Borbolla: «El PSOE actual está regido por el ansia de gobierno, y para lograrlo usa medios ilícitos y en algunos casos indecentes»
El expresidente de la Junta, que se siente «menos cercano a mi partido de lo que me he sentido nunca», cree que España «está en peligro» y pide a las instituciones que «se retraten»
Soledad Becerril: «Es una vergüenza lo que se solicita. El PSOE no debe ceder a ese chantaje»
Rojas Marcos: «O caminamos todos juntos en la defensa de Andalucía o no vamos a ningún lado»
![El expresidente José Rodríguez de la Borbolla, rodeado de libros en su domicilio de Sevilla](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/09/rodriguez-borbolla-entrevista-RAGB1nxQtGdP9CbCfiFOoxN-1200x840@abc.jpg)
-¿Está en peligro la España que se diseñó en 1978, con un equilibrio territorial garantizado por la Constitución?
-Para empezar, una corrección en cuanto a la fecha. Creo que la España actual empezó a ser posible el 22 de noviembre de 1975, día ... del discurso del Rey Juan Carlos ante las Cortes. Únicamente dos días después de la muerte del dictador, el Rey apostó por «un orden justo, igual para todos, que permite reconocer dentro de la unidad del Reino y del Estado las peculiaridades regionales como expresión de la diversidad de los pueblos que constituyen la sagrada realidad de España». Es la cita literal. Desde el primer día el Rey dijo ante las Cortes franquistas que existía un problema y había que arreglarlo con igualdad para todos. Fue un acto de valentía; hablar de las regiones de España a los procuradores franquistas y ponerle la frontera de la igualdad para todos a los nacionalistas tenía su miga. Eso lo hizo el Rey, y yo levanto mi sombrero. A partir de ahí, vino la transición a la democracia, que se hizo ordenadamente. Ahora está en peligro España y la realidad de España, porque los nacionalistas no tienen 'jartura', como decimos aquí. Blanco Valdés, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Compostela, que ha escrito muchos libros sobre federalismo, dice que el problema para el federalismo son los nacionalistas. Ellos siempre han estado intentando desmantelar el principio de la igualdad para todos, diciendo que hay que recuperar el modelo de las tres nacionalidades históricas, y esto es una grandísima mentira, porque ese modelo no lo planteó nadie a la hora de discutir la Constitución. Na-di-e quiere decir nadie, ni ponentes ni partidos. Letamendía presentó una enmienda a la Constitución defendiendo la autodeterminación y el PNV votó en contra, y Trías Farga, representante de la minoría catalana, dijo que «nosotros ya nos hemos autodeterminado aprobando esta constitución». La autodeterminación y la amnistía no están en la Constitución porque no lo quisieron los constituyentes.
-¿Y cuándo se jodió el Perú, Zabalita?
-España está en peligro desde que José Luis Rodríguez Zapatero le prometió a Pascual Maragall, en 2003 que apoyaría, sin más, la reforma del Estatuto Catalán que saliera del Parlament de Cataluña. Aunque, previamente, Aznar negoció con Pujol -Pacto del Majestic- retirar a la Guardia Civil de las carreteras catalanas, derogar la figura de los gobernadores civiles, y eliminar el Servicio Militar Obligatorio. Con esas decisiones 'entreguistas' empezó a joderse España.
-¿Cree que sin los nacionalismos se podría plantear un nuevo estadio del estado autonómico, más federal, como solución al problema territorial?
- Yo siempre he sido federalista; he escrito un libro sobre eso. Pero, como dijo Solé Turá, autodeterminación es un término polisémico, se puede aplicar a muchas cosas. Como le digo, cuando se debatió la Constitución la minoría catalana estaba conforme, pero desde entonces siempre han ido dando pasitos para adelante, reclamando competencias. Ahora parece que una de las cosas que está sobre la mesa de la negociación de la investidura es la condonación de la deuda catalana.
-Sí, 71.000 millones de euros.
-Eso sería un atentado indecente a la igualdad de todos los españoles. Si se lo han gastado, que lo paguen, o es que vamos a tener que pagar los andaluces, los extremeños o los vallisoletanos nuestra deuda y ellos no. Mire usted, eso es una indecencia absoluta y una quiebra de la igualdad y de la solidez económica de España.
