Los acusados de promover el yihadismo en las cárceles españolas niegan los hechos: «Nunca he incitado a nadie a nada»
La repetición del juicio al denominado frente de cárceles arranca con el principal acusado en fuga
![Fachada de la Audiencia Nacional](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/01/22/Capturadepantalla2024-01-22alas13.01.53-RoLlcU5WMYjmO3ErleAWgBP-1200x840@abc.png)
La repetición del juicio contra el presunto frente de cárceles yihadista que ordenó la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha arrancado este lunes con tres de los cuatro acusados en el banquillo porque el otro, Mohamed A., sigue en busca y captura: ... la sentencia fue redactada dos veces con fallo absolutorio antes de que se ordenase volver a enjuiciarle. No se ha vuelto a saber de su paradero desde entonces.
Los otros tres, que sí han comparecido, han vuelto a defender su inocencia y negar los hechos por los que afrontan hasta 12 años de prisión, la petición de pena que instan tanto la Fiscalía como la Asociación Víctimas del Terrorismo. Sostienen, como ya hicieran la primera vez que fueron enjuiciados, que lo que se enviaban entre reclusos eran simples cartas de apoyo, no llamamientos a la radicalización.
«Yo nunca he incitado a nadie a nada», ha asegurado Mohamed E., quien ha incidido en que sólo recomendaba a sus compañeros que «hicieran deporte, que salieran a tomar el sol». «El mundo del aislamiento es mucha presión, muchas horas encerrado en la celda. Hay gente que se acostumbra a eso. Les digo que tengan paciencia, que eso va a pasar, que vean por su salud», ha añadido. Sostiene que las cartas que enviaba pasaban «los filtros» así que no podían contener «nada ilegal».
Tanto Mohamed E. como los otros dos acusados, Karim A. y Abdellah A., han coincidido en señalar que desconocen a qué se refiere la Fiscalía cuando habla de frente de cárceles o de una banda de patio. «Esta palabra la primera vez que la leí fue en la acusación, nunca la había oído», ha apuntado el primero.
Precisamente en el aislamiento también ha ahondado Abdellah A., que ha sostenido que llegó a permanecer «hasta 26 horas en la celda». «Ahí lo típico: leer, escribir, ver la televisión, rezar. A la salida en el patio lo único que hacíamos era que me diera un poquito el aire, tomar el cafelico y me ponía a andar un poquito», ha afirmado.
A este respecto, Mohamed E. ha explicado que en aislamiento únicamente contaban con «4 horas de patio». «No podíamos estar más de 5 personas. En una galería podemos estar 7 u 8. Pero al patio solo podemos salir un máximo de 5 personas por estar en régimen cerrado», ha aseverado.
Cartas que escaparon al control de Prisiones
A preguntas de su defensa, el propio Mohamed E. ha negado que participase en procesos de radicalización de otros compañeros en la cárcel en esos encuentros o a través de misivas. «La verdad que ni siquiera yo me considero radical como para radicalizar a otros», ha añadido. Por su parte, Abdellah A. ha reconocido ser «una persona practicante» pero no «un imán» o haber «estudiado mucho». «
En lo relativo al envío de cartas, Abdellah A. ha afirmado que nunca ha tenido «ningún problema». «Todas tienen que pasar un trayecto y cualquier mínima cosa que recoge sospechas pues esa carta no va a llegar al destino. Es más, si ven que en la misma cárcel esa carta tiene algo que no debería de tener te pueden sancionar. Por mis cartas nunca han hecho una sanción y siempre han llegado a destino», ha zanjado.
Cabe recordar que la Fiscalía sostiene que, «actuando de común acuerdo», los acusados decidieron formar una red para liderar a «todos» los encarcelados por terrorismo yihadista en diferentes cárceles del país para que «no abandonaran dicho ideario» y «actuaran conforme a directrices comunes». Con todo, la red habría extendido sus tentáculos más allá de condenados por terrorismo para «adoctrinar, radicalizar y captar» a nuevos adeptos difundiendo consignas afines a Estado Islámico.
Para el Ministerio Fiscal, los acusados mantuvieron contacto mediante cartas, de las cuales «muchas» escaparon del control de Instituciones Penitenciarias. Una, en la que el líder de la red denunciaba sufrir violaciones de sus derechos en la cárcel, acabó publicada en internet. En las misivas había sobre todo textos religiosos y 'nasheeds', cánticos utilizados por las organizaciones yihadistas para alentar el ánimo de sus militantes y combatientes.
La sesión de este lunes también ha servido para escuchar el testimonio de uno de los agentes de la Guardia Civil que participó al inicio de la investigación, que arrancó después de que apareciesen «pintadas aparentemente de índole yihadista».En algunas de ellas, ha relatado, se podían leer alusiones al Estado Islámico y frases como 'levantad la bandera del monoteísmo' o 'el califato según el texto del profeta'.
Tras indagar, los agentes pudieron interpretar que las banderas que aparecieron pintadas eran una «analogía de la bandera de DAESH y el texto sobre monoteísmo hacia referencia al grupo de los musulmanes que siguen la fe o los postulados» de la organización terrorista.
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