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VOLCÁN LA PALMA

Los plataneros de La Palma: «Ninguno ha percibido ningún tipo de compensación por la pérdida material»

Asprocan exportaba una media de 140 millones de kilos anuales de plátanos, dando empleo a más de 11.000 personas, pero han perdido más de 53 kilos de producción

La lava se adentra en una explotación de plátanos en el municipio de Tazacorte kike rincón / europapress

Laura Bautista

Las Palmas de Gran Canaria

La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN) ha vuelto a reclamar a las instituciones públicas un plan para recuperar las casi 600 hectáreas afectadas por el volcán de La Palma, que tras un año sigue sufriendo las consecuencias de la erupción.

El Gobierno de Canarias, indican, han convocado ayudas para la recuperación de estas instalaciones, e inicialmente se comprometió el 100% de ayuda, pero la partida disponible de aproximadamente 10 millones de euros «no será suficiente para atender las necesidades».

Aunque valoran el esfuerzo del Gobierno de Canarias por disponer de unas desaladoras temporales de agua de mar para asegurar el riego, que ha sido complementado con agua por el Cabildo, en muchas ocasiones ha llegado «tarde» o sin garantías de suministro.

Piden asegurar sus ingresos de fondos comunitarios hasta 2027 para todos los que se comprometan con la recuperación del cultivo en la isla y finalizar la valoración urgente de las propiedades para fijar la reordenación y recuperación de los terrenos ya que, a día de hoy, «ninguno de ellos ha percibido ningún tipo de compensación por la pérdida material que tuvo por la catástrofe», por ejemplo.

Para muchos de los más de 450 productores en esta situación, el verano era la época clave para volver a plantar y recuperar cuanto antes la producción de esas hectáreas, pero «desafortunadamente, a mes de septiembre tan solo una parte de la producción potencial está hoy tratando de salir adelante». Las hectáreas que no se han replantado «deberán esperar un año más», con lo que esto representa de pérdida para todos sus propietarios, lamenta Asprocan.

Quieren «recuperar nuestro medio de vida», y en esta recuperación del cultivo en La Palma «estamos volcados», y decididos a trabajar y colaborar con todas las instituciones para que los agricultores afectados puedan tener un futuro, ha asegurado el presidente de Asprocan, Domingo Martín.

Asprocan exportaba una media de 140 millones de kilos anuales de plátanos, dando empleo a más de 11.000 personas en una isla de 85.000 habitantes, con puestos de trabajo que van desde la propia producción hasta el transporte del producto. En cambio, entre septiembre de 2021 y agosto de 2022 la pérdida de producción en La Palma es de más de 53 millones de kilos en relación con la media de los últimos diez años.

Los agricultores del plátano lamentan que tras un año «sigue sin haber una hoja de ruta clara para un subsector que en 2021 tenía 5.300 productores en La Palma« de los 8.000 que hay en Canarias, y comercializó el 32% de la producción total de las islas que superó los 400 millones de kilos.

El sustento de 600 familias

Los plataneros distinguen entre dos tipos de zonas afectadas por el volcán, las que quedaron aisladas entre coladas o sin acceso de personas o servicios, como por ejemplo el riego, y, por otro lado, las que quedaron sepultadas por la lava.

Concretamente, 217 hectáreas fueron enterradas bajo toneladas de lava o lo que es lo mismo, «el sustento de cerca de 600 familias productoras y otros tantos empleos». El mar de lava «dejó sin medio de vida a todos ellos» y un año más tarde, se mantienen «gracias a las ayudas percibidas para compensar la fruta perdida entre septiembre de 2021 y agosto de 2022 y las ayudas comunitarias del Posei, con las que ya contaban».

También solicitan la regulación concreta de un plan de ordenamiento, reparcelación y ejecución de obras para la recuperación de los terrenos perdidos en la zona de costa del Valle de Aridane.

La asociación sostiene que no recuperar las hectáreas sepultadas «sería un varapalo» para los productores pero también «para toda la isla de La Palma», que «no puede permitirse renunciar a ninguna hectárea de la que es su principal actividad de exportación y fuente principal de ingresos del exterior».

Además de la superficie arrasada, otras más de 300 hectáreas de cultivo se vieron inutilizadas como consecuencia de la lava. Situadas entre coladas o al sur del volcán, quedaron destruidas, además, por la ceniza que caía desde Cumbre Vieja, además de que muchas de estas hectáreas continúan sin acceso o sin servicios mínimos garantizados para su puesta en producción.

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