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Agricultura

La sequía, la PAC y los altos precios marcarán la agenda del campo cordobés en 2024

Las organizaciones agrarias aseguran que el ejercicio que acaba ha sido «uno de los peores años que se recuerdan» para el agro provincial

La agricultura aporta ya casi el 20% de los ocupados de Córdoba

Protesta de los agricultotes y ganaderos cordobeses el pasado septiembre para pedir un giro en las políticas comunitarias V.M.

Pablo Cruz

Córdoba

La opinión es unánime en el campo cordobés. Las organizaciones agrarias consideran que 2023 fue uno de los peores años que se recuerdan para el agro provincial. El agua, o más bien la falta de ella, es el principal motivo de este pesimismo al hacer balance de este ejercicio. La sequía ha persistido y las dotaciones para las explotaciones con riego han sido escasas.

La principal consecuencia de todo ello ha sido las bajas cosechas en la mayor parte de los cultivos. De este modo, los precios en origen han aumentado considerablemente, pese a lo cual las plantaciones no han obtenido mejores rentabilidades debido a la citada menor producción y a los costes, que se han mantenido en unos niveles elevados en este periodo. La Política Agraria Común (PAC), cuya última reforma entró en vigor en enero, tampoco ha servido para resolver estos problemas.

La prueba evidente de que el agua sigue siendo el mayor problema del campo es el estado de los embalses ubicados en la provincia, que se situaba el pasado viernes en un 15,18 por ciento, según los datos oficiales de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Son casi tres puntos menos que a finales de 2022, lo que reafirma la situación de sus pantanos con respecto al resto de los territorios de la cuenca al ser la provincia con las reservas más escasas.

A este escenario ha contribuido, sin duda, que las precipitaciones registraron una nueva bajada. Concretamente, hasta el pasado 22 de diciembre habían caído en el Aeropuerto un total de 307 litros por metro cuadrado. Es casi un 20 por ciento menos que en todo 2022 y más de un 38 por ciento por debajo de la media de la última década.

Para el presidente provincia de Asaja, Ignacio Fernández, 2023 «ha sido un año que no debería repetirse nunca más» debido a la situación meteorológica derivada de la sequía, a la retirada de fondos provocada por una PAC, «que supone entre un 25 y un 30 por ciento de la renta agraria y que ha sido muy penosa, a la inestabilidad en los precios por la guerra en Ucrania y a las bajas cosechas en cultivos como los cereales, el olivar o los cítricos».

Desde su punto de vista, «la nota positiva la ha dado del Norte de la provincia, puesto que las lluvias de otoño han provocado que el campo críe hierba en el campo y se mantenga la bellota, lo que ha favorecido la alimentación animal».

De cara al próximo año, Fernández de Mesa señaló que «la preocupación por la sequía se mantendrá y no esperamos mucho de la PAC, con lo que la situación será dañina para el campo». «Esperamos que nuestros productos se paguen por lo que valen y se lleve a cabo un mayor control sobre las importaciones para cumplan las mismas exigencias medioambientales y laborales que se nos exigen a nosotros y, de este modo, poner fin a la competencia desleal que sufrimos», subrayó el dirigente agrario.

En una línea muy similar se pronunció la secretaria provincial de COAG, Carmen Quintero, quien aseguró que «nos hemos enfrentado a un año sin precedentes en el que parte de los regantes han visto mermada su superficie de cultivo al no contar con agua en momentos determinados, lo que ha supuesto una pérdida considerable de rentabilidad, llegando incluso en algunos casos, a no cubrir los costes de producción».

«Esperamos que nuestros productos se paguen por lo que valen y se lleve a cabo un mayor control sobre as importaciones»

Ignacio Fernández

Presidente de Asaja Córdoba

Según destacó, «nos enfrentamos a una crisis de modelo productivo al priorizarse los cultivos leñosos sobre las hortalizas, tal y como plantea el Plan Hidrológico del Guadalquivir».

En el ámbito ganadero, puso énfasis en el incremento de los gastos «como consecuencia de la falta de agua y la necesidad de transporta hasta las instalaciones». Quintero también declaró que «en 2023 nos hemos enfrentado al primer año de aplicación de la nueva PAC, que ha incrementado los aspectos burocráticos y la condicionalidad para poder recibir una ayuda, cuya cuantía se ha reducido de manera considerable».

A la cola en superficie de riego

Como «annus horribilis» calificó 2023 el presidente de la Cooperativas Agroalimentarias Cordobesas, Rafael Sánchez de Puerta, como consecuencia de la falta de lluvias y su mayor consecuencia en forma de producciones reducidas. En este sentido, alertó de que Córdoba es la provincia andaluza con mayor cantidad de agua embalsada, pero se encuentra a la cola en cuanto a la superficie de riego, por lo que, «si no se incrementan a partir del próximo año, corremos el peligro de ser un territorio irrelevante desde el punto de vista agrario».

Por su parte, la gerente de la Asociación Cordobesa de Almazaras Industriales (Acora), Macarena Sánchez, resaltó que «la situación de menor producción puede crear tensiones en el mercado en los próximos meses y afectar al alza los precios del aceite de oliva, algo que se producirá como mecanismo necesario para regular la oferta y la demanda».

Para el año que viene espera que apenas haya existencias de enlace, aunque confía en que «a lo largo de la primavera las condiciones climatológicas favorezcan todas las etapas de producción del cultivo para que pueda asegurarse una buena cosecha para la próxima campaña».

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