VÍA PULCHRITUDINIS
Voceras sin fronteras
Las soflamas de partidos en apariencia disruptivos, afianzados en los extremos y sazonados de mensajes vacíos de 280 caracteres en Twitter se han desvanecido
La verdad os hará libres
![González Pons y Bolaños, en la firma del acuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/07/01/acuerdocgpj-RTjxCzoxf3u0yjDKa01I3lO-1200x840@diario_abc.jpg)
Hasta hace no mucho tiempo decir que eras de una ONG era mano de santo. Se presumía tu solidaridad, tu bonhomía y te daba hasta un cierto grado de trascendencia. Varios escándalos después el término fue ajustándose a la realidad y ya no vale ... con ser una ONG, para subir a los altares de nuevo hay que hacer algo de verdad. Cáritas, Cruz Roja o la Asociación Española contra el Cáncer brillan por lo que hacen y no por colocar el desfasado acrónimo junto a su logotipo. El ser frente al parecer.
Algo parecido le pasa a la 'mayoría social' de este país. Ese cartel electoral de Yolanda Díaz diciendo «si quieres dentista gratis, vota Yolanda» o aquello de Vox de que no hay trabajo para los españoles «por culpa de los inmigrantes» ya no vale. Las soflamas de partidos en apariencia disruptivos, afianzados en los extremos y sazonados de mensajes vacíos de 280 caracteres en Twitter se han desvanecido. El acuerdo para la renovación del Poder Judicial entre PP y PSOE si es una mayoría social aunque les cueste reconocerlo hasta a sus propios creadores. En España llevarse bien entre socialdemócratas y liberales es como el agua para los gatos, les da repelús.
El entendimiento entre PP y PSOE para renovar el CGPJ equivale a una verdadera mayoría absoluta. 257 escaños de 350 posibles. Eso es España, una nación en la que pese a las ONGs de los Voceras sin Fronteras del populismo se anhela y se reclama sentido común, centrismo si lo prefieren. Es cierto que los españoles estamos más convencidos de esto que los propios dirigentes de las dos grandes formaciones pero vale la pena intentarlo. Es cierto que el ciudadano vota a su partido para ir contra el vecino pero si unas elecciones se ganaran sólo con ese argumento en el horizonte sólo tendríamos una dura pugna entre Yolanda y Alvise.
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La gente normal, y es válido decir normal porque con 257 escaños alguna prebenda habría que tener, quiere seguir siendo de izquierdas y de derechas y punto. Defender a las minorías es sano y democrático hasta la médula pero no vale confundirlo con que todos nos volvamos veganos o fluidos. Faltaría más. Ojalá Sánchez y Feijóo se pongan de acuerdo más veces y sin vergüenza puedan salir a la calle a decir a sus electores; señores más vale un mal acuerdo que un buen pleito.
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