Detenido por romper la nariz al pediatra que había atendido a su hijo
Los hechos se produjeron en un hospital de Burgos donde el padre agredió al sanitario al estar en «desacuerdo» con la atención prestada
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La Policía Nacional detuvo a un hombre el pasado jueves en un hospital de Burgos por haber roto la nariz a un pediatra que había atendido horas antes a su hijo. El sanitario tuvo que ser intervenido quirúrgiucamente y sufrió varias contusiones en el rostro.
Los hechos se produjeron hacia las ocho y media de la tarde, cuando «sin mediar palabra», el progenitor accedió a uno de los boxes de pediatría y «comenzó a golpear de forma violenta en el rostro» a uno de los facultativos, que previamente había atendido a su hijo horas antes, según ha comunicado este lunes la subdelegación del Gobierno en Burgos.
Varios profesionales sanitarios testigos de la agresión y un guardia civil que se encontraba fuera de servicio fueron los encargados de dar aviso a la Policía Nacional y poner calma. Fue al llegar los agentes cuando, tras tomar declaración a la víctima y los allí presentes y «encontrar al médico sangrando de la nariz y con visibles moratones y contusiones en la cara, así como abundantes manchas de sangre en el suelo y la mesa despacho de la consulta», cuando se procedió a la detención del hombre, que ya ha pasado a disposición judicial investigado por sendos delitos de lesiones y atentado.
El arrestado había acudido previamente junto a su mujer y su hijo al mismo servicio de pediatría esa tarde, para que atendieran al menor de un problema de salud. Y fue él mismo el que requirió la presencia de una dotación policial puesto que «no estaba de acuerdo con la atención recibida» por el facultativo que a la postre fue agredido, y pretendía denunciarle.
Dos agresiones más
Cabe recordar que en la misma provincia burgalesa han sucedido dos hechos similares en lo que va de año, según las mismas fuentes. El pasado 19 de abril tuvo lugar un episodio de intimidación a sanitarios denunciado en la Comisaría de la Avenida Castilla y León. En este caso ocurrió en las consultas pediátricas de día de un centro de salud, donde unos progenitores que acudieron tarde con su hijo a la cita programada, irrumpieron a las bravas en la consulta de la pediatra «exigiendo atención inmediata» y negándose a abandonar la misma pese a las indicaciones de la profesional de que atendería a su hijo en cuanto tuviera un hueco libre. Al lugar acudió una patrulla de Policía para expulsar a estas personas de la sala y poder continuar con su labor profesional.
Del mismo modo, el pasado mes de enero en un centro sanitario de Miranda de Ebro, se profirieron unas amenazas presuntamente cometidas por el padre de un bebé ingresado en el mismo. Este progenitor, que «estaba en desacuerdo con que a su hijo le dieran el alta médica», amenazó de muerte tanto a los pediatras responsables de la atención del menor como a la enfermera que se encontraba en el lugar.
A los primeros les dirigió frases como: «Os creéis intocables, a las 3 acaba vuestro turno, si le pasa algo al niño os rajo el cuello, os mato«, mientras que, a la segunda, de origen latino, le espetó expresiones de contenido racista: «Eres una puta mona, sabes como hacen los monos: uh uh uh, vete a la jungla a comer plátanos y matar monos». Dichos sanitarios procedieron a denunciar estos hechos en la Comisaría Local de Miranda, que elevó el correspondiente atestado policial a la Autoridad Judicial.
Tras la reforma del Código Penal del año 2015, la legislación contempla como delito de atentado cualquier agresión física o intimidación grave cometida contra el personal sanitario o docente «cuando se hallen en el ejercicio de las funciones propias de sus cargos o con ocasión de ellas».
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