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Lola Guzmán, la valenciana que arenga al campo en las carreteras: «Mi único delito es haber creído a Vox»

En medio de las tractoradas que se suceden por toda España, la espontánea protagonista de las protestas hace balance de los días que le han dejado afónica y con pocas horas de sueño. Heredó de su padre esa pasión por la tierra que la ha llevado a abanderar las manifestaciones del sector primario

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Lola Guzmán, en un encuentro con «su gente del campo» Tania Sieira

Toda revolución necesita un líder. A veces surge de forma espontánea; otras, es el propio grupo el que lo impulsa. En el caso de Lola Guzmán, protagonista estos días de las tractoradas 'autogestionadas' en las carreteras, han confluido estos dos factores. ¿Qué han visto los agricultores en ella para convertirla en su Juana de Arco? «No lo sé, pero es una responsabilidad muy grande», reconoce ella misma por teléfono, afónica, a pie de tractorada.

Tras media semana de movilizaciones, Lola Guzmán atiende a ABC, lo que se entiende como una excepción, ya que en uno de sus vídeos de Tiktok aseguraba que solo habla con 'youtubers'. En este caso, y tras varios intentos de contacto en unos días en los que su móvil echa humo, accede a hablar con este periódico: «Estoy cansada pero muy feliz, porque le hemos devuelto la alegría a la gente», exclama eufórica. «Me puedo acostar a las 4.00 de la madrugada respondiendo llamadas de agricultores y ganaderos, y por la mañana otra vez. Nosotros amparamos a todo el que nos llama», narra.

No hace ni dos semanas que se ha convertido en la mitad más guerrera de la Plataforma 6F, que ha conseguido, en medio del furor por las revueltas del campo en otros países europeos, llevar la indignación de los grupos de Whatsapp a las calles. La otra cabeza visible del movimiento, Xaime da Pena, al frente de DP Abogados, el despacho que da soporte a la plataforma, lo cuenta así: «Me encontré un pósit en el despacho con el recado de llamar a Lola Guzmán. Me contaron lo que querían hacer y no dudé», dice Da Pena, que además de ser el asesor jurídico de este grupo espontáneo también ejerce como «portavoz nacional», dando ruedas de prensa a través de Zoom de forma diaria. A Da Pena llegaron porque «alguien de los grupos» dio su nombre: este abogado, que es muy activo en redes sociales, fue también financiador de la polémica pancarta de Desokupa en Madrid, donde plasmó el logo de su empresa.

Sin embargo, Guzmán insiste en que su movimiento no entiende «ni de sindicatos ni de partidos». Todos la han decepcionado. Ella misma reconoce que militó en Vox, y, aunque en su Facebook aún se pueden ver imágenes que la vinculan a los de Abascal, dice que la formación no cumplió sus expectativas y se deshizo de su carné. «Mi único delito es haberme creído a Vox, pero hace más de un año les dije que me habían engañado y elegí a mi gente del campo», apostilla.

Su padre tuvo que abandonar la ganadería. Y eso duele», confirma un agricultor cercano

Esta pasión por la agricultura y la ganadería la heredó de su padre. «He salido del campo, amo la tierra», apunta Guzmán. Con este movimiento, dice, está siguiendo las enseñanzas de su progenitor, quien siempre le animó a defender el sector primario. «La alternativa, decía, era comer piedras».

Otras cosas

«Es hija de ganadero de ovejas. Su padre tuvo que abandonar la ganadería. Y eso duele», confirma un agricultor cercano a ella, que apunta: «Se tiene que dedicar a otras cosas, en parte porque es mujer, y aquí en la Comunidad Valenciana hay pocas mujeres que se dediquen a esto». No obstante, y a pesar de haberse despegado de las ovejas, Guzmán mantiene «un pequeño negocio de caballos» con un socio en Asturias. «Soy abuela de unos potrillos», bromea esta valenciana, que vive entre el Principado y la capital del Turia, donde estudia su hija adolescente.

Lola Guzmán, «abuela» de potrillos, tiene un negocio de caballos Redes sociales

Además, cuenta, se ha ganado la vida como sanitaria, «trabajando en un hospital valenciano». «Me pagué los estudios sacando naranjas», relata con orgullo. «Y me hunde ver que hay gente que teniendo una hectárea no puede cultivar la mitad, no se puede aguantar eso», espolea a su gente, los «mayores ecologistas».

El furor por su discurso es visible en los chats de Telegram y WhatsApp donde parte de los agricultores y ganaderos que estos días protestan se organizan para manifestarse. Otros muchos han seguido la llamada de los grandes sindicatos agrarios, Asaja, UPA y COAG, que empezaron sus movilizaciones el jueves.

«Mensaje de Lola Guzmán», dice un seguidor, que adjunta un vídeo donde la lideresa habla subida a un tractor y rodeada de una quincena de agricultores. «La plataforma 6F convoca a todos los delegados y a todos los que estéis metidos en la plataforma a ir a las delegaciones de cada provincia. Tenemos derecho a manifestarnos, todavía nos queda democracia y no nos vais a mandar a casa. Solo podemos llevar la bandera de España y el crespón negro. No se admiten otras banderas», exclama Lola, que recibe los aplausos de quienes la rodean. Al segundo, los emoticonos de aplausos se multiplican también en los chats.

Polémica en Madrid

Aunque protesta indignada contra quienes la han tachado de «ultraderechista» y «antivacunas», los suyos cierran filas en torno a ella: «Me fastidia que quieran quitarle el foco a una mujer que sí tiene mucha relación con el sector primario y que sí ha trabajado en el campo», insiste el agricultor, que ve clara la fórmula del éxito de la plataforma iniciada por Lola: «El triunfo de esto es la desorganización. Lo organizas y no sale».

Guzmán también lo celebra. No quiere ni oír hablar de parar. De hecho, anuncia, está en conversaciones con sus colegas de Italia y Portugal para involucrar en la lucha «a los puertos». ¿Cómo buscan a sus interlocutores? «La gente del campo somos gente sana que hablamos el mismo idioma», zanja. «No hay fecha final para las protestas. Hay que lograr un cambio y conseguir que se comprometan los políticos, aquí y en Europa». Este fin de semana ha dirigido sus columnas de tractores rumbo a la capital: «Nos vemos en Madrid», se despide.

A Madrid, sin embargo, no llegaron este fin de semana los tractores, pero sí la controversia. "¿Para qué vamos a traerlos si no nos van a dejar entrar?", se excusaba Guzmán este sábado en la convocatoria con los transportistas en la explanada del Metropolitano. Allí, centenares de asistentes dijeron 'sí' a unirse a las protestas de estos agricultores, y algunos pocos salieron después a pie para intentar cortar la M-40. La Policía lo impidió: "A pocos os mató la ETA, hijos de puta", increpó Guzmán a los agentes ante varias cámaras; en los grupos que la apoyan, ya se leen comentarios: "Debe pedir perdón por decir eso"

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