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VÍA PULCHRITUDINIS

Otoño

Aquí lo más bello, lo más duro, auténtico y esencial es ese paisano que se aferra a su ser, a su tierra

Probofol

Unos juegos excluyentes

ICAL
David Frontela

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Las noches ya no se aguantan con las ventanas abiertas porque el frío está llamando a la puerta, las portadas de las casas ya no están barridas, el viento cambia los mosquitos por una capa de polvo que huele a otoño. El mundo se ha ... ido o, como prefieran, ha vuelto a los pueblos de la meseta, a Castilla, a Campos. Los gatos y los perros ahora andan sueltos por las calles. Los animales son tan necesarios como la vida misma y todo el mundo lo sabe pero en los contenedores de basura ya no hay latas de comida para gatos. Los vendedores ambulantes reducen al mínimo sus visitas ante la falta de parroquianos y la vida vuelve a esa extraña normalidad que impresiona incluso a sus protagonistas: «Ya nos hemos quedado solos, los forasteros se han ido». Algunos aguantarán hasta el puente de los Santos y, después, ya sólo estarán «los del pueblo», los que aguantan todo el invierno.

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