-Hay una responsabilidad de los gobiernos del PSOE y del PP en este juego. Han ido cediendo competencias y llega un momento, cuando no queda nada para ceder, que el siguiente paso es la independencia.
-Sí, pero como esta gente son de pedir poquito a poco se ha ido concediendo. Arzallus dijo aquello de que unos mueven el árbol y otros recogen las nueces, esa es su táctica.
-Visto desde Andalucía, ¿la amenaza de desequilibrio territorial es hoy mayor que en 1977?
-En el 77 queríamos construir un Estado regionalizado, y lo aceptaron todos los partidos. Un Estado en régimen de igualdad de los territorios. En el Congreso del PSOE de diciembre de 1976 dijimos tajantemente «nacionalidades y regiones, en igualdad para todos, constituirán el Estado federal que preconizamos». Lo que tenemos es prácticamente un Estado federal. Yo he sido siempre federalista, no nacionalista; soy sevillano, andaluz y español, y soy cada una de estas cosas porque soy las otras dos. No me he vestido nunca con el traje del nacionalismo; otros sí. La cuestión es que en el debate constitucional nunca planteó nadie la diferencia entre unos y otros territorios. Ahora están hablando de recuperar el modelo implícito que estaba en la Constitución; pues mire usted, en ese modelo nunca hubo diferenciación.
-Bueno, se catalogó como comunidades históricas a las que habían aprobado su estatuto durante la República…
-No señor. En el Parlamento se habló de que las autonomías que tuvieron estatuto podían iniciar el proceso inmediatamente, pero en el modelo final, que es el que está en la Constitución, todas las comunidades llegarían al mismo nivel, independientemente del camino y los plazos a seguir. Y eso se comprueba con las actas de la ponencia constitucional, previas al debate. Desde el principio se sabía hacia dónde se iba, y todos estaban de acuerdo.
-Convenimos, en definitiva, en que la situación actual es mucho más grave que la de 1977 y que hay una amenaza real de quiebra.
-En el 77 no había peligro de quiebra, tanto es así que se llegó a un consenso íntegro sobre la Constitución española, desde el PCE hasta AP. Lo de ahora es un peligro para España, pero no solo para la igualdad entre los ciudadanos de España, sino para las instituciones constitucionales de España. No es una cuestión de debates periodísticos o de juristas, es un problema de las instituciones, que están en riesgo. Por eso creo que es el momento de que hablen las instituciones. Hay 17 parlamentos autonómicos en España, yo les pido que se pronuncien y que se retraten. Que nos convoquen, que dinamicen a la sociedad civil en apoyo de las instituciones. No hace falta hacer manifestaciones, no es necesario otro 4 de diciembre del 77; hay mecanismos institucionales y una representación pública que entonces no existían. Las instituciones españoles constitucionales tienen que defenderse ellas y defender a España. Le pido a la Junta de Andalucía y al Parlamento de Andalucía, que son mis representantes, que nos convoque. Y que digan si están de acuerdo con la amnistía, la autodeterminación y la condonación de la deuda de Cataluña. Es momento de levantarse, no de teorizar ni de hacer encuestas. La semana pasada El País hizo una encuesta que tituló: «los pactos de Sánchez tienen más apoyo que la gran coalición?». La pregunta era «¿considera que se debe desjudicializar el proceso catalán?» De ahí sacan la conclusión de que el pueblo está de acuerdo con la negociación con los independentistas. Esto es una manipulación indigna de un medio de comunicación que pretende ser solvente.
-Cuando las instituciones no reaccionan a menudo lo hace el pueblo. Pero no parece que en este momento haya mucha capacidad de movilización espontánea.
