VOLCÁN LA PALMA
Un tercio del volcán de La Palma colapsó al quinto día de erupción
Un artículo científico publicado en la revista Science Direct muestra la cicatriz en forma de U de 215 por 450 metros del colapso
![El volcán de Cumbre Vieja el día 25 de septiembre, fecha del colapso](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/08/10/KIKE-R8v6hOFqc8Psc0MKyKkR5fP-1240x768@abc.png)
Pocos días después del comienzo de la erupción del volcán de Cumbre Vieja, concretamente al quinto día (25 de septiembre), el cono en formación colapsó parcialmente hacia el oeste, causando una gran cicatriz y el desprendimiento de un tercio de su superficie.
Así lo han confirmado más de una decena de entidades y expertos, entre ellos el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán) en un artículo científico publicado en el Journal of Volcanology and Geothermal Research de la revista Science Direct. La causa de este dramático colapso se debió, aseguran los expertos redactores del artículo, al aumento de magma que llevó a una intensa actividad de lava y una rápida acumulación piroclástica, que favoreció la inestabilidad del cono en una topografía escarpada.
El volumen previo al colapso era de 14,45 millones de metros cúbicos de material (y un cráter de volumen negativo de 0,46) y tras este fenómeno, el 27 de septiembre apenas quedaban en pie 8,91. El colapso involucró 5,54 millones de metros cúbicos, un tercio del total del cono que desapareció en apenas unas horas.
Este deslizamiento de rocas por el flanco oeste del volcán Tajogaite se movió a velocidades de 70 metros/hora y formó una cicatriz en forma de U de 215 por 450 metros. Estos grandes bloques erráticos transportados por las coladas viajaron cono abajo en una fuerte pendiente (26°), con dimensiones equiparables a edificios de hasta tres plantas.
Este estudio confirma que algunos de los fragmentos más grandes del edificio alcanzaron hasta 20 metros de tamaño y actualmente se encuentran más cerca del edificio, otros avanzaron en un flujo activo en la mañana del 25 de septiembre, como retrató el Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
Hasta el colapso, el cono contaba con 14,45 millones de metros cúbicos de volumen (menos el material del agujero del cráter, de 0,46 millones de metros cúbicos), mientras que el 27 de septiembre quedaban 8,91.
En la madrugada del 25 de septiembre, «un manantial de lava de 250 metros de altura« procedente del cono principal depositó material incandescente en el flanco oeste del edificio volcánico, mientras simultáneamente se formaron bloques erráticos y el flujo de lava aumentó rápidamente hasta que el edificio colapsó. A primera hora de la mañana, el desbordamiento de lava ocupó todo el lado oeste del cono, acompañado por la apertura de una nueva boca con fuente de lava que reconstruyó la zona, enmascarando la cicatriz de este colapso.
«Durante los primeros días de la erupción y después de varios deslizamientos de tierra a pequeña escala, el flanco oeste del edificio colapsó parcialmente el 25 de septiembre, rompiendo el cono y emplazando un flujo de lava prominente«, versa el artículo. De acuerdo a la investigación, que ha combinado observaciones directas, modelos digitales de elevación, imágenes térmicas y visibles e investigación de textura y composición de los productos explosivos.
Durante los primeros días de erupción, la actividad explosiva consistió en fuentes de lava alternas y explosiones estrombolianas «rápidas». Después del colapso, la actividad volcánica persistió «sin cambios significativos aunque el 27 de septiembre se produjo una pausa completa de la actividad, junto a una disminución del temblor durante unas 10 horas«. Un respiro que duró poco, ya que se reanudó la actividad explosiva en el cono principal horas después. Fue el 1 de octubre cuando la arquitectura de la fisura quedó bien definida y se »desacopló« la actividad de las bocas. Después del 11 de octubre, la actividad cambió a una fase de »intensidad variable«, caracterizada por la interacción entre columnas estrombolianas cargadas de ceniza y episodios esporádicos de lava, mientras que la apertura de nuevas bocas produjo columnas eruptivas de ceniza.
La última etapa de la erupción, el principio del fin, ocurrió el 13 de diciembre alrededor de las 18.20 hora local, cuando una «fuerte erupción produjo una columna de 8 kilómetros de altura que se mantuvo durante más de una hora«, recuerda el artículo. Tras esta »traca final«, el tremor desapareció.
El colapso revela «la compleja cadena de eventos relacionados con crecimiento y destrucción de conos volcánicos». Para los expertos, esta erupción «ofrece una rara y única oportunidad de estudiar el crecimiento y el colapso de un cono piroclástico recién formado y sus implicaciones para los peligros volcánicos«.
Las observaciones directas, los modelos digitales de elevación y el monitoreo instrumental del volcán son fundamentales para «reconstruir los primeros días del volcán Tajogaite«.
¿Por qué colapsa un volcán?
Los factores que predisponen a un edificio volcánico al colapso son varios, como la topografía y la lluvia (en La Palma no se dio), además de la pendiente y los interiores «calientes» de estos materiales dentro del edificio, que se deforman más fácilmente. Entre los factores desencadenantes del colapso de Tajogaite destaca la intrusión de magma y lava, el rápido crecimiento de los conos y que el cono estaba inclinado hacia el oeste-noroeste en niveles menos profundos, entre otros.
Los que los expertos descartan la sismicidad como desencadenante ya que no hubo ningún terremoto significativo (de más de 4 en magnitud).
Entre los autores del artículo figuran una veintena de investigadores de la Universidad de Manchester (Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra), Reino Unido; el Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra, Ludwig-Maximilians-Universität München, Munich, Alemania; el Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia, Italia; el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán); elInstituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER); el Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad de Ginebra; el Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad de Durham, Reino Unido; el Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad de Pisa, Italia; la Facultad de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Portsmouth, Reino Unido; y la Facultad de Ciencias y Tecnología, División de Geología, Universidad de Camerino, Camerino, Italia.
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