una comida, a una cena de empresa, a resolver recados o a presentar un papel que era para ayer. No hay tiempo para nada en diciembre. Y entre los propósitos de ... enero meteremos el de una segunda vida para leer. Leer es lo único que quiero por Navidad. Así está la ciudad y diciembre, los bares llenos de gente con prisa, que bebe rápido porque se acaba el año –y, como los peces en el río, beben y beben y vuelven a beber–. Uno siempre tiene la sensación de que llega al treinta y uno con todo por hacer.
En el mercado compran lechazos como si ayer, en vez de día siete, fuese Nochebuena y mañana Navidad. «Menuda mañana, no paramos de trabajar», dice el carnicero y todavía le queda cola que despachar. La pescadería llena, la frutería llena y la panadería lo mismo. Está lleno Valladolid que tiene la agenda como nosotros.
Por sus calles en las que se encienden bombillas a falta de ideas, todo el mundo va con prisas porque trabaja: hay que hacer informes, cerrar trimestres, rebajar listas de espera, embotellar más vino, ir a Bruselas, organizar cenas, comprar regalos. Y puede que todas estas compras tempranas sean para evitar la subida de los precios de después. Puede. O tal vez sobre el dinero. No lo sé, pero todo está lleno los jueves, los viernes, los sábados y los domingos. Para ir a cenar en Valladolid ahora hay que reservar, como si fuésemos Madrid. Hasta los camareros, con el restaurante vacío, ponen mala cara cuando preguntan: «¿Tienen reserva?». Y ante el no, esbozan una mueca de perdón. Quién sale de casa sin reservar… ¿Es que no se han enterado todavía de que Valladolid es Nueva York?
En Europa dicen que España sigue en la cola de los países desempleados de la Unión. El Gobierno dice que las cosas van bien y los datos dicen que no. Quizá estas sean las últimas Navidades con lechazo. Y por eso la gente se lanza a la calle, como en los años veinte, por si después todo hace crack. Va deprisa diciembre y uno no sabe qué pasará. Va tan rápido diciembre que con las páginas de este periódico, dentro de dos días, se envolverán hasta el próximo año las figuritas de Navidad.
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