28-F. Día de Andalucía
Carmona 1981: la ciudad del estatuto de autonomía por derecho propio
Escenarios para una autonomía
El articulado del texto se debatió entre los muros de su parador de turismo, pero su autonomismo es de primera hora

Carmona unió para siempre su nombre al Estatuto de Autonomía cuando los redactores del texto legal se reunieron en el parador de turismo en el Alcázar de Pedro I, dominando la vega del río Corbones. Allí, desde el 4 de diciembre de 1980 hasta ... el 12 de febrero de 1981 se reunió la comisión encargada de redactar el articulado del Estatuto de Autonomía de Andalucía que se propuso a la Asamblea de Parlamentarios para su aprobación.
El paseo del Estatuto, en la avenida principal de acceso a la ciudad, rememora el papel destacado que Carmona desempeñó en el proceso autonómico. Pero en absoluto fue fruto del azar o de una casualidad errática, sino que la ciudad se ganó un puesto destacado en el mapa de la autonomía.
Carmona había acogido el 30 de diciembre de 1978 una de las reuniones itinerantes de la comisión estatutaria del primer gobierno de la Junta presidida por Plácido Fernández Viagas que tenía que fijar las bases para la redacción del texto normativo. Y en pleno verano de 1979, de junio a septiembre, la ciudad albergó las reuniones para redactar el borrador de un articulado del Estatuto que luego se desarrolló al año siguiente.
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También fue una de las primeras corporaciones municipales en dar su apoyo explícito al proceso autonómico a través del artículo 151 que se convirtió en la piedra de toque del andalucismo, como se vio en el referéndum del 28 de febrero de 1980. Carmona es una de las primeras localidades en apoyar esa vía rápida al pleno autogobierno en paridad con las nacionalidades a las que se refiere el artículo 2 de la Constitución.
No eran sobrevenidas las ansias autonomistas que mostraba Carmona en la Transición española. Durante la Segunda República, Carmona se hizo notar en la asamblea provincial de entidades y municipios de Sevilla con valiosas aportaciones. Igualmente, estuvo presente en la asamblea regional de Córdoba de 1933 y en la asamblea regional de Sevilla en julio de 1936, apenas unos días antes del pronunciamiento que derivó en la Guerra Civil.
Su alcalde entonces, el republicano Francisco Rodríguez Ojeda, asumió la responsabilidad de representar a los municipios andaluces en la comisión que tendría que haber elaborado y aprobado el Estatuto de Autonomía para Andalucía de no haberse producido el levantamiento armado contra la República del 18 de julio.
Carmona 1981
Carmona ofrecía, a principios de los años 80, unas condiciones ideales para el debate político: lo suficientemente cerca de Sevilla como para un desplazamiento corto desde la capital y a la vez suficientemente lejana para apartarse del fragor de la refriega política y las intrigas de los partidos. La ciudad ha revindicado su condición de Ciudad del Estatuto.
Y no es sólo una aceptación pasiva. El Ayuntamiento de Carmona hace constar en la reunión de febrero de 1932 de la comisión organizadora de la Asamblea Regional su abierta incomodidad –«inadmisible», en el texto presentado– con el carácter mancomunal que puede leerse en las 'Bases para un proyecto de Estatuto' que habían defendido las diputaciones provinciales. «Dejar subsistentes las ocho diputaciones provinciales [...] equivale al fracaso anticipado de las autonomías», defendió el alcalde, conocido en Carmona como Curro el de Elías.
Curiosamente, el Estatuto que se redactó en Carmona, el de 1981, consagraba que la administración periférica de la Junta de Andalucía se apoyaría en las diputaciones provinciales, aunque no pasó de ser letra muerta sin plasmación alguna.
El lugar de Carmona en la historia del autonomismo andaluz va mucho más allá de haber sido la ciudad elegida para la redacción del Estatuto de Autonomía de 1981, ya derogado por la modificación de 2007.
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