-Hay un problema grande en la sociedad española actual, y es que le tienen miedo a Vox, y eso paraliza a mucha gente. Ven en peligro incluso su entorno familiar próximo en asuntos como la homosexualidad, las políticas de género, el aborto o el divorcio. Conozco gente próxima a mi que nunca había votado al PSOE y lo ha hecho por defender a su hijo o su hija homosexual. En el mercado del Tiro de Línea, donde yo voy a comprar, la gente dice 'esto es un desastre, pero es que si no, entra Vox'. Yo le diría a la gente de Vox: mire usted, aquí no se puede ir a las manifestaciones con la bandera del cangrejo. O no se puede defender el nacionalcatolicismo franquista como única forma de entender la religión católica; se puede ser católico y no añorar el franquismo. Hay mucha gente que han votado lo que han votado por miedo a Vox.
-Habla de la necesidad de que las instituciones se pronuncien. En Andalucía, las instituciones están muy mayoritariamente controladas por el PP. ¿Puede amortizar el PP electoralmente este movimiento reivindicativo como hizo el PSOE con el 28F?
-Bueno, en aquella época el PSOE estaba creciendo desde antes. En el 79 hubo mejores resultados que en el 77, y en el 82 se barrió, pero no fue solo por el 28F. Trabajamos mucho por defender los intereses de Andalucía y de España. Le voy a decir una cosa: en el manifiesto que se leyó en cada una de las provincias andaluzas en las manifestaciones del 4D, que apoyaron todos los partidos, no se hablaba del 'Estado español', se hablaba de 'España'. En los albores de la democracia en Andalucía se hablaba de una España igual para todos los españoles. ¿Y sabe quién redactó ese manifiesto? Don Alfonso Guerra y yo.
Referentes
«En lugar de criticar a Felipe y Guerra, el PSOE debería dedicarse a pensar por qué ha logrado los peores resultados de la historia en Andalucia»
-Esa idea de España parece que la está perdiendo su partido ahora. ¿Ha perdido el PSOE el sentido de Estado?
-Yo diría que el PSOE actual está regido por el ansia de gobierno. Y para conseguir el gobierno utiliza medios que considero ilícitos y, en algunos casos, indecentes.
-¿El PSOE ha perdido la dignidad al negociar con los independentistas, incluso con pasado de terrorismo?
-El PSOE ha perdido las esencia de partido sociademócrata. Ahora quiere ser un partido «atrapalotodo. Un «all catch party», como dicen los politólogos ilustrados:
-¿El PSOE ha perdido el respeto a sus líderes históricos? Lo digo por las reacciones a las declaraciones de González o Guerra.
-Me parece una falta de respeto a la sabiduría y la mesura. Las personas mayores normalmente tienen más criterio que los jóvenes impulsivos y combativos. Desde la democracia griega a los indios de las praderas, todos los grupos humanos han tenido su consejo de ancianos, al que se ha escuchado con atención y respeto. Mire usted, le voy a hacer un símil futbolístico: el PSOE actual tendría mucha mejor alineación, me refiero como equipo, si no se hubiera prescindido tan tajantemente de gente como Felipe González o Alfonso Guerra. Busquets es una vieja gloria, pero el sustituto, Oriel Romeu, qué quiere que le diga, no es Busquets. Y Busquets está jugando todavía al fútbol. El PSOE actual está un poquito enfermo de autocomplacencia. Yo creo que quienes tendrían que hacérselo mirar son la Ejecutivas federal y la Ejecutiva del PSOE de Andalucía, que han perdido las elecciones.
- ¿Está pidiendo responsabilidades?
-No estoy pidiendo responsabilidades, lo que digo es que en lugar de criticar lo que diga Felipe González o Alfonso Guerra, que se dediquen a pensar qué es lo que ellos han hecho mal y por qué han conseguido los peores resultados en la historia autonómica de Andalucía, en lugar de intentar descalificar a dos figuras claves de la historia de España.
-No le voy a preguntar que si ha votado al PSOE…
-Yo he votado al PSOE.
-...pero sí si se reconoce en este PSOE.
-Me siento menos cercano al PSOE de lo que me he sentido nunca. Nunca en mi vida de militante del PSOE. Pero tengo la conciencia tranquila: ya en 2015 le hice llegar a Pedro Sánchez, a través del entonces secretario de Organización, César Luena, que en la política no se puede ir solo de Gary Cooper.
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